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"La historia está presente y nos rodea en todas las horas, porque no es otra cosa que la vida” Arturo Uslar Pietri

lunes, 30 de septiembre de 2013

Dr. Miguel Oráa

Dr. Miguel Oráa



Dr. Miguel Oraa
Fuente: Heredia Angulo 1991
Médico, pedagogo y trabajador social, nació en Ospino el 2 de noviembre de 1815, de una familia guanareña de ilustre origen, tanto por su padre Oráa, como de su madre Quintero. Bachiller del célebre Colegio de San Luis Gonzaga continúa en Caracas el curso de medicina hasta culminar el doctorado en 1842. 

Discípulo predilecto de Vargas se estrena en su profesión en Guanare donde ejerce por más de sesenta años. Gran clínico, humanístico y filántropo, no hubo un solo hogar atribulado donde no tuviera presente su ciencia y su consejo paternal.

En una memorable ocasión el Dr. Juan Iturbe en un discurso dijo: "Con esta realidad, que hacía revivir mi mente los años juveniles, en contemplaba como en sueños una figura prócer de mi buen padrino Miguel Oráa, cabalgando en su bayo, bestia de toda mansedumbre, como encuadraba en lo físico y en los años del jinete y en el espíritu a la inagotable bondad del ilustre galeno, cuya ciencia era una dádiva para los menesterosos.

Con emoción a contemplar la vieja casona... frente al legendario colegio donde yo estudié... y próximo al cerro del Calvario, vestido de verde y de pascuas azules..."

No solamente fue un trabajador social en el campo de la previsión, corrigiendo travesuras de niños, enmendando costumbres perniciosas de los adultos, sino que también fue un catedrático de filosofía y letras, así como también conciliador privado y político cuando las graves circunstancias lo llamaron a arbitrar divergencias.

"Bien recuerdo aquel limonar suyo, separado de la ciudad por la quebrada de las Piedras y fertilizado por la vieja acequia colonial, a donde nadie acudía sin volver con las manos vacías, éstas se llenaban de frutas hermosas cultivadas por él para obsequio de sus amigos.

La suya fue una vida franciscana, brazos generosos que se abrían siempre para esparcir los dones de la tierra y la ciencia de sus conocimientos sin aceptar ninguna clase de recompensa...", así dijo Pino Pou en una célebre conferencia en el recinto del Colegio en 1921.

Los amigos de su tiempo lo llevaron a Senador por su tierra al Congreso del 48 y cuando sobrevino aquel trágico 24 de enero con sus funestas consecuencias, sintióse herido en sus virtudes cívicas y se aleja para siempre, y comprende que su precioso tiempo debía invertirse en el enfermo y en el estudiante, cuanto no existían reemplazos durante su ausencia. Regresa a Guanare y sin demora se entrega a su misión, humanística y social.


Oráa ejerció su profesión con bondad nazarena, rechazó el pago de honorarios como norma humana; aceptó pequeños regalos como medio de demostrar gratitud y complacencia, desconoció el lucro, o las ganancias exageradas en los negocios de la especulación. Vivió de sueldos cuando desempeñaba cargos en la administración estatal y cuando moría el 25 de abril de 1893, se llevó —estoy seguro— la última convicción de haber cumplido el juramento prestado el día de su consagración académica: honrar la Patria, la Sociedad y la Familia.

El día de su entierro todas las fuerzas vivas de la ciudad de Guanare se compactaron para rendir una insólita demostración de duelo y de honor. Las calles se cubrieron de flores al paso del triste cortejo, la prensa de la época se llenó de artículos fúnebres; ilustres escritores como el Dr. Antonio Zúñiga publicó un artículo en "El Cojo nustrado", del cual extractamos los siguientes párrafos:

"Corre fácil la pluma, se engolfa el pensamiento en dulces meditaciones, cuando recordamos los merecimientos que sintetiza la imagen venerada de esa personalidad egregia, que cruzó por el mundo dejando luminosa estela de virtudes y un nombre inmaculado, que resplandece para siempre para servir de modelo a las generaciones que trabajan por la grandeza de la Patria.

Sin embargo esos seres se cubren, muchas veces con el manto de una excesiva modestia y por eso pasan inadvertidas y llegan a sepultarse en la fosa del olvido.


Tal es la indiferencia e ingratitud del género humano, que ni siquiera consagran un momento para recordar los beneficios que sobre sí aquellos derramaron, mientras la vanidad audaz, vestida con el brillante ropaje de la riqueza tiene a sus plantas esclavos que se posternan reverentes.

Pero llega la hora de la justiciera posteridad, cae entonces la más cara de la usurpada reputación, el oropel de la mediocridad insolente y el sol de la verdad nos ilumina el camino hacia los hermosos campos de la historia. Tal es el caso de Miguel Oráa, filántropo y patriota".

Seguramente el Ayuntamiento de Guanare preparará un homenaje cónsono con este ilustre galeno, el próximo centenario de su muerte.

Estamos seguros de no ser defraudados con esta presunción.


Referencias 

Quintero García, Pedro 1991. Guanaguanare. Biblioteca de temas y autores portugueseños. Ediciones del Congreso de la República. pp 113-115

domingo, 29 de septiembre de 2013

RESEÑA DE LA CAMPAÑA REVOLUCIONARIA ACAUDILLADA POR EL GENERAL JOSE RAFAEL GABALDON Y AÑO DE 1929 por Gonzalo García

RESEÑA DE LA CAMPAÑA
REVOLUCIONARIA ACAUDILLADA POR
EL GENERAL JOSE RAFAEL GABALDON
Y AÑO DE 1929

Caracas, 7-11-78


Gonzalo García
Es la Reseña de la Campaña Revolucionaria Acaudillada por el General José Rafael Gabaldón y Acaecida el Día 27 del Mes de Abril del Año de 1929. Para Combatir la Tiranía del General Juan Vicente Gómez, Quien Sostenía a Venezuela Dentro de su Condominio y Fuero Personalista.

Es la Venezuela de Juan Vicente Gómez, y también de Cipriano Castro, los dos grandes tiranos, quienes estatutaron personalidad y dictatorial máxima, y asimismo gobernando constitucionalmente, dentro de Congreso eunuco también designado indirectamente, como votación congresal acaudillada y también dentro de votación concejal de servidumbre.

Por ese motivo, la protesta estudiantil generada dentro de la Universidad Central de Venezuela, el año de 1928, resultó estéril y también socavada. Sus cifras de estudiantes valerosos cayeron dentro de La Rotunda y dentro de las pocas carreteras que como vías de comunicación se reabrían, sosteniendo como sus obreros a estos mismos estudiantes y rebelados el citado año de 1.928.

Dentro de este estado de cosas, como de gestiones políticas cursativas, nada se consiguió, sino la reafirmación de continuar en el poder sin situarle ninguna atención a las reclamaciones subastadoras de la opinión, quien yacía abatidamente postrada, sin sostener ninguna base reaccionaria y patria deparada.

Es así, que el General José Rafael Gabaldón, también lugarteniente y gomecista se rebela y también se centraliza ocupando su hacienda agropecuaria de Santo Cristo, y circunscrita en el Distrito Sucre del Estado Portuguesa.

Es desde aquí que comienza a situar cartas para Gómez, llenas de reclamaciones y patrias ostensoras.

Sin embargo, ninguna de ellas ejerce piedad en el ánimo del dictador Juan Vicente Gómez, para el cual ya Gabaldón, le figura disidente y también objetativo.

Para este entonces, me encontraba en Biscucuy, capital del Distrito Sucre, en Portuguesa. Aquí figuraba de apoderado de la casa comercial del señor Germán Uribe y era cifra oponente al gobierno, en virtud de que, como Presidente del Concejo Municipal de este citado Distrito Sucre, no se me permitió rendir cuentas, ni tampoco fijar su entrega, por haber sido allanado el recinto concejil y figurar su nueva terna munícipe, cursativa por mandato del Jefe Civil y Distrital.

Estando así las cosas, es que se alzó el General Gabaldón, descendiendo hasta Guanare con fines de hacer toma de esta ciudad. Yo me integré dentro de los 31 hombres que bajamos a verificar este acontecimiento patrio tutelario.

Sin embargo, el allanamiento de Guanare no sostuvo, por parte del gobierno instalado, resistencia alguna. Desde aquí, continuamos nuestra marcha hacia Barinas, y haciéndolo por el Paso del río Boconó, dentro de su pueblacho que conducía aún este nombre.

El paso del río Boconó lo encontramos seriamente defendido por el General Sálvano Uzcátegui, quien se encontraba atrincherado en la orilla opuesta y protegido por un montañoso que integraba gran número de árboles robustos y también altos.

Es desde aquí que el General Gabaldón resolviera regresar hasta Biscucuy, con fines de conocer y también reunir las aportaciones que como contigentes revolucionarios enmarcaban el levantamiento contra Gómez y también registrando estado de coordinación militar y paralelo con el nuestro.

A nuestro regreso a Biscucuy, concurrieron Boconó con 80 hombres y 40 máuseres tomados de la oficina de la Jefactura Civil y figurando dentro de éste su comando, don Jesús Altuve Torres, persona de mucha entereza y consecuente amigo gabaldonero. El de Campo Elías, con 20 hombres y algunas armas y teniendo como su jefe al señor Orestes Briceño; como el de Guaitó que comandaba el Coronel Rafael Piñero. Posteriormente, pero por la tarde, se presentó el General Froilán Torrealba (Mano Lan) con su contingente de su hacienda Palma Sola, en Chabasquén. Así es que figuramos mejor dotados dentro de nuestro retorno a Guanare, pero manteniendo el desconsuelo de que ningún otro alzamiento se registraba coordinado con el nuestro, para hacerle frente a Gómez. Sin embargo, hasta última hora, se nos informara que los dos Humocaros, el Tocuyo, Sanare y Guarico respondieron de igual manera que nosotros y también aguardaban nuestro próximo encuentro.
Área de influencia de la Gabaldonera



Así las cosas, el General Gabaldón resolvió situarse en Humocaro Alto, y haciéndolo a través de la hacienda El Regalo en Chabasquén y alta cordillera de montaña que separa a Guaitó de Humocaro Alto. En la hacienda El Regalo, propiedad del señor Tobías Riveros, éste nos aguardaba en compañía de su hermano Víctor Manuel manteniendo un contingente de 15 hombres y armados de cubanos, escopetas y algunos revólveres; ya aquí, pernoctamos comiéndonos una sabrosa ternera y al día siguiente comenzamos a trepar la montaña de Humocaro Alto, la cual se sostenía muy pendiente y sin vía rural alguna. Colocados del otro lado de esta montaña y haciendo frente con el Valle de Arenales y también Humocaro Alto, nos situamos a esperar para conocer el acaecido participado y también el estado que sostenían sus levantamientos. Sin embargo, nuestra desesperada situación revestía mucha gravedad, y a la vez gran pesimismo, tomándolo dentro del desconocimiento y partidista nacional, para no haber respondido con nuestra insurrección; y también encontrarnos solos y aislados: sin haber aportado fuerzas militares bien armadas  y sufriendo el desengaño, harto desconsolador, de haber sido engañados; y sostener a Gómez con todo su ejército presto para aplastarnos y crematizar así nuestro brote rebelde.

Una comisión proveniente de Humocaro Alto, se nos presentó, portadora de la noticia anteriormente suministrada en Biscucuy y fijando ya tomados los dos Humocaros, El Tocuyo, Sanare y Guaríco. Figuraban el señor Carlos Gil, con 40 hombres armados; Julio Alvarado Silva con su Columna Tocuyana aportando 80 hombres semiarmados; Leopoldo Riveros, proveniente de Hato Arriba, que aportaba 20 hombres semi-armados; ya por la tarde, se reunió, procedente de Córdoba el Coronel Bernardo López con 60 hombres. Sin embargo, todavía nos sosteníamos tambaleantes y muy desconsolados. Es así, que el General Gabaldón optó por situarse en Guanare y esperar que se resolviera nuestra mala situación.

Por tanto, nuestra travesía hasta Guanare la hicimos a través de La Ciénaga donde pernoctamos; para continuar nuestra marcha hasta Guarico, donde se nos sumó Pedro Antonio Oropeza con 10 hombres semiarmados. Desde Guarico partimos para Guanare, pero apenas llegamos por la tarde al cruce de los caminos que parten para El Regalo, Villa Nueva y el mismo Guanare.

Al día siguiente, continuamos la marcha vía Guanare; en el caserío El Tigre nos aguardaba Sandalio Linares, aportando un contingente de 150 hombres provenientes de Quíbor y Sanare. Por la tarde llegamos al caserío La Raya, donde se nos reuniera el General Julio Segundo Alvarez, aportando sólo 10 hombres-, ya aquí pernoctamos- y a la vez se practicó un inventario formal de nuestro contingente que como tropa fundamentaba nuestra acción, resultando ser el siguiente: 

Sandalio Linares                       150    hombres
General Alvarez                          10           "
Dr. Julio Alvarado                       80           " 
Carlos Gil                                    40           "
Coronel López                            60           "
Capitán Héctor Hernández          80           "
General Torrealba                        40           "
Orestes Briceño                          20           "
Rafael Piñero                              20           "
Leopoldo Riveros                       20           "
Nuestro contingente primario 27           "
Total                                            547      hombres

Figuraban 150 máuseres y algún pertrecho, 13 carabinas, algunos revólveres, escopetas de cápsula, cubanos y escopetas de municiones, con su resto de machetes y limeros.

Desde La Raya partimos hasta Guanare, donde llegamos el día 7 de mayo. Ya aquí, no se preveía ataque alguno de parte del Gobierno. Sin embargo, como a las dos y media de la tarde, resultamos sorprendidos por el General José Antonio Baldó, Presidente del Estado Portuguesa.

Este ataque resultó ser sorprendente y también desprevenido, pues la noticias gubernamentales que recibíamos nada contenían al respecto.

Resultó ser ataque imprevisto y también desorientado, pues yo me encontraba dentro del Hotel Guanare, había desensillado la mula y también bañado así como situándole su ración de pasto.

Del contingente del General Baldó, la columna a cargo de Virgilio Corona resultó ser la primera que se introdujo hasta la Plaza Bolívar, donde se encontraba Sandalio Linares con parte de su contingente, y el cual consiguió rechazarlo, haciéndolo retroceder hasta la Reja de Guanare y después vía de El Papelón, donde se dispersara. Dentro de este combate resultó un muerto, al igual que herido nuestro compañero, muy apreciado, señor Angel Ramón Yépez. Por esta valiente acción, el General Gabaldón hizo General a Sandalio Linares.

Después de mi salida a la calle y habiendo llegado a la esquina de la casa de comercio de don Pancho Sereno, fue que alcanzara a divisar, y fijados en la esquina de la calle transversal y opuesta, a Joaquín Gabaldón Márquez, Carlos Sequera y Alcides Lozada, figurando el contingente a cargo de los capitanes Osián Osechas y Antonio Pérez, combatiendo al que tenía a su cargo Vicente Hernández; y así es, que conseguimos hacerlo retroceder hasta la Plaza de la Coromoto, donde también se dispersara. Pero situados dentro de la Reja de Guanare, y encontrándome inmediato al General Torrealba y a Jesús Lucena Morles, sostuvimos todo el tiroteo que el Capitán Fonseca cargara y contingente éste integrado al Batallón Gómez como su Compañía de selección; y así es, que estas sus descargas las percibimos de solo frente, resultando herida mi mula, como atravesados por balas sus dos bolsones. Este sector a cargo del Capitán Fonseca se encontraba encubierto por una cortina de monte mediano, pero tupido, no habiéndolo reparado por este motivo; además figuraba, desde el alto de la serranía que respalda nos tiroteaba también, dentro de la creencia de que nosotros éramos parte de las fuerzas gubernamentales: pues la bandera nacional se sostenía por igual dentro de ambas partes.

Encontrándome todavía en la Reja de Guanare, fui auxiliado por el General Alvarez quien procedente de la Mesa de Cavacas, donde pernoctaba, se me acercó, para brindarme protección. Por otra parte, también llegó oportuna una compañía que integraba el Contigente de Boconó, a cargo del Capitán Héctor Hernández, figurando aquí, y bien remontado, un señor de apellido Torrealba quien me brindara esta su mula, y así resultó ser que resultando otra vez, igualmente remontado, y continuando nuestro contraataque hasta el caño de Mederos, donde nos contuvimos dentro del temor de que llegaran refuerzos desde Maracay, así es, que tuvimos este su conocimiento respectivo. Desde Mederos nos regresamos hasta Guanare, pero antes de llegar a la Reja, nos encontramos con el General Gabaldón, quien me dijo: Compadre, usted ha hecho mucho; regresemos hasta casa de don Rafael Angel Gásperi, que doña Florinda nos tiene una buena cena. Ya sentados en la mesa, recuerdo que nos dijo Gabaldón: Primero nos vamos a colocar los casados. Y así lo hicimos en número de 14, para quedar los solteros para después; pues, él creía en amuletos. Ese otro día, por la tarde, partimos para Biscucuy.

Nuevamente en Biscucuy, también muy desorientados: se resolvió situarnos dentro de Córdoba, que, como región helada y montañosa, nos ofrecía gran refugio y también ser inalcanzables por el Gobierno.

Por otra parte, como región de sólo montaña, y alta se situaba impenetrable para ofrecer gran resistencia.

Pues el cerco por parte del Gobierno se venía reincorporando, y también vastamente cuantioso, por figurar buenos generales dirigiéndolo, y así era necesario colocarnos dentro de buen recaudo respectivo.

Ahora, ésta su resistencia nos resultó ser muy penosa, por figurar sin recursos de armas y pertrecho. Pues las que cargábamos eran exiguas y carecían de balas. Por este motivo, nuestra fe se había sumergido, al igual que la potencialidad de nuestras energías. Figurábamos exhaustos y también ya acobardados, como hondamente desilusionados, pues habíamos sido engañados, y toda la opinión nacional nos condenaba, en lugar de elogiarnos por nuestra proeza y osadía.

Permaneciendo en Córdoba penosamente resistiendo, dentro de una de mis visitas a la casa de familia que albergaba al General Gabaldón, y a la vez, tomándonos una taza de café, me dijo: Compadre, lo juzgo mejor que otro cualquiera para que se traslade hasta Los Ranchos y perciba allí el contingente de tropa que Mano Lan me envía y también le he solicitado; y así es, que tan pronto lo reciba, lo conduce hasta la Montaña de María Lionza, para que vaya a reforzar al sector de tropa que comanda Leopoldo Riveros, quien se encuentra ya peleando al batallón que comanda el General León Jurado.

Este cometido me resultó harto penoso y también muy expuesto, tomando en cuenta el mal camino y sectores montañosos que tenia que atravesar hasta situarme dentro del paraje montañoso donde se encontraba Leopoldo Riveros. Sin embargo, me sostuve sin percance alguno y así es, que, descendí hasta el fondo de la quebrada que separaba ambas cordilleras, y donde hallé acurrucados y también solitarios a los dos Coroneles, Orestes Briceño y Rafael Piñero, hombres de pelo en pecho y también habiendo sido formados por el General Rafael Montilla, el Tigre de Guaitó. Eran mis mejores buenos amigos, pero aislados, a como se encontraban, y habiendo perdido su guarnición, figuraban marginados.

Más adelante y dentro de plena montaña, tropecé con el Teniente Mogollón, quien figuraba ya desertor, y atascado a como se encontraba dentro de un charco de barro, su posición me causó mucha tristeza; pues figuraba con un machete y un máuser metido dentro del barro hasta la cintura y también lloviendo reciamente, y así es, que me dijo que se encontraba hambriento y también mojado. Me refirió que Leopoldo Riveros ya se sostenía dentro de la retirada, por falta de pertrechos y también de hombres. Es desde aquí y cargando solamente 10 hombres como contingente percibido de Mano Lan que me encumbré hasta el centro de la montaña, y verificándolo penosamente, dado la maltrecha vía y el estado lluvioso, que no escampaba; y así es, que llegué al campamento donde se encontraban los hermanos Torres, y cordobeños y gente muy valiente.

Informado plenamente de la maltrecha situación que sostenía Leopoldo Riveros, obtuve de estos hermanos Torres, que en número de 16 hombres, también armados, escalonaran el resto de la montaña hasta el campamento de Riveros, para reconstruirlo y continuaran peleando, mientras regresaba otra vez donde el General Gabaldón, en solicitud de más fuerzas; y así es, que, a mi regreso hasta Córdoba, contacté dentro de la vía que conducía al contingente de tropa tocuyana que comandaba el Doctor Julio Alvarado Silva, o directamente, un hermano suyo, pues él figuraba como Jefe del Estado Mayor.

Situando, otra vez, en Córdoba, me encontré con la nueva novedad existente de que, en vista de nuestra maltrecha situación, el General Gabaldón conducía una solicitud para el General Gómez, ofreciéndole que toda la oficialidad fuera a la cárcel, para que la tropa quedara en libertad; sin embargo, Gómez rehusó esta precaria solicitud cursativa, por órgano del General Argenis Asuaje, quien se encontraba acampado en Guarico, manteniendo como su secretario a don Mario Araujo, viejo gran amigo del General Gabaldón.

Esta respuesta fue recibida por mí, encontrándome de retorno de la montaña inmediata con el sitio de La Raya, donde me había trasladado con fines de alcanzar llegar hasta Ospino; pero con la mala suerte de encontrarse aquí el General Sálvano Uzcátegui con su contingente de Barinas y cercando esta vía. Situado en un puesto de observación y haciendo frente con el sitio de Las Quebraditas y altura ocupada por el General Federico Araujo, percibí del chofer del General Asuaje, la respuesta de Gómez negativa. Cuando hice ésta su entrega al General Gabaldón, figuraba ya disponiendo ésta su salida (con el resto de la tropa que le quedaba) para situarse en Santo Cristo, o Biscucuy, y así era que tenía que atravesar la montaña rellena que separa estas dos distancias. Incluido dentro de esta retirada, llegamos hasta la orilla izquierda del río Saguás crecido a como se encontraba, se nos hizo imposible su paso. Era de madrugada y lloviendo mucho, dentro de este estado como desgarrador-- que sosteníamos, fue que Gabaldón nos dijo que nos salváramos a cómo mejor lo consiguiéramos.

Reunido con el General Alvarez, mi gran buen amigo, me ofreció ésta su compañía, con dos buenos muchachos que como su escolta lo acompañaban; sin embargo, al rato de encontrarnos, ya para remontar esta penosa vía y ascenderla otra vez, hasta más abajo del pueblo de Córdoba, se nos reunió Sandalio Linares con su sector de tropas y hermanos; y luego dentro de la mediación montañosa lo hizo de igual manera Leopoldo Riveros; así es, que hubimos de recorrer la misma travesía montañosa del día anterior, hasta llegar a la casa aislada donde habíamos pernoctado y tomado café. Ya aquí, por un baquiano que se encontraba en esta citada casa, me informé de una vieja pica que conducía desde Córdoba hasta Guanare; así es que la utilizamos; situándonos en este último paraje, encontramos un viejo cambural de topocho, y tomando algunas manos, nos pusimos a comerlas haciéndolas rebanadas fijándoles mantequilla de una lata que todavía le quedaba al General Alvarez. Aquí encontramos la cabecera del río Portuguesa, pero dentro de altos y hondos barrancos, que no se alcanzaba a transitarlos. Por tanto, aislados dentro del centro escarpado de esta región montañosa, nos recostamos, y con las bestias fijadas con sus riendas dentro de la cintura y previendo que nos quedaramos dormidos, y también nos abandonaran. No se conseguía agua para apagar la sed.

Ese otro día alcanzamos a llegar, o ascender, hasta el sitio de El Portachelo pastoso, aquí conseguimos tomar agua y tomar agua y distinguir a Suruguapo como viejo hato gabaldonero, sin embargo para llegar hasta él, había que descender otra vez por la vía opuesta hasta llegar al río de La Portuguesa y, crecido a como se encontraba, se hacia muy difícil pasarlo. Sin embargo, como nuestras mulas eran muy buenas conseguimos pasarlo y colocando tropa agarrada de las colas y así es: que logramos colocarnos dentro de su orilla opuesta. 

Después de pasar el río Portuguesa, se dispuso nuestra comida con las frutas de los árboles conocidos, y así es, que nos situamos en el hato de Suruguapo propiedad de don Pancho Sereno. Ya aquí; les hablé a todos los compañeros, para abandonarlos a su suerte, conforme yo me sostenía dentro de la mía. Hice compra de un novillo y les hice reparto de su carne; y así es, que me retiré hasta Ospino; y posteriormente hasta Colombia, donde llegué al Hato del Porvenir paraje éste lejano y también hundido dentro de las sabanas del Corozal y Cravo Norte.

Mi fecha de arribo hasta Colombia suscribió la del día 30-8-29

Corolario


Situado ya en Colombia Arauca, me  sostuve hondamente sumergido y asimismo actuando como comerciante, pero sin posibilidades de retornar otra vez a Venezuela. Había dejado abandonada a mi señora y mi hijo mayor, sosteniendo año y medio de casado, y mi hijo contando cuatro meses como su edad.

Este hondo gran vacío me afectó desgarradoramente, y así es: que tuve que pedir las garantías al General Gómez para retornar al hogar que había dejado: para rehacerlo y situarme dentro de mi situación de trabajo.

Sin embargo, no obtuve las garantías solicitadas: sosteniendo como ésta su secuela que fuera publicada mi carta, por figurar aparejada dentro del estado político existente. Esta publicación me colocó dentro del ostracismo político existente opositor. Por este motivo, mi regreso al País no resultó beneficioso ni tampoco satisfactorio. La opinión me señalaba inoperante y también recusado.

Ahora, como ésta su secuela: sustento que mi inclusión reivindicativa no fue incondicional, ni tampoco enmarcada dentro del fuero contrarrevolución ario existente. Mal podría fijarme dentro de estado indefinido y opositor estéril: a como figuraba la contrarrevolución gomecista, dentro del estado de anarquía y llena de consabidos y también estacionamiento cruento diletante.

Por este motivo, jamás me ha pesado haberlo hecho; ya que jamás he debido abandonar el hogar integrado por la mujer y un hijo. Así es: que vuelto al hogar, lo hallé relleno y fijando estado mustio, pero de siempreviva.

Por otra parte, el mismo General Gabaldón resultó ser otra vez mi amigo de siempre. Nuestra posición ulterior, revive estado transigente y elocuente.
Gonzalo García

Ya, a los 79 años es que figuro consignando esta Reseña de aquella Revolución y año de 1929; para situar este recordatorio y fijarlo tal como ocurrió. Sin embargo, no lo hago como su publicidad, sino tomando en cuenta este mi antecedente y patrio ostensor, que figura eclipsadamente mustio y asimismo sumergido; pero como hombre público que todavía soy, demuestro toda mi sinceridad, como la causa que sostuve para haber pedido mis garantías. 


Gonzalo García

Caracas, 7-11-78.

sábado, 28 de septiembre de 2013

EVELYN MARTINEZ DE GASPERI

EVELYN MARTINEZ DE GASPERI


Evelyn Martínez de Gasperi
Guanareña ancestral y de extraordinaria sensibilidad por la  creación literaria, es una apasionada defensora del  purismo idiomático que ella se empeña en transmitir diariamente desde su cátedra de castellano.


Con real vocación viene desarrollando actividades tendentes al mejoramiento de la enseñanza de   nuestra lengua castellana, tanto en el liceo "José  Vicente de Unda" donde ejerce la jefatura del Departamento de Castellano y Literatura, como a través de talleres, conferencias y publicaciones periódicas en diarios de Portuguesa.

La profesora Martínez de Gásperi, es egresada del Instituto Universitario de Mejoramiento Profesional del Magisterio, donde obtuvo el título de profesor en Educación Media. Ha ejercido con excelente profesionalismo, en la Unidad Educativa Nacional "José Vicente de Unda" y en la "Escuela Granja Oscar Villanueva", instituciones de reconocido prestigio, asentadas en Guanare. Ha participado en diversos talleres y seminarios, entre otros, "Evaluación y Nueva Ley de Educación", "Jornadas de Integración para la Proyección Educacional", "Implantación de la Escuela Básica" y en diversas jornadas de carácter humanístico, de interés para la formación integral de los jóvenes. Ha realizado interesantes trabajos de investigación, entre los que destacan "La Enseñanza de la Lengua Materna en la Educación Básica y el Desplazamiento de la Teoría Gramatical" y "Bolívar y García Márquez", basado en la novela "El General en su Laberinto" del escritor colombiano.

En Personajes de mi tierra, la profesora Martínez de Gásperi ofrece un conjunto de semblanzas, donde recoge expresiones muy únicas de distinguidos personajes de la ciudad de Guanare. Es un trabajo que encierra testimonios costumbristas de la urbe y su gente, con los que la autora aspira contribuir a la preservación de la memoria cuatricentenaria de la capital portugueseña.

Es esta obra la primera publicación de la profesora Martínez, con la que abre caminos a su especial propósito de contribuir a enriquecer el acervo cultural de un pueblo, que como Guanare, ha sido faro luminoso inextinguible, en la difusión de las manifestaciones artísticas y literarias.

Caracas, agosto de 1991 *


* Información de la contraportada del libro 
Personajes de mi tierra. 


Referencia 

Martínez de Gásperi, Evelyn. 1991. Personajes de mi tierra. Publicación auspiciada por la Sociedad Bolivariana y el Concejo Municipal de Guanare. Biblioteca de temas y autores portugueseños. Edición homenaje del Congreso de la República a la ciudad de Guanare en su cuatricentenario Caracas/Venezuela/1991. Congreso de la República, 1991 - 79 páginas

CIPRIANO HEREDIA ANGULO

CIPRIANO HEREDIA ANGULO


Dr, Cipriano Heredia Angulo
Escritor, jurista, orador de prestigio, Senador de la República en los inicios del actual Parlamento democrático, cultivador del periodismo y la poesía en sus inquietudes juveniles; presente durante largos años en centenares de artículos de prensa, en foros, conferencias y en la cátedra universitaria, ha afianzado el prestigio de su nombre como ciudadano y como activo luchador por la democracia y el civismo. Ha ejercido el Derecho con dedicación y honestidad y así actúa ahora como Magistrado en la Corte Suprema de Justicia de la República.

En su actividad de escritor ha cultivado el ensayo en trabajos como Benito Juárez, el gran adalid mexicano, Monseñor Unda y la educación secundaria en el país, Gallegos, su interpretación venezolanista, La violencia, entre otros. Ha perseverado en luchas por la defensa y el fomento de nuestras riquezas primarias en su libro Recursos Naturales Renovables (INCISA, 1969); vertido apreciaciones históricas y jurídicas en la obra Los Ejidos de Guanare, todos recibidos elogiosamente por la crítica.

Apasionado de los estudios históricos es autor de numerosos trabajos. Basta citar: EL AÑO 29 – recuento de la lucha armada, (1974, Ediciones Centauro). Allí penetra el autor en las raíces y vicisitudes del acontecer bélico de aquellos años contra la tiranía imperante. Valioso también su trabajo PAEZ, presencia inmortal y otros dispersos en folletos.

Ahora Cipriano Heredia presenta esta obra Historia General de Portuguesa, en cuyas páginas comenta e interpreta variada documentación, mucha de ella hasta ahora desconocida, o muy poco divulgada. Desfilan por allí situaciones, épocas y personajes de innegable interés. No es la tradicional narración de hechos históricos, especialmente sobre nuestro procerato, sino una acuciosa investigación y serena apreciación, desde el origen hasta la situación actual de una región que cada día aumenta su peso en el acontecer nacional, y que ha arrancado del más valioso fondo histórico.

Esta reedición ha sido realizada por el editor José Agustín Catalá con autorización del autor, para ser incorporada a la Biblioteca de Temas y Autores Portugueseños en ocasión del cuatricentenario de Guanare, ciudad de la que ambos son nativos.
                                                                                    
                                                             Caracas, septiembre de 1991*


* Información de la contraportada del libro Historia General del Estado Portuguesa

Cipriano Heredia Angulo nació en Guanare el 11 de marzo de 1917 y fallece en Caracas el 23 de agosto de 2010 a la edad de 93 años. 


Referencia




Heredia A., Cipriano. 1991. Historia General del Estado Portuguesa (Tomo I y II).


Raimundo Andueza Palacio Pedro Quintero García

Raimundo Andueza Palacio

Raimundo Andueza Palacio
En octubre de 1980 tuvo lugar en el Palacio de las Academias una Mesa Redonda sobre Enfermedad y Muerte de los Presidentes de la República en el Siglo XIX, y al efecto se elaboró un programa constituido por cuatro conferencias y catorce ponencias patobiográficas, asignadas a las entidades patrocinantes, Academia Nacional de Medicina, Academia Nacional de la historia, Asociación de Historia militar y nuestra Sociedad Historia de la Medicina.

Al subscrito le tocó el alto honor de desarrollar la ponencia sobre Andueza, quinto presidente civil, tribuno de excepcionales dotes, gloria de la intelectualidad venezolana.

Luego de puntualizar su recia personalidad con sus pormenores claroscuros, me permití aclarar erradas aseveraciones:

1° Nace en Guanare el 6 de febrero de 1846, según la Fe de Bautismo cuya copia conservamos, asentada en los libros de la antigua Iglesia Matriz. La versión de haber nacido en Caracas el 6 de febrero del 51 queda desvirtuada.

2° Sus estudios de primaria y secundaria los cursó en su ciudad natal según certificaciones existentes, para desmentir así la aseveración de que los hizo en la capital de la República.

3° Se ha dicho que fue ingeniero, nada más falso; el único título académico registrado en la UCV es la de Abogado obtenido en abril del 74.

4° En varios textos de historia se afirma que fue derrocado por el ejército; esta aseveración por los conductores de la guerra, cuando se dirige un manifiesto en atoyo a la estrategia empleada, es falsa; la revolución legalista estaba vencida en Portuguesa y en los Andes. No obstante el Presidente insiste en su renuncia y antes de tomar el barco en La Guaira fue despedido por el Alto Mando con los honores correspondientes a su rango de Comandante en Jefe.

De esa manera se efectuó la transmisión de poderes con toda la solemnidad del protocolo.

5° Sus detractores lo han considerado como un traidor a su protector Guzmán Blanco; entre ellos hubo una grave desaveniencia doctrinaria que condujo públicamente a un rompimiento caballeresco. Cuando se actúa en el terreno del honor con semejante proceder no puede haber deslealtad ni mucho menos traición máxime si no hay un compromiso personal.

6° El continuismo no fue obra de Andueza; muchos presidentes valiéndose de maniobras censurables: nepotismo, elecciones fraudulentas, congresistas corruptos y golpes de estado se apoderaron del poder por el tiempo indeterminado.

Andueza propuso al Congreso una enmienda para extender el período presidencial a cuatro años por considerar insuficiente el actual para desarrollar programas de consideración, previo una interinaria de seis meses mientras se prepara la transición.

Para evitar malos entendidos hizo público su intención de no aceptar postulación para seguir en el poder y como en el Congreso tenía una oposición cerrada era imposible seguir en el poder.

En estas condiciones muchos congresistas simpatizaban con la proposición y en consecuencia había probabilidades de aprobación y cuando se preparaban para decidir, para asombro de la nación, estalla la revolución y las tropas del gobierno asentaban tremendos golpes a los legalistas en Portuguesa y en los Andes, sorpresivamente Andueza renuncia y Crespo entra victorioso al Capitolio, adueñándose de la presidencia sin ninguna intervención del Congreso y la ejerce a su propia voluntad.

7° La muerte le sobrevino en su hogar en la esquina de Jesuitas el 17 de agosto de 1900 y según certificado del Dr. Federico Tejera, fue súbita por trombosis cerebral.- de esta manera queda comprobado que su fallecimiento no fue en París.                     

8° Sus restos reposan en Tierra de Jugo, de un lado el mausoleo de su enemigo Joaquín Crespo y del otro la tumba de su compañero Manuel Modesto del Gallego; una humilde lápida identifica el sitio.

El Presidente Castro dispuso solemnes honras fúnebres, personalmente asiste al sepelio y decreta los honores del Panteón Nacional al cumplir el tiempo reglamentario, pero han pasado noventa años y aún no se ha cumplido el traslado de sus restos.

El Dr. Raimundo Andueza Palacio ha sido objeto de graves confusiones, como si el destino quisiera disfrazar su atrayente personalidad y en esta ocasión hemos tenido el gran honor con documentos verídicos aclarar la vida de este esclarecido guanareño, gloria de las letras tribuno incomparable y patriota a toda prueba.

De él dijo Manuel Alfredo Rodríguez: "gobernó deportivamente con el sentimiento de esa villa tranquila y amable donde predominaba una afección por todo lo francés; de costumbres bondadosas, amigo del vino y de las mujeres hermosas tenía un espíritu irónico y chistoso.

Cuando fue electo como primer magistrado, llamó a su íntimo amigo 4 Modesto del Gallego y le da la siguiente noticia por teléfono: "¡chico! Me subí por el cuello de la botella a la Presidencia".

Esta anécdota refleja su carácter y su bonhomía.


Pedro Quintero García
Referencia 

Quintero García, Pedro 1991. Guanaguanare. Biblioteca de temas y autores portugueseños. Ediciones del Congreso de la República. pp 116-118

Dr. Victorino Márquez Bustillos


Dr. Victorino Márquez Bustillos


Victorino Marquez Bustillos 
Este notable y taimado hombre público nace en la ciudad de Guanare el 2 de noviembre de 1858, vástago de una ilustre familia, cuya casa solariega estaba frente a la Plaza Bolívar. Allí aprendió las primeras letras, sigue el bachillerato en el Colegio San Luis Gonzaga y obtiene en la UCV el doctorado en jurisprudencia. Muy joven la familia se traslada a Trujillo para evitar las persecuciones federales desatadas a las personalidades godas.

Olvidado de la tierra que lo vio nacer, los trujillanos se apropiaron de su personalidad que empieza a despuntar en su brillante porvenir. Es de pequeña estatura, refinado en el trato, aficionado a las bellas letras, bigotes entorchados a lo kaiserino y bien preparado en su profesión.

A principios del presente siglo, llega a Caracas, procedente de Trujillo, Invitado por unos amigos a fundar un escritorio jurídico para ventilar asuntos pendientes de varias casas comerciales, pero la finalidad era muy otra.

La ciudad se encontraba en gran desasosiego por un cúmulo de "bolas" que circulaban sobre la gravedad de Castro, y cansada como estaba de soportar arbitrariedades y escándalos sociales, estaba dispuesta a poner punto final a aquella situación insoportable. La consigna de "nuevos hombres, nuevos ideales y nuevos procedimientos" se traducían ahora en desafueros y crímenes de los secuaces hasta el punto de proclamar el gobierno: "ni cobro andino, ni pago caraqueño" una verdadera debacle en la moral ciudadana.

Don Victorino frecuenta cierto cenáculo donde un grupo de personajes de todas las condiciones sociales habían constituido un comité revolucionario para derrocar al corrompido mandatario.

Y cuando se decide el viaje a Europa para realizar su intervención quirúrgica, 1908, y el Vice es encargado de la Presidencia de la República, todas las fuerzas vivas respaldan al general Gómez para que se apodere definitivamente del poder y el 19 de diciembre dirigen una proclama a la Nación para implantar el régimen conocido como la Rehabilitación Nacional.

En aquella primavera Márquez Bustillos era uno de los cerebros directivos como si fuera una "Eminencia Gris" contribuye a formar el primer gabinete ministerial integrado por la flor y nata de los hombres prominentes. Más tarde asume funciones de Consejero convirtiéndose después en Gobernador del Distrito Federal.

El nuevo gobierno barre hasta las últimas huellas del régimen castrista y los tribunales se ocupan de las acusaciones penales como el fusilamiento del general Antonio Paredes ordenado por Castro, así como también van aflorando multitud de crímenes desconocidos por la generalidad.

Mientras tanto Juan Vicente Gómez es elegido por el Congreso Nacional como nuevo Mandatario con especiales atribuciones para organizar la administración sobre todo las reclamaciones extranjeras, las relaciones diplomáticas interrumpidas y el arreglo de las deudas pendientes.

En 1911 es electo Gómez Presidente Constitucional y como una gracia especial se le autoriza a permanecer en Maracay en calidad de Comandante en Jefe del Ejército, para terminar la pacificación de algunos grupos armados atrincherados en diversos sitios del país.

Es estonces cuando una Constituyente de Plenipotenciarios —manejado por el Dictador en ciernes— lo nombra Presidente Provisional con limitaciones peculiares sin antecedentes conocidos en la política venezolana.

Semanalmente se dirigía a Maracay a presentar cuenta de sus actividades al general Gómez, lo que autorizara al vulgo para decir "Márquez preside y Gómez gobierna".

A pesar de la guerra europea Márquez Bustillos se enfrenta a la grave situación, declara neutral a Venezuela, toma las medidas financieras de rigor, libra de economía de los efectos de la crisis mundial y enrumba el gobierno por las rutas positivas. Harto se sabía que era obra de Gómez, aunque se le reconocía facultades extraordinarias para mandar.

Cuando el Dr. Márquez estaba capitalizando el chorro petrolero y recomendaba leyes al Congreso sobre el aprovechamiento de la riqueza, el Dictador temeroso de alguna movida revolucionaria, sin mucho pensar se encarga del poder el 24 de julio de 1922 y Don Victorino se retira a sus funciones privadas.

Con toda justicia debemos reconocer la labor de Márquez como provisional en el poder; desplegó un gran talento para soportar la recia imposición de un jefe militar rodeado de genízaros dispuesto a solu-cionar por la fuerza todos los problemas complicados para el poder civil.

Al morir Gómez en 1935 es nombrado por López Contreras como su Secretario General confiado en el talento reconocido en el Dr Márquez como factor indispensable para encaminar el nuevo régimen.

Cuando la Democracia despunta en los cielos de la patria, el Dr. Márquez que fallece el 10 de enero de 1951. Deja un libro titulado "Semblanza del Benemérito general Juan Vicente Gómez".


Pedro Quintero García 


Referencias 

Quintero García, Pedro 1991. Guanaguanare. Biblioteca de temas y autores portugueseños. Ediciones del Congreso de la República. pp 122-125

El Hermano Nectario María, Apostol de la Coromoto

Nectario María Apostol de la Coromoto
Nectario María El Apostol de la Coromoto

Revestido de la fervorosa devoción coloco en esta Columna de Honor la memoria del Hermano Nectario, religioso lasallista, magister de la historiografía, apóstol de la Coromoto y maestro de mi juventud en aquel plantel, tan lleno de recuerdos. Cuando se trata de eximios humanistas, la muerte no puede poner punto final a su existencia sociológica, los frutos de su siembra seguirán multiplicando sus cosechas a través de los siglos en su esencia y sazón.

Me valgo de la famosa frase del filósofo optimista para iniciar su panegírico al decir: "¿Más allá de la muerte, Adelante?". 

Seguro estoy de su empeño dilatado en seguir acompañando a su pueblo en  las penas y alegrías porque siempre permaneció en en estrecha comunión de su destino. Su herencia intelectual, consagración de su apostolado, de sesenta años de intensas investigaciones, un mil trescientos ochenta volúmenes publicados, constituye el haber de su faraónica bibliografía. Muchas de ellas a las tradiciones y leyendas perdidas a través del tiempo, y de precisiones cronológicas sobre ciudades y hechos trascendentales incorporados así al patrimonio nacional.
Hermano Nectario María

En junio de 1913 llega a su futura patria Nectario María Pralon, procedente de Francia en compañía de los venerables Hermanos Juan, Facundo Tomás, Buenaventura y Luis para atender así una invitación de una Junta de Notables, presidida por el Dr. Antonio María Pineda, del Obispo y del Presidente del Estado con la finalidad de que fundaran en Barquisimeto, el Colegio que habría de ser el más famoso de occidente.

Apenas tenía veinte y ocho años de edad, especializado en Pedagogía y Ciencias Naturales con una probada vocación adquirida en las cátedras de las Escuelas Cristianas. De pequeña estatura, inquieto, nervioso y lleno de ideales, colabora intensamente en levantar el andamiaje funcional y físico de la institución emprendida por el Hermano Juan en su condición de ingeniero constructor.

Abierto al público el soberbio plantel, acuden a su internado alumnos de los Estados vecinos y con un plantel de brillantes profesores su fama se difunde por toda la República hasta llegar a una verdadera aglomeración imposible de atender. Nectario es el maestro del primer grado por unos cuantos años y luego empieza a madurar planes revelados por su Angel de la Guarda sobre la Aparición de María en los llanos venezolanos.

Sus confidencias con el Capellán del Colegio Monseñor Ignacio Quintana, intelectual guanareño, le va nutriendo sus intenciones.

Se reúne frecuentemente con coterráneos profesionales residentes en Barquisimeto tales como los Rodríguez Ortiz, Cruz Ramírez, Andrés Delgado y el comerciante Pedro Castillo que le proporcionan datos y facilidades para trasladarse a Guanare en pos de fuentes documentales a fin de depurar la historia de la Aparición de la Virgen de Coromoto, envuelta en esos tiempos en mitos y fantasías transmitidas de generación en generación.

Louis Alfred Silvano Pratlong Bonicell Gal 
Hubo un momento en que la idea se apodera de su vida, en las noches insomnes lo atormentan proyectos fantásticos y en el día presenta gestos y acciones raras, cuyos resultados empiezan a preocupar a sus hermanos de religión temiendo alguna perturbación mental; la razón era muy otra, más tarde ratificada por la sabiduría del tiempo, se trataba de una resaca del subconciente de normales pensamientos, aprisionado por un círculo hermético.

En vista de estas circunstancias bien entendido los fenómenos, La Jerarquía resuelve libertar al Hermano Nectario de sus obligaciones pedagógicas para que emprenda sus soñadas investigaciones, y un día de 1924 se dirige a Guanare como un peregrino atraído por una poderosa convicción.

En aquel momento la ciudad se encontraba en plena decadencia, sus fuerzas vivas agonizantes y una resignación parecía comunitaria no abrigaba ninguna esperanza de restitución.

Bien comprendida la situación Nectario emprende su labor asistido de un profundo optimismo respaldado por una fe que mueve montañas.

Sin perder un minuto se dedica a explorar el terreno donde la tradición señala la aparición y en colaboración con distinguidas personalidades conocedores, señores Manuel Martínez García, Rafael Rodríguez Ortiz y el párroco, emprende las difíciles señalaciones y logra después de dilatadas comparaciones ubicar el sitio exacto del acontecer milagroso, la choza del cacique, la casa de Juan Sánchez y el rumbo tomado por los Cospes en su huída hacia la selva. Explora también las ruinas de la iglesia de Tucupido, y armado de tantas perspectivas prosigue sus tareas en archivos y toda fuente de información conveniente, y después de tres años de ¡abores edita la historia de la Aparición de la Virgen de Coromoto, libro maravilloso recibido con la mayor complacencia por todos los creyentes de habla castellana. Y de esta manera Nectario escala el primer peldaño de la fama internacional.

Sin descanso continúa su labor y obtiene el reconocimiento de la Coromoto como Patrona Nacional y en una espectacular ceremonia es coronada por un Delegado Papal, en un espléndido parque y la consagración de la Iglesia Matriz como Basílica y el establecimiento de las peregrinaciones religiosas en forma ordenada con una infraestructura conveniente.

Completa todas estas imponderables adquisiciones promoviendo la construcción de hoteles de gran capacidad, escuelas y colegios regentadas por religiosas, y encabeza la promoción de empresas madereras y agrícolas financiadas por pudientes de la localidad, que con el tiempo se transforman en fuentes de trabajo y riquezas.

Terminada esta primera etapa dirige sus esfuerzos al campo de la historiografía y la docencia; como delegado al Archivo de Sevilla en su condición de Agregado Cultural de la Embajada, culmina sus esfuerzos descubriendo el Acta de la Fundación de la ciudad de Guanare —la primera aparecida en América— y multitud de legajos que corrigen errores y fantasías sobre orígenes de ciudades y monumentos nacionales, así como aconteceres de señalada importancia.

En cuanto a la docencia escribe textos para escuelas, liceos y universidades sobre historia, geografía, gramática, literatura y filosofía.

Gozó en vida de insólitos homenajes, la nación le otorgó sus más preciadas condecoraciones, la Asamblea Legislativa de Portuguesa y el Concejo Municipal lo declaran "Hijo Ilustre de Guanare", se le erige un gran monumento en la plaza de su nombre y se espera la conclusión del Templo Votivo para sepultar sus restos en un lugar de preferencia.

En su larga vida recibió homenajes sin precedentes, Académico de la Historia, Académico de la lengua y muchas dignidades otorgadas por instituciones extranjeras.


Cheremeco
En los últimos días de su existencia, agobiado por los achaques de su avanzada edad no pudo asistir a la visita del Papa en 1985, así como tampoco fue tomado en cuenta para siquiera recibir la bendición apostólica. Tal vez si hubiera estado en sus cabales su Santidad hubiera asistido al santuario de María en Guanare como lo había hecho en otros países de Vírgenes aparecidas. Había el precedente que la invitación fue obra suya acogida unánimemente por el Episcopado venezolano.

Honor y gloria para este Apóstol de la Coromoto que logró no solamente reivindicar la devoción por una imagen milagrosa, sino que también enrumbó el progreso de Guanare.

Pedro Quintero García 

Referencias 
Quintero García, Pedro 1991. Guanaguanare. Biblioteca de temas y autores portugueseños. Ediciones del Congreso de la República. pp 118-122

jueves, 26 de septiembre de 2013

COLUMNA DE HONOR: Monseñor José Vicente Unda

CAPITULO VII
COLUMNA DE HONOR

En esta selección hemos incluido una muestra expresiva de aquellas personalidades relevantes de esta ciudad señorial que dejaron una trayectoria luminosa en la historia, en la seguridad de haber procedido con entera imparcialidad.

Monseñor José Vicente Unda
Monseñor José Vicente Unda 30/01/1777-19/07/1840

Este virtuoso clérigo humanista, pedagogo de grandes quilates, Obispo de Mérida y prócer de la Independencia, es digne de que sus restos reciban el homenaje del Panteón y repose a perpetuidad al lado del Libertador, a quien acompañó en las jornadas cívicas de la libertad.

Es inconcebible esta ausencia, explicable por haber faltado la insistencia de los congresistas portugueseños en reivindicar este derecho inobjetable. Hacemos votos para que en no lejano tiempo se obtenga la realización de una esperanza profundamente sentida en la colectividad portugueseña.

José Vicente nace en Guanare el 30 de enero de 1777, sus padres don José Francisco de Unda, de rancio abolengo y doña María García descendiente de una dinastía india mejicana, cuya numerosa prole gozaba del respeto y el aprecio de toda la sociedad.

Niño prodigio aprendió con facilidad las primeras letras enseñadas por su padre y como en ese tiempo se carecía de planteles organizados, el párroco Francisco de Alvarez lo instruyó en materias avanzadas como gramática, latín, filosofía e historia, y tal fue la preparación obtenida que en un concurso promovido por la Curia Metropolitana obtuvo una beca para seguir la carrera eclesiástica.

Ya en Caracas es internado en el seminario y demuestra desde el principio una sólida vocación orlada de un raro talento; en las difíciles asignaturas ocupa los primeros puestos y se gana la confianza de maestros y compañeros; es promovido a decurión y en ocasiones suple la ausencia de los catedráticos con lujo de detalles. Luego de aprobar el curso reglamentario con altas notas recibe solemnemente las órdenes sagradas de manos del Arzobispo en 1800, regresa a su hogar para recibir las bendiciones paternales y las felicitaciones de la sociedad.

Es designado sacristán mayor, luego cooperador y por último vicario del partido. Previamente obtiene el doctorado en Cánones y desempeña accidental la cátedra de filosofía en la Universidad, excusando la función permanente por los cargos aceptados en su tierra.

El sacerdote, con sus especiales dotes no tarda en conquistar el aprecio y la consideración de toda la feligresía por la suavidad de su trato. y la generosidad de sus actuaciones al punto de ser el "paño de lágrimas" de los humildes hogares.

Pronto se destaca como orador de sólida envergadura, sus sermones contienen profundas enseñanzas, su discurso sobre Ayacucho es una pieza de antología patriótica, un himno de gloria para Bolívar y Sucre y todos los vencedores en la batalla.

Poseía una cultura enciclopédica cónsono con su condición religiosa que sabía guardar las distancias entre la Escolástica y los librespensadores para emplear decisiones de acuerdo con las necesidades de la época. Abrazó la causa de la independencia como un militante de primera fila para merecer la grave responsabilidad de ser diputado al Primer Congreso republicano y de esa manera tiene el honor de firmar el Acta de la Independencia.


Confraterniza con Miranda, Bolívar y los más relevantes patriotas; como presidente de la Junta de Festejos se esmera en atender al. Libertador a su paso en la Campaña Admirable por Guanare, aboga por los prisioneros españoles y le proporciona el grandioso recibimiento y aprovecha la ocasión para obtener la promesa de un colegio.

En 1823 funda el primer periódico de la región llamado La Aurora de Apure y lo transforma en vocero republicano; como senador al Congreso colabora en aprobar leyes, códigos y reglamentos para estructurar la marcha de la República.

Cuando llega la oportunidad organiza la apertura del Colegio San Luis Gonzaga, ocupa el antiguo convento y se dedica a equipar al nuevo plantel con todo lo necesario a su buen funcionamiento, gracias a la contribución de la sociedad guanareña y del vicerrector Pbro. Dr. Liborio Colmenares.

El 1 de septiembre de 1831 se inician las clases con una inscripción e 60 alumnos para el primero y segundo año de bachillerato, con un brillante cuerpo de catedráticos y a vuelta de poco tiempo su fama se extiende y de muchos pueblos lejanos acuden en solicitud de admisión; cuando el rector Unda estaba esperando la graduación del primer grupo de bachilleres, es llamado a desempeñar las funciones de Obispo de Mérida, y con el corazón partido de dolor acepta la designación y el 12 de noviembre de 1836 es consagrado en la iglesia de San Francisco por el Arzobispo Ramón Ignacio Méndez, y parte a ocupar la sede vacante. Se detiene en Guanare para despedirse de sus seres queridos. 

Con lágrimas en sus ojos reza en la capilla del colegio para que el Ser Omnipotente proteja el futuro destino de aquella querida institución.

Llega a Mérida en los primeros días de enero del 37, lo espera un alborozado recibimiento hasta llegar a la Catedral donde se reviste de ornamentos litúrgicos y con mitra y báculo recorre las naves del mplo y al terminar el tedéum bendice a su grey y en la noche asiste banquete ofrecido por las autoridades.

En seguida recibe el homenaje de la sociedad y pueblo en discursos y obligaciones, ofreciendo él su corazón y su espíritu como garante de sus buenas intenciones en el decurso de su apostolado.

De esa manera y con tan buenos augurios estudia a fondo las necesidades de la Diócesis y dirige su mirada a los problemas de la pobrecía y la infancia abandonada, y al efecto convoca a un grupo de damas y caballeros para formar una Junta encargada de presentar proyectos dirigidos a fundar instituciones benéficas, y con la ayuda del Ejecutivo y la Municipalidad se crea un refugio infantil destinado a asistir a los muchachos realengos o sin padres conocidos. Más tarde se ocupa de visitar a los enfermos hospitalizados, a ofrecer ayuda a los asilos, a frecuentar escuelas y colegios, a ampliar el seminario y a patrocinar el funcionamiento de las cofradías.
Cada día los feligreses manifiestan su agradecimiento por las obras realizadas por el manso obispo y se apresuran a consignar su óbolo en todas las circunstancias, y cuando más contento se encontraba de sus primeros años de actuación, una cruel enfermedad le arrebata la vida en medio de la consternación de todo un pueblo.

Conforme el ritual litúrgico su cadáver es velado en el altar mayor de la Catedral y después desde los solemnes oficios, acordes con su alta dignidad episcopal es sepultado en la cripta señalada para inhumar los prelados fallecidos. El 14 de julio de 1840 es recordado en la historia de la Diócesis Emeritense como un dia de luto en que falleció un gran obispo.
De acuerdo con su última voluntad su corazón fue trasladado a Guanare; en la Basílica Catedral existe un altar donde está la reliquia que diariamente es objeto de veneración pública.

El juicio penal

Como había leído muchas versiones contradictorias sobre este proceso judicial seguido al Pbro. José Vicente Unda —algunos pocos favorables— resolví consultar al Archivo Nacional, cuyo director el Dr. Héctor García Chuecos me atendió con toda gentileza; al exponer yo mi interés en obtener datos, enseguida me presentó el expediente levantado al Vicario de Guanare en su condición de reo de Estado calificado como infidente del Rey. 

Precisamente, me dijo, "estoy escribiendo su biografía y por esa razón tengo a la mano estos recaudos", y me facilitó un escritorio para extraer los más importantes para llenar mi cometido, que no era otro, resaltar la verdad de lo ocurrido.

Lo más curioso del caso era este procedimiento judicial, cuando las autoridades españolas aplicaban en estas circunstancias las sentencias sumarias sin ninguna clase de instancias y cuyo veredicto era siempre la pena de muerte.

He aquí el resumen:

El Intendente de la Provincia de Barinas, Pedro González de la Fuente, traidor de la causa patriota, con fecha 20 de mayo de 1812 ordena al Justicia Mayor de Guanare, Nicolás Trujillo, proceder a la detención de todos los patriotas con claros antecedentes de haber participado en el movimiento emancipador, y entre ellos figuraba en primer lugar el padre Unda.
Como permanecían incomunicados se valieron del correo de las brujas para comunicar al Arzobispo de Caracas el peligro de su situación y como era natural, en compañía de su hermano, también sacerdote, fueron trasladados a Caracas junto con un grueso legajo de las acusaciones, mediante las declaraciones de los siguientes testigos, vecinos del poblado, don Miguel León, Carmelo Huizi, José Ignacio Huizi, Francisco Alvarado y don Miguel Fajardo. Todos detallaron la actuación de los hermanos Unda en la revolución de la Independencia a partir de 1810.

Pasado el expediente a la Real Audiencia, en su sede de Valencia, este tribunal dispuso recibir la declaración indagatoria para anexar a completar las exigencias legales.

El 10 de diciembre asistido por el Deán doctor Pedro Martínez en representación del Arzobispo, principia su declaración negando algunas acusaciones y admitiendo otras con el cuidado de no agravar la culpa de sus paisanos.

Primeramente hizo constar que con el respeto y autoridad que le daban su categoría de vicario, había mantenido en Guanare el orden público para alejar los peligros de las desgracias, y a este objeto había exitado al pueblo en la plaza pública que recibiese con toda la cordialidad a los soldados del rey.

Que había formado parte de todos los cabildos que facilitaron la entrega de la ciudad a las autoridades españolas, y que como diputado del pueblo había recibido a los jefes expedicionarios con el respeto y el acatamiento acostumbrado, y que en todo momento se le ofreció una ocupación pacífica y generosa.

En cuanto a los testigos acusadores les negó toda veracidad por las siguientes razones, Ignacio Huizi por actos inmorales había sido censurado por el Juez Real, Francisco Alvarado era un beodo consuetudinario, y que el Teniente de Justicia era su enemigo declarado, por lo cual negaba autoridad valedera a este grupo de aventureros.

Terminada esta primera citación el padre Unda confiere poder al Procurador de la Audiencia para que lo representase en su defensa donde debía comprobar los falsos testimonios.

Agotados los lapsos probatorios a vista del expediente el Fiscal, doctor José Costa y Gali, en escrito de fecha 21 de enero de 1813 manifestó haber revisado el libelo y luego de una profunda reflexión concluye que no había ningún mérito para continuar la investigación, y por lo tanto a los hermanos Unda debían ser libertados, permitiéndoseles el regreso a su domicilio para reasumir sus obligaciones.


El 3 de febrero la Audiencia Real confirmó las recomendaciones del Fiscal, decretando la libertad de los encausados Pbros. Unda con la siguiente advertencia:

"La Audiencia confía que así como habían contribuido a restablecer el orden en la ciudad de Guanare y se reencargarán las autoridades reales, se dedicarán de ahora en adelante a consolidar la situación persuadiendo al pueblo a encaminarse al bien inestimable de la paz, rectificando las opiniones anárquicas para entregarse de lleno al trabajo fecundo y remunerativo. Sin embargo, esta sentencia relativa a los hermanos Unda, no involucra su responsabilidad como diputado o representante al Congreso revolucionario u otra asociación similar".

Cuando regresa a Guanare el 1 de marzo, se encuentra con la insólita novedad de que todos los compañeros de prisión habían sido libertados sin condiciones.
Hasta aquí se ha demostrado la conducta intachable del venerado Vicario como medio de librar a la ciudad de una ocupación a sangre y fuego.

En todo el proceso sus ideas patrióticas no fueron lesionadas y lleno de optimismo sigue laborando por la soberanía e independencia de la patria.


                                            Pedro Quintero García 



Referencias 



Quintero García, Pedro 1991. Guanaguanare. Biblioteca de temas y autores portugueseños. Ediciones del Congreso de la República. pp 107-113