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"La historia está presente y nos rodea en todas las horas, porque no es otra cosa que la vida” Arturo Uslar Pietri

viernes, 5 de noviembre de 2021

ZONNY MANUEL LEÓN FRÉITEZ… EL PEDAGOGO DE LOS CAPACHOS

TROVAS DE TRAVESÍAS
ZONNY MANUEL LEÓN FRÉITEZ… EL PEDAGOGO DE LOS CAPACHOS


Se iniciaba la década de los 70 cuando la Dirección de Extensión Cultural del estado Portuguesa bajo la coordinación del profesor guanariteño Rafael Parra Pinto comenzó a difundir la música llanera a través de un sencillo proyecto conocido como El Teatro Móvil, un camión Dodge gris con la identificación en las puertas. Un camión-Escenario conducido por José Manuel León o Cheo León “El Gavilán de la cumbre”, un sencillo cantante y compositor de la parte alta de Ospino.
Este proyecto constaba de un conjunto llanero conocido como “Los Turpiales del llano” por donde pasaron dos famosos arpistas: Pedro Castro y Ramón Coromoto Martínez. Como cuatrista Inés Castro, y entre los maraqueros que allí actuaron figuraron Jorge “Condorito” Guédez, Hernán Torrelles y José Cheo Ramírez; como bandolista Rómulo Galea, quien a la vez hacía pareja de baile con su esposa Rita Lozada; como contrabajista el indio Teodoro Yústiz, y los dos cantantes estelares eran Julio Frías y el mismo chofer Cheo León. El primer animador y director del conjunto era el piriteño Ángel Graterol Oropeza “El Caballero del llano”, más tarde sustituido por Rafel Solórzano y luego por Florentino García; y –por supuesto- un técnico de sonido, el más jovencito de la partida ZONNY LEÓN, hijo del chofer y cantante, con quien guardaba una extraordinaria semejanza, no solamente en el parecido físico sino también en aquel espíritu pleno del buen humor y el chiste oportuno. En este peregrinar por todos los rincones del estado Portuguesa y otras regiones, Zonny aprendió a defenderse con la bandola, con instrucciones de don Rómulo Galea, pero se destacó más como fino maraquero, alcanzando participación en festivales y actos de renombre en el folclor llanero.
Así conocimos al muchacho que más tarde se convertiría en un docente emprendedor. Primero a nivel de educación media y más tarde en educación superior, figurando como Profesor a Dedicación Exclusiva, con posgrado de la UPEL, después de haberse graduado en ella cuando era el Instituto de Mejoramiento Profesional de Magisterio. Después de laborar en Guanare, a petición de la administración central en Caracas, se abrió un concurso de oposición en el cual resultó victorioso y laboró hasta su jubilación en la capital de la República.


Uno de sus trabajos de ascenso en el escalafón universitario, como docente de música fue uno que difundió en diversos escenarios académicos en compañía de su colega Jesús Figuera. Este trabajo incluía todo lo referente a la ejecución de ese instrumento aborigen. Mientras Jesús Figuera iba mencionando los pasos de la ejecución Zonny iba ejecutándolos en sus maracas.
Además de buen docente, era extensionista y buen investigador de las raíces de la pluralidad musical venezolana. Después de padecer una larga enfermedad, hoy 5 de noviembre fallece a la edad de 67 años. Todavía tenía mucho que enseñar y qué producir este brillante portugueseño. En nombre de mi familia hago llegar una sentida y sincera nota de pesar a su viuda Hilda Vespa de León, a sus hijos y todos los familiares.
De Guanare hasta Caracas
la música hizo cabriolas,
un sollozo de bandola
junto a un réquiem de maracas;
la Quirpa y la Guacharaca
y el seis por numeración
lloraron junto al bordón,
y el cuatro vistió de duelo
cuando se elevaba al cielo
el alma de ZONNY LEÓN.
¡Paz a tus restos!... ¡Dios te reciba en su trono!
Yorman Tovar.
La Colonia-Guanare, 5 de noviembre de
2021.

sábado, 23 de octubre de 2021

CRÓNICAS GUANARITEÑAS CRÓNICA ESPECIAL PARA LA CUCA

No hay latitud geográfica que reclame su origen, pero es venezolanísima; tampoco hay fecha que precise cuándo nació; y menos quien fue la madre o el padre que la creó. Lo cierto es que existe como tal… ¡La Señora Cuca… sí señores! Según Juan J. Ramírez en su “Diccionario Folklórico Ilustrado” -referido por Francisco Javier Pérez (2012) en su “Diccionario Histórico del Español en Venezuela”, la CUCA nace en la época colonial, pues era usual ver en los mercados de la antañona Caracas a las fortachonas negras, descendientes de África vendiendo cuca, delicia que competía con el majarete, las polvorosas, suspiros, pan de horno, gofios, tortas burreras y la suculenta “Torta bejarana”.
Según el Diccionario de Francisco Javier Pérez, el término “CUCA” fue impuesto a finales del siglo XIX, definido como “galleta dulce de color marrón redonda y de bordes ondulados”. También se desconoce, pero se sospecha que por el color y la forma abultada, desde inicios del siglo XIX se le relaciona con el órgano sexual femenino, y por asuntos de tabú se le trató de cambiar la malsonante designación por el eufemismo de CATALINA, precisamente, el nombre de Su Majestad Imperial Catalina II, Emperadora y Soberana de todas las Rusias, a quien muchas historias paralelas a las oficiales, relacionan sentimentalmente con nuestro Generalísimo Miranda. Aunque pudiera ser que la Señora Cuca heredó la alusión de Catalina, gracias a alguna negra que llevara tan sonoro nombre. Aclaro que estas referencias históricas, en gran parte, son especulaciones, pero están asentadas en el acervo cronístico de nuestras tradiciones. Entre otros nombres recibe también los de “Chula”, “Barriga e vieja” y “Perseguida”.
A propósito de “PERSEGUIDA”, en Guanarito hay una anécdota muy jocosa. Entre los años 60 y 70 hubo un negocio muy popular: La panadería “San José” del señor José Del Carmen García, a quien llamaban, sencillamente José García “El pobre”, esto porque había otro comerciante llamado José de Jesús García Hernández, quien no era millonario, pero tenía más recursos, y por eso, para distinguirlos, a la hora de pronunciar el nombre, se hablaba de José García “El rico” y José García “El pobre”.
La anécdota en particular es que en el año 1971 en aquella panadería se producía –además de la variedad de panes- las deliciosas Catalinas o “CUCAS” (uno de los nombres de “la innombrada” órgano reproductor femenino, según el escritor Misael Salazar Martínez). El distribuidor en la bicicleta de reparto era “El renco” Marcelino Ramírez, un dicharachero hombre de llano que a todo le ponía su gracia genuina. El hombre se extendía por la calle ofreciendo, exclusivamente las cucas:
¡Cucas, llevo las cucas calientes! …
¡Cambio cuca caliente por cuca fría!...
¡aquí van las perseguidas de los hombres!
Don Ángel Parra Mendoza era el prefecto del distrito. Como hombre cristiano y amante de las buenas costumbres le pidió al recién juramentado comandante de la policía Nerio Sáez que mandara a detener al pregonero Marcelino por falto de respeto. En efecto, fue detenido, y luego aconsejado por el prefecto, y se acabó el gracioso pregón de “las perseguidas de los hombres”.
Otra anécdota se refiere a La Casa del Pueblo de don Magín Jara, quien exhibía y vendía las suculentas dulcerías y reposterías de las matronas hacendosas del pueblo, en especial las catalinas o cucas y pandehornos de doña María Linares, la mamá de “Juan Pelú”. Contaba el telegrafista José Ramón Castillo Vásquez que en una ocasión llegó una dama y pidió una Coca-Cola y una cuca, pero en ese momento trajeron una totuma de “templones” que se veían exquisitos. A la dama le llamó la atención la vasija de chucherías y preguntó: -¿Y qué bichitos son esos, don Magín? Y el delgadísimo bodeguero le respondió con cierta picardía: -¡Esos se llaman templones! ¿Quiere uno? Y responde la mujer: -Sí, don Magín, mejor deme un templón por la cuca.
En nuestro pueblo, además de María Linares- otras viejas reposteras fabricaban suculentas catalinas: las hermanas Asela y Omaira Añez, María Aquilina Veloz y Juana Seijas (única sobreviviente, que aún las fabrica). También vale mencionar las que elaboraban don Atilio Domínguez y doña Juana en el barrio El Río; y las famosas cucas de Silvia Soto “La Padrota” (QEPD)… allá en su casa todavía perdura el horno, tal vez añorando las manos hacendosas de la jodedora negra capillera.
Finalmente. Quise agregar este soneto que fue lo que me instó a investigar un poco acerca de la reverenciada Cuca, para plasmar esta breve crónica.

ELOGIO A LA CUCA






¡Oh Cuca, Paledonia o Catalina!
Percibe este soneto que te aclama.
Catalina es tu nombre, dulce dama,
Cuca negra, esponjosa… ¡Qué divina!
Textura suave, gracias a la harina
de trigo, con la soda y con panela,
y el toque de antiquísima canela,
te hace más rica, Cuca pueblerina.
Perdón pido a la torta, al bizcochuelo,
pero es que apenas una cuca huelo,
la piel, con avidez, se me espeluca;
y no es cuestión de exacerbado alarde,
pero yo con café, mañana o tarde
me entrego a los deleites de la Cuca.
Yorman Tovar (Cronista Popular de Guanarito)
La Colonia/Guanare 29/09/2021.
Fotos:
1.-Exhibición de Cucas
2.-En la gráfica aparecen, de izquierda a derecha: tomando juramento el comandante Nerio Sáez, don Antonio Graterol (funcionario del gobierno de Waldemar Cordero), el Coronel Simón Figuera Pérez (Comandante General de Policía Portuguesa), el prefecto Ángel Parra Mendoza y Abilio Torrealba García (secretario de la prefectura). Don Ángel y Nerio Sáez fueron –valga la redundancia- los perseguidores de “Las perseguidas”.