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"La historia está presente y nos rodea en todas las horas, porque no es otra cosa que la vida” Arturo Uslar Pietri

martes, 5 de noviembre de 2019

RELATOS IMAGINARIOS DE SANTA INÉS DE BARINAS A SAN CARLOS DE AUSTRIA


RELATOS IMAGINARIOS


DE SANTA INÉS DE BARINAS A SAN CARLOS DE AUSTRIA

(Una bala para Martín Espinoza, una bala para Ezequiel Zamora)



El 15 de enero de 1860 un jinete sobre un brioso castaño frontino, patas blancas, trocha roquedales, escalando las serranías de Ospino con rumbo hacia el vecino estado Lara. Va armado de doble canana, cruzada sobre el pecho, un machete al cinto y un Máuser en la cañonera de la silla, además de una afilada lanza. Bajo el trajinado sombrero alón luce el rostro de rasgos aborígenes: escasa barba de meses, mirada de águila al acecho, dando muestras de cansancio, sed y hambre. Va huyendo de las huestes de las cuales desertó hace cinco días en San Carlos de Austria, luego del magnicidio que puso fin a la vida azarosa de Ezequiel Zamora “El General del Pueblo Soberano”. “CUNAGUARO”, así es como llaman a este fugitivo. Hasta hace pocos días conformó, junto con “Caimán”, “Perro”, “Pantera”, “Onza”, “Tigre” y “León”, las siete fieras del Estado Mayor del comandante Martín Espinoza, indio rebelde, nativo del caserío Río Viejo del cantón de Guanarito, provincia de Barinas.


Eran los preludios de la Guerra Federal, cuyos focos en el llano comenzaron con la rebelión indígena de Guanarito, teniendo como protagonistas al cacique Regino Zulbarán, mejor conocido como “Indio Zulbarán”, o “El Indio Blanco”, un catire de ojos azules, a pesar de sus rasgos aborígenes; y Martín Espinoza, lugarteniente de Zulbarán. Martín era de contextura fuerte, mediana estatura, imponente y de mal carácter, a quien los godos, no sólo le quemaron su rancho, sino que también le mataron la familia, después de violarle la esposa y las hijas. Desde ese momento juró venganza contra todo el que tuviera piel blanca y ojos claros. Por esta razón hasta su jefe inmediato Regino Zulbarán le tenía ojeriza y cierto temor.


Después que conformaron la legión de los indios de Guanarito y arrasaron este pueblo, pensando en botines de guerra, se incorporaron al ejército de Ezequiel Zamora, un patizambo maluco, bigotudo, pálido, de nariz aguileña y azul mirada de gavilán. A pesar de su valentía, al conocer a Martín, Ezequiel lo vio con desconfianza, y desde entonces nunca lo perdió de vista, pues hasta un espía secreto le designó en su propio Estado Mayor.


El tal Zamora no era el intelectual ideologizado por ideas liberales que pintan algunos historiadores. Era un caudillo más, sedicioso y ambicioso de poder. Otro más que se alzó contra el Partido Conservador que ostentaba el poder para aquel momento. De manera que aquel caudillaje, sin excepción, disperso por toda la geografía venezolana se amparó bajo la sombra de las banderas amarillas del Partido Liberal y de la consigna ¡Oligarcas, temblad! “Tierra y hombres libres”. La Guerra Federal fue un capricho genocida que en cinco años exterminó más vidas humanas y causó más ruinas económicas que la de Independencia, que duró más de diez.


Otros elementos que alimentaron esta locura, fueron la desgracia y la pobreza extrema de los campesinos, despojados de sus tierras. Esto dio pie para que los hombres laboriosos del campo le cambiaran el oficio a sus machetes, apartándolos de los labrantíos y colocándolos al servicio del crimen y la sedición que eran los objetivos que subyacían en la causa revolucionaria de Ezequiel Zamora, el mentado “General del Pueblo Soberano”.


“Cunaguaro” lo llamaron desde pequeño. Hasta él mismo ignoraba su nombre de pila. Era vecino del rancho de Martín Espinoza en Río Viejo. Siempre anduvieron juntos desde la infancia, como dos camaradas, juntos navegaban el río Guanare y compartían el fruto de la pesca. Juntos disfrutaban los tragos de aguardiente y juntos andaban en un viaje a Guerrilandia el día que los godos asaltaron, violaron y quemaron el hogar de Martín; y juntos también mataron el primer hombre en Guanarito. Una vez que lo vieron se les metió la idea de que aquel catire que vestía una guerrera del uniforme de los conservadores era uno de los supuestos culpables de la tragedia de Martín. Después que le fingieron amistad, entre ambos lo embriagaron y lo sentenciaron a muerte en nombre de la Federación. Antes de ejecutarlo Martín lo despojó de un valioso anillo de oro con un zafir. Luego lo colgaron de la rama de un guamo, a orillas del río. Después de muerto Martín ordenó a “Cunaguaro” bajarlo, desnudarlo y cortarle pene y testículos, se los sujetaron de los pies junto a un letrero, y lo volvieron a colgar. El pérfido mensaje decía: “Así terminan los enemigos de Martín Espinoza”. Desde entonces cobró fama la condición de esbirro, tanto de Martín como de “Cunaguaro”. A partir de ese infausto momento, en el dedo medio de la mano izquierda de Martín brillaría el zafir del anillo de oro bajo los soles del llano, sin quitárselo más hasta el día en que lo fusilaron. Martín, el indio de Río Viejo estaba hecho para las hazañas y las fechorías en nombre de la revolución. Una vez el General Zamora le preguntó: -Espinoza, ¿dónde obtuvo usted ese anillo de oro tan costoso?... ¿Por qué no me lo vende? Y le respondió el indio: -No, mi General. Ese es un botín de guerra muy preciao pa mí. Muchas gracias. Zamora bien pudo decomisárselo, sin embargo le respetó la justificación del origen de aquella valiosa prenda.


La primera aparición de “Cunaguaro” en combate fue en julio de 1858, cuando se alzó Zulbarán, y detrás de éste su amigo y jefe Martín Espinoza. La legión la conformaban puros indios, oriundos de Río Viejo y de Sabana Seca, arengando consignas como: “Viva la Federación”, “La tierra es de todos”, “patria o muerte” y “Horror a la oligarquía”. La primera operación bélica fue la sonada “Batalla de Trapichito”, un arrasamiento con llamas, machetazos, tiros y lanzazos en una hacienda que llevaba este nombre, entre Guanarito y Sabana Seca. Ese día “Cunaguaro” se dio cuenta de su habilidad natural para ejecutar un fusil. Sin haber disparado nunca antes uno, en esa refriega había liquidado él solo a catorce personas, a larga distancia, además de cinco pescuezos, volados a machetazos a cinco humanos que se le arrodillaron implorándole clemencia. -¡Nojoda, guerra es guerra! Decía “Cunaguaro” mientras soltaba sonoras carcajadas, entre marrones escupitajos de tabaco masticado.


Un día cualquiera se sintió “Cunaguaro” un soldado importante, ya enrolado en las huestes de Zamora. Allí conoció a los otros seis sanguinarios con los que formarían los siete temibles hombres del Estado Mayor de Martín Espinoza: “Caimán”, “Perro”, “Pantera”, “Onza”, “Tigre” y “León”. “Caimán” era un llanero de agua, bueno para nadar, zambullir y aparecer a flor de agua con un caimán enlazado en alguna solapa. “Perro” y “Pantera” eran y hombres de cacería, expertos lanceros, capaces de proveer a la tropa con carne de bichos de monte, mientras que “Onza”, “Tigre” y “León”, además de diestros macheteros eran, junto a “Cunaguaro”, los tres de mayor confianza de Martín Espinoza. Eran los administradores del pertrecho y los primeros en atacar a la hora de un asalto. ¡Y cómo asaltaban y asesinaban en nombre de la revolución!


Después que alcanzó jerarquías en la legión de Zamora, Martín no quiso someterse a las órdenes del indio Zulbarán, y formó tienda aparte con sus huestes, no menos incendiarias y sanguinarias que las de sus superiores. Tanta fue la fama de esbirro que aquilató Martín, que se convirtió en un turbio problema para la causa de la Federación. Asimismo, Zamora, como todos los caudillos populistas de Venezuela cogió la manía de compararse con Bolívar Libertador, y entonces, en sus delirios contrastaba a Martín Espinoza con el impertérrito general Manuel Piar, tan sólo buscando un motivo para llevarlo al paredón.


El “Indio Zulbarán”, desplazado en el ejército zamorano por la calidad y el arrojo guerreros de Espinoza se sintió celoso y comenzó a advertir al jefe supremo sobre los peligros del sedicioso de Río Viejo. Otros alabarderos como el “Brujo-Edecán”, de manera adulona le advertía al mostachoso caudillo: “Cuídese de Martín Espinoza, mi general. Ese animal lo mira a usté con rabia. El otro día lo escuché diciendo que usté es otro godo que merece el filo de un machete en el pescuezo, que una bala quiqué es muy cara pa gastala en usté”.


Eran constantes las quejas que llegaban a Zamora de asaltos, robos y crímenes que, en nombre de la causa Federal y en su nombre propio, cometían estos demonios que no conocían miedo ni escrúpulo alguno. Cada vez que cometían una fechoría, socarronamente gritaban en coro las consignas del ejército zamorano: ¡Oligarcas, temblad! “Tierra y hombres libres”. En una de esas andanzas, cuando devastaron a plomo, machete y candela una pequeña fundación cerca de Dolores, un machetazo que lanzó “Onza” a una marrana lechona que escapaba de la cocina, se lo clavó en pleno talón derecho a su jefe, y esto lo dejó impedido de sostenerse en pie. Después de detenerle la hemorragia, en brazos de amigos lo subieron a caballo hasta Santa Inés, a donde los había mandado a llamar el general, pues se aproximaba un desenlace importante para la causa federalista. Ese día del asalto en Dolores “Cunaguaro” disfrutó de su puntería, cuando un zagaletón quiso escaparse a caballo en violento galope, y lo bajó de un tiro cuando iba entrando a un mogote, a más de cien metros. ¡La bala le dentró en el mero cogote! ¡Je, je! Decía el bárbaro lanzando un escupitajo de tabaco masticado.


Tanto y tanto fue el cántaro al río hasta que se quebró. Se cansó Zamora de las quejas que le llegaban del susodicho asaltante. El 9 de diciembre de 1859 en Santa Inés de Barinas amaneció el día más radiante que nunca. La brisa sabanera traía olores de campanillas navideñas, estoracales recién florecidos, y los dragos desgranaban sus últimos oros sobre la tierra llanera. Mientras el Estado Mayor del “General del Pueblo Soberano” preparaba los últimos detalles para la gran batalla, éste, caviloso, se atusaba el enorme bigote y su añil mirada gavilanesca se perdía en el horizonte. Estaba sentado sobre las raíces del descomunal samán cuyas ramas cobijaban todo el perímetro de la plaza mayor. ¡Histórico samán, inmortalizado por las plumas de los mejores cronistas de Venezuela!

De ipso facto se levantó, mascullando a solas: “la culebra se mata por la cabeza”, y llamó a uno de sus edecanes, ordenándole traerle su caballo, montó, picó los ijares y se presentó en el rancho donde convalecía Martín, entre fiebres y espasmos del machetazo, casi a punto de tétano. Zamora, a pesar de verlo imposibilitado de cabalgar, le ordenó, mientras le miraba con ambición el anillo de oro con el zafir en el dedo medio de la mano izquierda: “Espinoza. Necesito que se vaya con sus hombres a Guanare, para que dé punto de apoyo al avance de nuestro ejército, porque pronto avanzaremos hacia Caracas”. El indio, viéndose impedido de cabalgar, ordenó a su hombre de más confianza, en presencia de Zamora: “Cunaguaro, llame a nuestros hombres pa que se cumpla la orden de mi general Ezequiel Zamora. Yo estoy impedío de montá a caballo. Usté me perdona, mi general, pero enfermo no puedo. En otra ocasión cumpliré su orden al pie de la letra”´.

Fue entonces cuando dijo Zamora: “Está bien, Martín. Váyanse todos, menos “Cunaguaro”, para que lo asista a usted, Espinoza, mientras se recupera”. A la media hora de haberse marchado la legión del herido, lo mandó a traer a la plaza mayor. Había improvisado un Consejo de Guerra para condenarlo a muerte, sin apelación, por los delitos de rebeldía, indisciplina y carencia de moral revolucionaria. A la una de la tarde fue traído a rastras el sedicioso de Río Viejo. Dijo Zamora: “Una sola bala es suficiente para fusilar a un traidor. Llévenlo al pie del samán para la ejecución.


-“Cunaguaro”, le ordeno que cargue su fusil y sea usted, el mejor fusilero del ejército, quien cumpla la ejecución”.


El aludido no pudo negarse, pues de contrariar tan severa orden correría la misma suerte de su jefe inculpado. Con lágrimas de hombre apareció entre la soldadesca. Cargó su fusil y esperó la orden. Un viejo cura apareció y pidió permiso a Zamora para confesar al sentenciado, quien contestó no tener nada de qué arrepentirse que no fuera la mala hora en que siguió a Regino Zulbarán para ponerse a la orden de los mismos godos que violaron y asesinaron a su esposa e hijas.


Pensando en la ambición de Zamora por su valiosa joya , se despojó de su anillo de oro y lo lanzó hacia el pajonal, y sin inmutarse ni permitir que le vendaran los ojos, esperó la orden que el mismo Zamora, espada en mano, dio: ¡Preparado. Apunte. Fuego! El sonoro y certero disparo de “Cunaguaro” se incrustó en la frente del indio rebelde que sin mueca de dolor quedó mirando hacia el frondoso ramaje de aquel enorme samán que históricamente, fue testigo de un fusilamiento insólito, pues el hombre de confianza del ejecutado fue quien tuvo la desdicha de ponerle fin a su tortuosa existencia. Aquella tarde “Cunaguaro” lloró a solas su perra suerte, mientras en silencio juró vengar la muerte de su jefe, de su aliado, de su amigo de siempre.


El día siguiente, 10 de diciembre de 1859, a las tres de la madrugada sonó la diana. Se aproximaba el feroz combate que daría renombre a Ezequiel Zamora y a la Federación. Fue un apoteósico acometimiento en el que los Ejércitos Federales se llenaron de gloria. Los godos oligarcas mordieron el polvo, sonaron los clarines anunciando la victoria definitiva…

“Aviva la candela
el viento barinés
y el sol de la victoria
alumbra en Santa Inés.
¡Oligarcas, temblad,
viva la libertad!”


Ese día, con el despecho en el alma y el remordimiento en el corazón “Cunaguaro” usó su fusil sin control, matando liberales y godos por igual. Todavía no había agotado el odio y las lágrimas de arrepentimiento por haber tenido que ser él, precisamente, el seleccionado para fusilar a su amigo. “Con razón no quiso que yo me fuera con los otros guerreros pa Guanare” –decía mascullando su rabia- A pesar de su dolor, fingió compartir la victoria, pero se decía a sí mismo, en silencio: “el día e pagá, nadie es tramposo. Yo vengaré la sangre que derramé a Martín Espinoza, carajo”.


Aquellas navidades fueron las más amargas para “Cunaguaro”. Ni siquiera el retorno de sus amigos: “Caimán”, “Perro”, “Pantera”, “Onza”, “Tigre” y “León” logró revivir su alegría. Ya no había nada qué asaltar ni a quién matar por placer. Así llegó el día de Reyes de 1959. “Los héroes de Santa Inés” se preparaban para el avance hacia Caracas a tomar el poder.

Partieron una madrugada de Santa Inés y con el atardecer estaban llegando a san Nicolás, jurisdicción de Guanare. Esa noche los vencedores, junto a su héroe serían objeto de un gran homenaje con terneras, aguardiente y música de bandola, cuatro y maracas. “Cunaguaro” andaba atento a todo. Vio a Zamora bailar con una catirita de catorce años, percibiendo que los padres de la niña, cabrones, adulantes y ambiciosos, se la ofrecían al “General del Pueblo Soberano”. Esa noche vio la habitación donde durmió el guerrero, sin ninguna custodia, fácil presa para una fiera.

Al día siguiente, con el atardecer, acamparon en Guanare. Zamora andaba paranoico y ordenó que el fusilero “Cunaguaro” fuera apostado en el campanario del templo para que vigilara cualquier intento de magnicidio en medio de la aclamación popular. “Cunaguaro” trepó con facilidad el campanario con su fusil y con el pecho adornado de una doble canana. No se le quitaba la impresión de haber fusilado a Martín Espinoza, y continuaba con su soliloquio: “el día e pagá, nadie es tramposo. Yo vengaré la sangre que derramé a Martín Espinoza, carajo”.


Amanecía el 10 de enero de 1860 cuando en San Carlos de Austria, el general ordenó tañer las dianas en señal de los preliminares al posible ataque de los godos. Era el aniversario de un mes de la gloriosa gesta de Santa Inés. Una pésima y estridente pieza oratoria del general arrancó arengas en la multitud: ¡Vivan los héroes de Santa Inés!... ¡Viva el general Ezequiel Zamora… viva la Federación! Inmediatamente surgió el coro interpretando el glorioso Himno de la Federación:

“El cielo encapotado
Anuncia tempestad…
¡Oligarcas, temblad,
viva la libertad!”.

En medio de aquel barullo se perdió el fusilero “Cunaguaro”. Mientras las emociones cundían la multitud bulliciosa y la soldadesca se confundía con el pueblo, “Cunaguaro” trepó con facilidad el campanario del templo de San Carlos, con su Máuser y con el pecho adornado de una doble canana. En ese momento Zamora fue llamado para un brindis, a una casa vecina de donde se hallaba despachando. Desde el campanario, el resentido soldado “Cunaguaro” apuntó con la misma puntería que utilizó para fusilar a Martín Espinoza hacia el sombrero hongo donde asomaba la visera del quepis que cubría la gloriosa cabeza del “General del Pueblo Soberano”… ¡bang! … un solo disparo acabó con “La Gloria de Santa Inés”, mientras mascullaba: “Muerto el perro se acabó la rabia”, como dijo él mismo cuando me mandó a fusilá a mi vale Martín: “Una sola bala es suficiente para fusilar a un traidor”.

En medio del bullicio nadie supo de dónde había salido la bala. Todo el mundo se volcó hacia el lugar donde había caído el cuerpo de Ezequiel Zamora Correa. De “Cunaguaro” nunca más se supo nada. Nadie lo echó de menos. Nadie sabe que él había sentenciado al verdugo que lo hizo fusilar a su jefe: “el día e pagá, nadie es tramposo. Ya vengué la sangre que derramé, sin querer, a Martín Espinoza, carajo”. ¡Misión Cumplida, Cunaguaro!

Ahora cabalga solo, huyendo hasta de su propia sombra. En su soliloquio dice: “será que se cumple en mí la sentencia de que el que a jierro mata, a jierro muere, y con qué gusto moriría, después de matá el perro pa que se acabara la rabia… ojalá Dios me dé licencia pa di a buscá en el pajonal de Santa Inés el anillo de mi vale Martín”…

El sol larense reverbera sobre la serranía, y entre cujíes y cardones se borra la silueta del prófugo jinete… el mejor fusilero del ejercito los “Vencedores de Santa Inés”… el célebre “Cunaguaro”… él mismo, todavía ignora su nombre de pila.


Yorman Tovar 

La Colonia-Guanare, 10 de diciembre de 2016
9: 45 P.M. 
(A 256º aniversario de la necesaria muerte de Ezequiel Zamora)

martes, 17 de septiembre de 2019

Un cartógrafo por los llanos en 1818...el imperio español se negaba a morir y cartografiaba sus dominios



Cartografia antigua: Llanos de la mayor parte de la Provincia de Barinas con agregación de la ciudad de Guanare y su distrito entre los rios Bocono y Morador 1786?


Fuente: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/26194?nm

"Plano de la mayor parte de la provincia de Barinas, con agregación de la ciudad de Guanare y su distrito entre los ríos Boconó y Morador".

Remitido por el Capitán General de Caracas en 29 de agosto de 1809 a la Junta Central, en testimonio del expediente sobre erección del obispado de Barinas, en cuyo fol. 108 consta la remisión del mapa por Ayuntamiento de Barinas en 6 de agosto de 1802. CARACAS,108.

Mapas

Escala original:

Escala de 30 leguas castellanas [=13,5 cm]

Escala reducida:

ca. 1:1.234.566

Observaciones:

Orientación: media lis sobre eje, al NO.

Tiene hidrografía:

Sí

Tiene toponimia:

Sí

Relieve :

Orografía de perfil

CRÓNICAS GUANARITEÑAS COPEI GUANARITO… LA PROEZA HISTÓRICA DE ÁNGEL PARRA MENDOZA

COPEI GUANARITO…

LA PROEZA HISTÓRICA DE ÁNGEL PARRA MENDOZA

El proceso político de Guanarito en el siglo XX registra en su memoria colectiva (más oral que escrita) la fundación de la primera delegación distrital del denominado COMITÉ de ORGANIZACIÓN POLÍTICA ELECTORAL INDEPENDIENTE (COPEI) el 11 de septiembre de 1946, luego de que el 13 de enero de ese mismo año se fundara en Caracas. Guanarito tuvo ese privilegio histórico, gracias a un grupo de trece personas, entre hombres y mujeres de firme convicción católica. Es posible que me equivoque agregando a alguien que no estuvo, u obviando a otro que sí participó. Si así fuere, ofrezco disculpas. Los 13 que mi memoria recuerda de los testimonios escuchados son: el bachiller Elías Betancourt Álvarez (quizás el mayor de todos), Ángel Parra Mendoza y su esposa Emiliana Pinto de Parra, Adelis Peraza Mendoza (primo hermano de Ángel), Francisco Martiniano Orozco Durant (“Don Pancho”), José Antonio Guillén y su esposa Délida Yúnez de Guillén, Eliserio Torrealba, Pedro Ramón Benítez, Luis Manuel Castrillo, Sebastián Durán, Ramón Canuto Correa, y el más joven del grupo: Armando Yúnez García.


De la generación fundadora, solamente tuvieron sucesores en liderazgo Ángel Parra, en sus hijos Rafael Ángel Parra Pinto (“Papelane”), quien ocupó la Secretaría General en Guanarito y más tarde en Guanare, además de ser Coordinador Regional de Cultura y Director de Educación; y Alexander, quien fue presidente del partido desde 1975 hasta su muerte en 1994, además de concejal y presidente del ayuntamiento durante una parte del período 1979-1984, y candidato a diputado a la Asamblea Legislativa, sin lograr este objetivo.

De Eliserio Torrealba figuró su hijo Atilio Torrealba García quien fue presidente del comité distrital de COPEI por varios años; y de Elías Betancourt Álvarez, su hijo menor Valmore Betancourt Gacel, apasionado dirigente desde su adolescencia; orador de frases alegóricas y encendido verbo, siempre al lado de su amigo, vecino y compañero Alexander Parra, con quien hizo llave política, y así desde 1975, por aproximadamente 25 años permaneció en la secretaría general, primero del comité distrital y luego, cuando cambió la nomenclatura de las capitales de los estados, del comité municipal. Este partido lo hizo concejal, diputado a la antigua Asamblea Legislativa, además de ocupar connotados cargos como la gerencia del desaparecido Instituto de Crédito Agrícola y Pecuario (ICAP). Años más tarde fue electo alcalde de Guanarito, cargo que ocupó desde 1992 hasta 1999.
Durante este largo período de bribonadas chavistas, por parte del máximo ente electoral, parecidas al zarpazo de Pablo Salas Castillo (en nombre de Pérez Jiménez) contra Jóvito Villalba en 1952, Valmore ha intentado retornar, aunque fuera de COPEI, a la alcaldía, sin éxito alguno. Hoy persevera en su lucha en diario contacto con la gente del pueblo que ayer lo aupara.

Entre otros dirigentes destacados de esta organización figuran para la historia: Eugenio Molina, Oliden Tovar y José Rafael Oropeza, quienes en el período de Luis Herrera insurgieron contra la hegemonía de Alexander y Valmore, y aliados con un concejal de la oposición adeca, tomaron democráticamente el ente edilicio, Eugenio como presidente y Oliden como vicepresidente. Este paso decisivo les costó la expulsión del partido por varios años.
Es importante mencionar otros dirigentes agrarios como José de La Cruz Gallardo, Juan Antonio Moreno y Luciano Silva Figueredo “El escascarrañao” (copeyanos de convicción); y Miguel Coronel Fáez, José Ángel Gómez, Rafael Pérez Hernández y Roberto Salazar “El Turupial”, quienes fluctuaban, cada período presidencial, entre Acción Democrática y COPEI.

Se destacaron también por su fogoso activismo y como dirigentes: Rodulfo Pérez Martínez, quien ocupó la Secretaría General y luego la jefatura del Movimiento Magisterial junto a Juan Martín Colmenares; Lorenzo “Aragua” Rodríguez, Juan Molina (concejal por varios períodos), José Enrique Matute, Aleida Loyo y su hermano Antonio, Zilda Moreno, Félix “Chiquito” Alvarado (“utility” en asuntos lectorales), y la importante ficha de Jacinta Ortega, quien todavía persevera luchando contra las vicisitudes, comandando y tratando de recoger el disperso ejército verde, después de tantos electorales y zarpazos internos que disminuyeron paulatinamente la esperanza de un partido que –como AD- nació para escribir historia.

Hoy cuando el COPEI de Guanarito arriba a sus 73 años de vida. Con “La Negra” Jacinta a la cabeza, siempre inconforme, ese partido clama por la unidad y por recuperar su sede donde reunir la militancia para reorganizarse y combatir, como en sus años dorados, agitando el verde pabellón por el rescate de la democracia. Como dijera el gran demócrata venezolano Jorge Dáger: “Siempre he sabido, por lo demás, que todas las sociedades rinden honores a sus agitadores y a sus conformistas, pero a los conformistas se los rinden mientras viven, y a los agitadores sólo después de muertos”.
En los actuales momentos, a nivel nacional, COPEI vive su hora más menguada, dividido en tres grupos que se adjudican la dirección nacional. Luis Ignacio Planas, secretario general electo en convención y destronado del cargo por una querella impuesta por Eduardo Fernández para favorecer a Roberto Enríquez, pero luego que éste asumió por decisión tribunalicia, el viejo TIGRE, para complacer los antojos de su cachorro Pedro Pablo Fernández, y tener la franquicia de la tarjeta verde a mano, en manipulación con el TSJ, presidido por el rábula y ex convicto Maikel Moreno, y con la anuencia de Nicolás Maduro, le arrebatan lo que queda de COPEI, esta vez a Roberto Enríquez… es decir un COPEI EXPRESS. Hay que destacar que Pedro Pablo Fernández, sin ser de Portuguesa, fue diputado suplente de Iván Colmenares para el período de la AN que culminó en enero de 2016.

Son los malos aprendizajes del pasado reciente cuando el máximo líder fundador Rafael Caldera, descontento en 1988 mandó a “VOTAR EN BLANCO” y la militancia verde entendió que era votar por AD, frase que perjudicó al candidato Eduardo Fernández. De la misma manera, en 1993, al dividir a COPEI para crear CONVERGENCIA, enfrentó y le frenó el paso a su otro DELFÍN Oswaldo Álvarez Paz (Candidato de COPEI).

A pesar de tantos pesares, hoy el COPEI de Guanarito organizó un pequeño ágape y una misa para recordar la hazaña que significó la osadía de Ángel Parra Mendoza y su grupo de coterráneos al sembrar una semilla que ha germinado en el corazón de la historia.

Yorman Tovar (Cronista Popular de Guanarito)

Fotos:
-Don Ángel Parra, al lado de "El Indio" Cassú} y "El Tigre".

-Su hijo Alexander Parra Pinto.

jueves, 12 de septiembre de 2019

UN HOMENAJE AL MAESTRO

UN HOMENAJE AL MAESTRO

Un año más que no estas

un año más que te fuiste

tal como sombra fugaz

mi prosa se torna triste

Sin embargo, un homenaje

a tu eterno humor sincero

hoy quisiera dedicarte

como todo buen llanero.


Siempre recuerdo al cronista

despertando en la mañana

poniéndose las chancletas

cuando salía de la cama

pidiendo siempre galante

una cachapa con queso

unas caraotas refritas

Y una taparita e´suero.


El maestro siempre fue

un poeta enamorando

cantaba cual cristofué

! Un artista recitando !

Inspirándose en la luna

las estrellas, los luceros

imaginaba mil garzas

A lo lejos … del estero.


Periodista , locutor

humilde y dicharachero

con su sonrisa y su humor

se ganaba al mundo entero.

Conquistaba a una mujer

con solo decir ...Te quiero

era su verbo un placer

con ese rimar certero.


Hace años que no estas

mi amigo, mi compañero

recordándote al compás

en el tono de un arriero.

"Dios te acobije en sus brazos

en mi oración yo lo imploro

siguiendo voy tras tus pasos

con orgullo y con decoro"


Carlos Ojeda R.

miércoles, 22 de mayo de 2019

¡LO QUE VIENE ES ENEAS!


CRÓNICAS GUANARITEÑAS

¡LO QUE VIENE ES ENEAS!
Cierto domingo de 1973 estaba de visita en nuestra casa el paisano-primo Grossman Parra, éste salió para la calle y de pronto entró con un aspaviento: “Asómense un momento… ¡Lo que viene es Eneas!” Todos nos asomamos con curiosidad y nos reímos de la ocurrencia de Grossman. Ciertamente, lo que venía era ENEAS. Se acercaba ENEAS PEÑA, un humilde, simpático e inofensivo anciano, guanariteño genuino, con el nombre del héroe de “La Eneida”, epopeya latina escrita por el poeta Virgilio en el siglo I a. C. continuidad, de los poemas homéricos tomando como punto de partida la guerra de Troya
Nuestro Eneas era también otro guerrero de la vida, pero muy pacífico. Tenía el rostro huraño, con cejas y bigotes poblados y canos, que le daban un semblante de hombre rudo, bajo aquel trajinado sombrerito de paño. Tenía en la voz una gravedad natural, como los experimentados locutores de la buena radio, pero hablaba muy poco. Su diminuta figura la cubría siempre una blusa tipo liquilique y un enrollado pantalón de dril, color kaki o gris, atuendo salpicado de chimó, y sus pequeñas alpargatas, y cargaba siempre un cuartico de ron en un bolsillo. Caballerosamente esgrimía una leve sonrisa cuando lo saludábamos:
-¡Eneas Peña, carajo! … y respondía: -¡Eneas Ramón Peña, a su orden!

Su seriedad y respeto al prójimo rayaba en la tolerancia. Tanto así que no le prestaba atención a las arengas de algunos zagaletones y personas necias que trataban de molestarlo, gritándole: ¡Eneas… cuando lo apretan se mea! Los escuchaba con indiferencia y seguía su lento caminar como si nada.
¡Debe haber vivido entre 80 años o un poco más. Nunca se le conoció concubina ni concibió descendencia. Era más bien un llanero inocente, pero con la indígena malicia del campesino auténtico. Eso sí… un hombre a carta cabal. Lo demostraron sus hechos.

En tiempos otrora en el pueblo se le admiraba por su dos labores especiales: pintor de brocha gorda, con cal y pinturas que él mismo fabricaba con tierra, ceniza, carbón y otras sustancias, mezcla especial para paredes de bahareque; y por ser experto fabricante de trabucos en las fiestas patronales, los cuales hacía con cánulas de bambú verde, llenándolos con carburo y algo de pólvora. Eso sí, era él mismo el encargado de detonarlos. Toda la gente corría y se apartaba para oír la explosión, pero Eneas se quedaba estático, con una sonrisa, esperando el resultado de su ingenio popular.


Siempre se le veía solitario, caminando con parsimonia bajo el tórrido sol guanariteño; y algunas veces en noches de plenilunio, daba gusto mirarlo pasar con las manos hacia atrás. Parecía la imagen del Juanbimba de la tarjeta negra de AD-GOBIERNO para la candidatura de Raúl Leoni en 1963. De vez en cuando le ponía oficio a las manos: pelaba por la carterita de ron, se ajilaba un “palo e músico” y sacaba una pequeña armónica o sinfonía (sustituta del acordeón), la envolvía entre sus pequeñas manos, se la llevaba a la boca, y la arrancaba mientras las notas vagabundas de un viejo bambuco que sonaba en las rock-olas de las cantinas: “métale candela al monte/ que se acabe de quemar, / ya mi china se me fue/ y no sé si volverá”. A pesar de ser bebedor solitario, jamás se le vio acostado en una acera… ¡era un bebedor de vergüenza!

Ya a principio de la década de los 80, una noche veranera, probablemente bebió más de la cuenta para su avanzada edad, y sin saber cómo ni cuándo se acercó al río, y hasta allí llegó su sencilla existencia. Amaneció abollado a la orilla, bajo unos guamos. Por primera vez lo vimos sin sombrero. Su viejo compañero abollaba también junto a una de sus alpargatas. Parecía un muñeco de trapo flotando en las claras aguas veraniegas del río Guanarito. Aquella infausta noche, la luna de Guanarito, sin sospechar el fatídico final de aquel soñador, lo siguió hasta su trágico destino.

A la mañana siguiente, las ya desaparecidas campanas de bronce lo despidieron con melancólicos dobleces, y vimos pasar su entierro de hombre pobre y solitario en un desaliñado cajón mortuorio que donó el Concejo Municipal. Cuando pasó el humilde cortejo frente de la casa de doña Carlota Correa de Mezherane (paso obligado, de la iglesia al cementerio), es probable que, católica como nadie, se halla asomado a la ventana, y seguramente dijo: ¡Eneas, Dios te perdone y te lleve a la eterna gloria!

Por muchos años, después de su muerte, cuando aún en nuestro pueblo no existía el hampa ni la inseguridad, nos parecía ver la diminuta silueta columpiando en la semipenumbra de la noche llanera, y la voz musical de una vieja sinfonía desgranando aquellas notas del bambuco:

“métale candela al monte

que se acabe de quemar,

ya mi china se me fue

y no sé si volverá”

Así fue la sencilla vida de un guanariteño que vivió entre la soledad y la pobreza, pero con el corazón y el alma henchidos de honradez. Nunca pidió clemencia ni mendigó nada, ni siquiera un trago de ron que era su debilidad.

Nota: Por no tener en mi archivo una foto del personaje, ilustro la crónica con una silueta imaginada por mí, y con una gráfica del Puerto "Los Guamos", donde pereció Eneas.


Yorman Tovar (Cronista Popular de Guanarito)
La Colonia-Guanare, 17 de febrero de 2015.
Son las 11 y 58 minutos de la noche.

viernes, 26 de abril de 2019

Dr. Rafael Pino Pou: legislador, diplomático y medico bacteriológico.

Dr. Rafael Pino Pou:   legislador,   diplomático y medico bacteriológico.


Nacimiento

Nace en Guanare, en una vivienda que fue conocida, hasta hace poco, como la Casa de los Pino Pou, y estaba ubicada en la esquina de la calle Canales con calle Abreu o calle del colegio hoy calle 15 con carrera 3. 


Nació el 24 de octubre de 1880 (Quintero 1991) en Guanare. Algunos autores reportan que nació en abril 5 o 15 de 1884.

Son sus padres Julian Pino y Carmen o Carmelita Pou Abreu. Tuvo una hermana Carlina Pino Pou.


Educación 

Realizó estudios primarios en la Escuela Oraa fundada por Meliton Vargas.

Estudio en el Colegio Nacional de Guanare, hoy liceo Unda, el primogénito de los colegios de la educación media en Venezuela.  Era el Director el doctor Melitón Vargas. Señala Martínez de Gasperi (1991) que este rector con una destacada labor docente ve reconfortada su labor por la calidad de los egresados; que serían luego científicos y humanistas destacados; entre ellos: el doctor Raimundo Andueza Palacios (Presidente de la República en 1890-1892); los doctores José Francisco Unda, Angel María Unda; el doctor y general Aquiles Iturbe, Ministro de Fomento y otros cargos importantísimos que desempeñó en 1911 y Rafael Pino Pou, quien egresó como bachiller en 1899 y llegó a ser médico ilustre de la Universidad de París en 1910, Vicerrector de la Universidad de Caracas y escritor científico. 

Universidad

Aunque no disponía de los recursos para costearse sus estudios, no se amilanó y con ayuda de amigos y con trabajos que realizaba en sus tiempos libres (como mesonero), ingresa en el 1900 a la Universidad Central de Venezuela a estudiar medicina. 

En la universidad forma parte de un selecto y destacado grupo de jóvenes formados bajo la supervisión de los Dres Luis Razetti y
José Gregorio Hernández quienes con un grupo de destacados  médicos, a principio de siglo, se esfuerzan por lograr que en Venezuela se formara la generación de médicos que requería el país, proliferaban enfermedades y se disponía de pocos profesionales para atender estos flagelos.

Por su asiduo y constante dedicación a los estudios, el 1 de abril de 1903, al presentarse la renuncia del preparador de 
Histiología y Bacteriología, la universidad lo designa en ese cargo. Tremenda tarea sustituir a Rafael Rangel, quien pasa a ser Jefe de Laboratorio del Hospital Vargas, y que seria luego considerado el padre de la parasitología y el bioanálisis en Venezuela.

Con la estructuración de nuevas normas tendientes a mejorar la calidad de los egresados la Universidad Central de Venezuela convocan  a concursos en 1906, Pino Pou participa y pasa a ser Preparador en Histiología, Fisiología y Bacteriología. Para poder optar a este cargo el candidato debía tener aprobada todas las materias de los primeros cuatro años de estudios médicos (González Guerra 1998). 

Es de mencionar que desde el año 1891, las cátedras de Histología Normal y Patológica, Fisiología Experimental y Bacteriología estaban bajo la responsabilidad del Dr José Gregorio Hernandez, quien tiene entre otros méritos el haber traído a Venezuela el primer microscopio y es el fundador en nuestro país de tres disciplinas médicas: histología normal y patológica (Anatomía patológica), bacteriología y fisiología experimental (Blandenier Bosson de Suárez 2014). Rafael estaría como preparador hasta el año 1910.

En 1906 obtiene el tit
ulo de Doctor en Ciencias Médicas. Para ello presenta la Tesis doctoral "Sobre Higiene Militar".

Estudios en el exterior

En 1910 es seleccionado, por sus credenciales y talento, y es becado por el gobierno nacional para ir a Alemania y Francia a especializarse en Higiene Militar. También aprovechó la estadía en europa por ser funcionario consular: tenia un cargo diplomático como Agregado Cultural de la Legación Venezolana en Francia.

Carrera profesional
  • Preparador en Histiología, Fisiología y Bacteriología (1903-1910).
  • Subdirector del Hospital Militar de Caracas (1909).
  • Ejerce en Guanare
  • Inspector nacional de salud (1915).
  • Diputado del Estado de Zamora (1916).
  • Vicepresidente de la Cámara de Diputados (1916).
  • Entomólogo de la Comisión del Agua de Caracas (1920).
  • Primer secretario de Legación y encargado de negocios en Berlín (1922-1924).
  • Delegado de la Cruz Roja Venezolana en la Conferencia Internacional sobre Enfermedades Venéreas de París (1925).
  • Médico en ejercicio en París.
  • Vicerector UCV (1936)

Velásquez (1982) señala que en julio de 1922, el doctor R. Pino Pou fue designado Secretario de la Legación de Venezuela en Alemania. El 15 de julio del mismo año Pino Pou le escribe al General Juan Vicente "Los informes de Pino Pou sobre Alemania". Entre otros puntos Pou se expresa a favor de la inmigración de médicos alemanes a Venezuela. Aparte de sus referencias sobre problemas políticos, económicos, que afectaban a la Alemania derrotada en la Primera Guerra Mundial, Pino Pou, en uno de sus informes, hizo hincapié sobre la posibilidad de aprovechar la corriente de emigración que se observaba en Alemania, propuso, utilizar dicha tendencia para contratar, además de campesinos y obreros, entre otros tipos de profesionales, a profesores de medicina, "quienes podrían ir a Venezuela para fundar escuela allí y enseñar a nuestros jóvenes los progresos de la ciencia alemana" (Plaza Izquierdo s/f).


Afiliación

Sociedad de Estudios Médicos Biológicos Hispanoamericanos de Madrid (miembro del Comité Ejecutivo, 1933).

Academia de Medicina del Perú (correspondiente).

Sociedad de Medicina de París (id.).

Sociedad de Chirurgiens de París (id.).

Sociedad Médica de Caracas (miembro fundador)

Unión Médical Franco-Ibero-Américaine de París (id.).

Academia Nacional de Medicina de Venezuela: Por sus méritos científicos el 21 de agosto de 1919 es electo Individuo de Número para ocupar el Sillón XXX, sucediendo al Dr. Juan Pablo Tamayo. Se incorporó el 23 de diciembre de 1920 con el trabajo "La fiebre recurrente en general y particularmente en Venezuela", el juicio crítico lo hizo el Dr. Juan Iturbe. La recepción académica se llevó a efecto el 29 de julio de 1922 dándole la bienvenida el Dr. Andrés Herrera Vegas.


Investigación


Ricardo Archila (1955), en el libro Bibliografía Médica Venezolana reporta los títulos de 49 publicaciones entre ellas: "El neurosismo en Venezuela", "Formas clínicas de la bilharziosis en Venezuela", "Anatomía microscópica de la flora intestinal", "Nota alrededor de la enfermedad de Chagas".

En Caracas, fue el primero en reportar, que la Espiroquetosis hemorrágica no debía confundirse con la fiebre amarilla. También es responsable de otros descubrimientos en parasitología humana.

Rafael Pino Pou en, 1917, reporta en el país el primer caso de eumicetoma -micetoma por hongos- (Rodríguez de Tononi 2009).


ANGULO ARVELO Luis A. (1979) reporta para el año 1918: El eminente médico e investigador guanareño Dr. Rafael Pino Pou, con la colaboración del experto microscopista norteamericano John R. Taylor, descubre la existencia de la fiebre recurrente en Venezuela, lo que da origen a su magníficamonografía “La fiebre recurrente en general y particularmente en Venezuela”.

En el Índice Global (1893-1992) figura con 17 publicaciones (Plaza Izquierdo s/f).


Fue autor de numerosos estudios que fueron publicados en la Gaceta Médica de Caracas. Revista Vargas, y Revista de la Sociedad Médica de Caracas.



Gerencia educativa

Al finalizar la dictadura de Gómez regresa a Venezuela en el año 1936 y es nombrado vicerector de la UCV. 

Familia

Se casó con Violeta Shouchair, ciudadana egipcia, de esta unión nace  Carmen Violeta. 

Fallecimiento

Muere en París Francia. Hay discrepancia del día. El 31 de octubre de 1936 (Archila 1953), 10 de octubre de 1936  (Nectario Maria 1983 y Gómez Alvarez 1991) y 31 de diciembre de 1937 (Heredia 1991). 



REFERENCIAS

 María Pralon, Hermano Nectario. 1983. Historia del Estado Portuguesa  Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas. Venezuela 1983.

Gómez Alvarez, Alfredo. 1991. Pequeña historia de la Ciudad de Guanare. Edición del Congreso de la República Conmemorativas del cuatricentenario de Guanare. Caracas Noviembre 1991. p. 73

Carballo, T. El maestro y su gran discípulo. Memoras de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle 77-80. http://www.fundacionlasalle.org.ve/userfiles/mem_1947_7_18_%2077-80.pdf

ANGULO ARVELO Luis A. 1979. Resumen cronológico de la Historia de la Medicina en Venezuela. 2ª Ed. Ediciones OBE-UCV. Caracas, 1979

Heredia A., Cipriano. 1991. Historia General del Estado Portuguesa (Tomo I). pp 290, 354, 511 y 512.

RUIZ CALDERÓN HUMBERTO. 1997. Tras el fuego de Prometeo. Becas en el exterior y modernización en Venezuela (1900 – 1996). Mérida: Editorial Universidad de los Andes, Venezuela, p, 251, 252.

González Guerra, Miguel. 1998. Los estudios médicos en la Universidad Central de Venezuela a partir de 1891. CDCH UCV, 1998, Caracas. 233 páginas

Quintero García, Pedro 1991. Guanaguanare. Biblioteca de temas y autores portugueseños. Ediciones del Congreso de la República. pp 460-461


Blandenier Bosson de Suárez C. 2014. El Venerable Dr. José Gregorio Hernández, Técnico Histólogo por Excelencia, en el Año Jubilar de su Beatificación. Inicio de la Anatomía Patológica y Medicina Experimental. Tribuna del Investigador, Vol. 15, Nº 1-2: 18-31, 2014

Rafael PINO-POU Edit Profile

physician. https://prabook.com/web/rafael.pino-pou/1289923

Plaza Izquierdo, Francisco. Biografia Rafael Pino Pou. Consultada 08/04/2019
https://www.cazadoresdemicrobios.com.ve/consulta_biografia.php?id_biografia=8

Pino-Pou, R., 1920. La fiebre recurrente en general y particularmente en Venezuela, in: Trabajos Cientificos y Discursos de Incorporación a La Academia Nacional de Medicina 1915 − 1923. Tomo II. Caracas, Venezuela (1984), pp. 143–221.


Archila. Ricardo. 1953. Almanaque de historia médica Revista de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina Volumen 1, No. 1, Año 1953. Obtenible en: http://revista.svhm.org.ve/ediciones/1953/1/art-9/
Consultado el: 26/04/2019


Martin, Percy Alvin. 1940. Who's who in Latin America; a biographical dictionary of the
outstanding living men and women of Spanish America and Brazil. p 311

Velásquez, Ramón. 1982. Epígrafes para un perfil de la Venezuela contemporánea. Volumen 2 Publicaciones Colegio Universitario "Francisco de Miranda", 1982

Hermano Nectario María Pralon. 1983. Historia del Estado Portuguesa Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas. Venezuela. p 92.

Rodríguez de Tononi, Teresa. 2009. Bacterias y hongos que causan el micetoma son un peligro para los habitantes de las zonas rurales http://www.diarioelprogreso.com/edi-260709/html/pag26-a.htm. Edición del día Domingo 26 de Julio del 2.009


Who's who in Latin America: Rafael Pino Pou 1940


Rafael Pino Pou



























Martin, Percy Alvin. 1940.
Who's who in Latin America;
a biographical dictionary of the
outstanding living men and women
of Spanish America and Brazil. p 311

PINO-POU, Rafael. Venezolano. Medico Nació: Guanare, 5 de abril de 1884. Hijo de Julián Pino y Carmen Pou. Casado con Violeta Shouchair. Hija: Carmen Violeta. 
Educación: Colegio Nacional de Guanare, graduado de bachillerato. 1899; Universidad o [Venezuela (Caracas), doctor, 1907; Instituto de Medicina Tropical de París, médico, 1912.
Carrera pública: Subdirector del Hospital Militar de Caracas, 1909. Inspector Nacional de Salud, 1910; diputado del Estado de Zamora, 1916; vicepresidente de la Cámara de Diputados, 1916; ontomólogo de la Comisión del Agua de Caracas, 1920; Primer secretario de legación y encargado de negocios en Berlín, 1922-1924; delegado de la Cruz Roja Venezolana a la Confederación Internacional de Enfermedades Venéreas de París, 1925; Médico practicante en París. 

El Dr. Pino-Pou fue el primero en señalar (en Caracas) que Espiroquitotis Hemorragiro no debía confundirse con la fiebre amarilla.
También es responsable de otros temas de la parasitología. 

Miembro de la Sociedad de Estudios Médicos Biológicos Hispano-Americanos de Madrid (miembro de la Junta Ejecutiva, 1933); Academia Nacional de Medicina de Venezuela; Academia de Medicina del Perú (correspondiente); Société de Medecine de Paris (id.); Société de Chirurgiens de París (id.); Sociedad Médica de Caracas (miembro titular); Unión Médicale Franco-lbero-Américaine de París (id.).

Dirección de París: Guaranty Trust Company, 4 Place de la Concorde. l • Caracas: Altagracia a Mijares 8.


Referencias 


Martin, Percy Alvin. 1940. Who's who in Latin America; a biographical dictionary of the outstanding living men and women of Spanish America and Brazil. p 311

jueves, 25 de abril de 2019

CRONICA EL REGIONAL PORTUGUESEÑO Evelio Pérez Cruzzatti

Evelio Pérez Cruzzatti 


Evelio Pérez Cruzzatti 
Yo había nacido en enero de 1944, a la orilla de un caño y un jagüey, en un pequeño villorrio de mi bendita tierra portugueseña, bajo la sombra de árboles soberbios y al rescoldo de un hogar sublime e ideal: padre, madre y hermanos. Cuando aprendí a descifrar las imágenes que, con asombro, captaban mi visión y audición infantiles, comencé a distinguir y valorar el canto del turpial y de la paraulata, el campanazo del tucán desde el bosque ribereño, la clarinada del gallo en el amanecer y el bronco ronquido de los araguatos, que me parecían más bien ser del tigre, el cual aún merodeaba furtivo por los tupidos montes aledaños. 

A pocos años, mis padres decidieron mudarnos a Guanare y en el verano de 1948 nos residenciamos en el barrio La Peñita de la mencionada ciudad. Guanare, la bien llamada "Atenas de los llanos", cuna de los Unda, Vásquez, Castejón, capital del Estado Portuguesa, era una pequeña urbe de unas siete mil almas y algo más; cuatro barrios principales: La Peñita, Curazao, La Arenosa y El Cementerio; otros apenas comenzaban a formarse, como el barrio Colombia, en la salida hacia Barinas, y La Coromoto y Maturín, en los que apenas se observaban algunas casas dis persas junto a callejones de tierra y estrechos senderos zigzagueantes entre matorrales y sabanas, mastrantales y guayabitales.

Desde el día de aquel viaje en que arribamos a Guanare, se inicia unta narración de acontecimientos que ya casi nadie recuerda, y que extraigo ahora del libro de mi memoria, tratando de precisar en lo posible los momentos de mayor relevancia en cada caso, relacionándolos con las circunstancias históricas predominantes en aquella etapa de nuestro acontenecer de pueblo y nación. He aquí la narración de los hechos: 



Estando en su más bajo nivel las aguas del río Guanare, al que los indígenas llamaran una vez Guanaguanare o "río de las gaviotas", por la carretera que viniendo de Barinas y Boconoíto, atraviesa las sabanas del `Ave María y Tucupido, llegamos un día a su margen derecha, más arriba `del antiguo "paso de la balsa", en el lugar en que desde entonces se levanta el magnífico puente "Coromoto", el cual en aquellos días estaba siendo pintado del color rojo característico que se utiliza como fondo anticorrosivo, para después cubrirlo del tono plateado metálico que siempre ha tenido. Los hombres trabajando sobre la estructura de acero se me asemejaban, desde lejos, a pequeños zamuros posados sobre la armazón. Pasamos pues por un vado, por la parte sur del puente en construcción, y continuamos el viaje por la colonia agrícola inmediata en la que destacaban las viviendas de familias de agricultores, extranjeros en su mayor parte, europeos que habían traspasado el océano en busca de trabajo, paz y bienestar, lo que en su tierra natal, por circunstancias de la guerra, les era totalmente negado. Luego, en aquella tarde calurosa y soleada, por la polvorienta carretera, al pasar las primeras casas del poblado y la antigua alcabala, arribamos a la "Quebrada de las Piedras". También allí debimos vadear el cauce junto al puente en construcción, iniciado durante aquel fallido ensayo de democracia representativa en Venezuela, tras el derrocamiento del general Isaías Medina Angarita, luego de las elecciones nacionales convocadas por la Junta de Gobierno constituida a raíz de aquel hecho, ocurrido el 18 de octubre de 1945, en las que resultara electo presidente de la nación el ilustre novelista Rómulo Gallegos. Este había designado al señor Oscar Bustillos Casals como gobernador de Portuguesa. 

Las calles de La Peñita y de todo Guanare eran aún de piedras, pero pronto comenzaron a ser pavimentadas con macádam, pues luego del corto período democrático sobrevino el golpe de estado de noviembre de 1948 que derrocó a Gallegos y entronó la dictadura militar con el coronel Carlos Delgado Chalbaud a la cabeza. El señor Bustillos fue sustituido por el honorable señor Hilarión López, araureño, en la Gobernación, pero éste al poco tiempo renunció, sustituyéndole en febrero de 1949 el señor Rafael Pérez Arjona, trujillano, hombre progresista y ponderado, quien inició una serie de obras públicas en todo el Estado, que incluían la pavimentación de calles y aceras, construcción de puentes, la primera urbanización popular de Guanare, que fue el barrio Curazao, con sus avenidas y una fuente ornamental que — ignoro la causa — duró pocos años en la explanada que constituyó el cruce de la Avenida 2 Este con la Calle 7 Norte, hoy cruce de la Carrera Cuarta con Calle 12 del mencionado barrio, lugar por donde pasa empotrada la quebrada de "El Peonío" y que popularmente se ha denominado "La bajada de Curazao", frente a la residencia de la honorable familia Parra Gamarra y parque infantil que se construyó allí en aquella época. También se construyó en la. administración Pérez Arjona la Concentración Escolar "Dr. Melitón Vargas", con comedor escolar anexo. 

Llega el año 1950 y con él sobrevienen graves acontecimientos. Es conveniente reseñar que en este año se realizó el VIII Censo Nacional de Población, según el cual Guanare contaba con 8.143 habitantes; Acarigua, 16.542; Araure, 5.392; Píritu, 2.613; Guanarito, 528; Ospino, 991; Biscucuy, 2.237, y Turén, 3.859. Los datos se refieren a las capitales de los ocho distritos que conformaban entonces el Estado Portuguesa. 

En agosto de este año ocurre el terrible terremoto de El Tocuyo, que repercutió con gran fuerza en Guanare y toda la región y gran parte del país. Recuerdo la extraña sensación de aquel movimiento telúrico, yo estaba en casa en ese momento. Un periodista de la época, destacado educador y poeta, Manuel Pérez Cruzzatti, quien era corresponsal del diario "El Nacional", de Caracas, fue de los que dieron a conocer al país los detalles del alarmante suceso, pues fue enviado de inmediato a cubrir la información desde Chabasquén, población esta que, después de El Tocuyo, resultó ser la más afectada por el sismo. 

Recuerdo también la noticia del secuestro y asesinato del presidente de la Junta de Gobierno, coronel Carlos Delgado Chalbaud, el día 13 de noviembre de aquel año. En la radio y en la prensa resonaban los nombres de Rafael Simón y Domingo Urbina, y el de Marcos Pérez Jiménez, quien sería el beneficiario directo de tales acontecimientos. Igualmente se mencionaban los nombres de los otros miembros de la Junta, Luis Felipe Llovera Páez y Germán Suárez Flamerich. Meses después sustituye a Pérez Arjona en la Gobernación de Portuguesa, el teniente coronel Miguel Nucete Paoli, y al poco tiempo es designado gobernador el doctor Oscar Colmenares Pacheco, de quien se comenta era hombre incisivo y perseguidor, pues hizo ir la cárcel pública a distinguidos ciudadanos de Acarigua y Guanare, acusados de conspiración. Eran los pasos iniciales de la feroz dictadura perezjimenista. 

El año 51 fue de aparente de calma, al menos en Guanare y Portuguesa. La capital continuaba siendo un pueblo olvidado y silencioso; abundaba aún el ganado en los potreros aledaños y las vacas dormían en cualquier lugar, incluyendo las calles del poblado. Muchas casas eran de techo de palma y paredes de bahareque, y la gente acudía en busca de agua fresca a los manantiales de sus quebradas.

Yo había iniciado mis estudios preparatorios en 1949 en la escuelita de doña Trina Delgado, y el primer grado de instrucción primaria lo cursé formalmente, empezando ese mismo año, en la escuela de la señorita Damasita Colmenárez, siendo mi primer maestro el educador Pedro Colmenárez. Allí aprendí a leer y escribir y jamás dejaré de agradecer a quienes me enseñaron las primeras luces del conocimiento. Ya en 1951 era alumno de la Concentración Escolar "Dr. Melitón Vargas", de La Peñita, recién inaugurada, alternando anualmente mis estudios con el Grupo Escolar "Dr. José María Vargas" desde el año 1953 en que fue construido, ubicado entre la avenida Miranda y la prolongación de la Avenida 1 Este, frente a la antigua bomba de Pagua García, hoy Carrera 5ta, Plaza de los Escritores.

Acontecimiento deportivo de gran relevancia fue la carrera automovilística Quito-Caracas, emulando a la anterior Buenos Aires-Caracas. El pueblo guanareño, al igual que en Ospino y Acarigua, acudió en masa a presenciar el espectáculo. Por la Calle Real, Avenida 1 Oeste y Este, entraron rugiendo los bólidos Ferrari, Maseratti, Alfa Romeo y Ford, pilotados por Julio Pola, Atilio Cagnaso, "Tarzán" Hernández, Lino Fayen, habiendo participado como copiloto un habitante de Guanare, Miguel Villavicencio. Pasaron el puente de la Quebrada de las Piedras y salieron a toda máquina por la vía recta hacia Acarigua y la capital de la República.

Momento de gran espiritualidad vivió Guanare en el año 1952. El día 11 de septiembre era coronada la Virgen de Coromoto como Patrona Nacional de Venezuela, acontecimiento de especial relevancia, el cardenal Manuel Arteaga, arzobispo de La Habana, fue el legado papal quien coronó a la Virgen llanera como patrona espiritual de los venezolanos. Grandes manifestaciones de fe religiosa; la Junta de Gobierno toda presente en Guanare y los ministros del despacho. Peregrinaciones, procesiones, "Salve Aurora jubilosa", cántico de fe y esperanza: "Flores de nieve en los Andes / olas de azul en el mar / todo me dice un cantar / para admirar tus bondades..." Dicha coronación se efectuó en un espacio destinado al efecto denominado "Campo de la coronación", en el que se construyó un gran monumento a la Virgen y donde se prometía construir una nueva basílica. Allí está el monumento, frente a la actual Avenida Juan Fernández de León, barrio Sucre de la capital, pero la basílica no. En todo caso, desde entonces queda Guanare confirmada como "la capital espiritual de Venezuela". Posteriormente la Virgen fue llevada en peregrinación nacional por todo el país y a su regreso se organizó un apoteósico recibimiento a la Patrona Nacional.

Hubo un hecho político grave en el Estado Portuguesa en este año 1952, que por ser de tanta significación, el gobierno se ocupó de ocultar en lo posible y censurar cualquier opinión al respecto. Fue la masacre de agricultores ocurrida en Turén, a raíz de un asalto desesperado por parte de éstos a la comandancia y puesto militar de la población. En realidad apenas lo recuerdo, como si hubiese sido una anécdota o un sueño, pero fue todo un suceso trágico en el que Portuguesa y Venezuela regaban una vez más con su sangre, sacrificio y lágrimas el azaroso sendero hacia la libertad.

En lo positivo destaca el entusiasmo popular hacia los equipos de beisbolistas, los famosos teams Guaicaipuro y Deportivo Guanare. En el viejo estadio "Guaicaipuro" de La Peñita, jugaban el zurdo Plata, Rómulo Legones, Ramón Toledo (catcher y zurdo), el zurdo Humberto Alvarado, los jóvenes Darío Albornoz (la mejor primera base y gran jonronero) y José Francisco Cirimele, "El pupilo", quien después pasó al profesional, así como José León Valdez (tristemente finado), Paúl Avila, "El ratón" Jiménez, Miguel "Mono" Bastidas, los hermanos Arroyo y, entre otros, los hermanos Rivas, Rafael "El cuco", "El cuquito" Emiliano y "El cubano" Rosendo.

Se recuerda también gratamente aquella época de oro de la música venezolana, con Juan Vicente Torrealba y sus "Torrealberos", y sus vocalistas Mario Suárez, Magdalena Sánchez, Rafael Montaño, Héctor Cabrera, Pilar Torrealba y otras grandes estrellas como Angel Custodio Loyola y el inolvidable Alfredo Sadel "El tenor favorito de Venezuela". Muy en boga estuvo entonces el famoso "Aguacerito llanero" en la dulce voz de Marisela.

Fue este el año del fraude electoral perpetrado en las elecciones a Constituyente, consumado por el gobierno al ver que los resultados parciales favorecían ostensiblemente al partido Unión Republicana Democrática, liderado por Jóvito Villalba. Era el 30 de noviembre de 1952; nosotros escuchábamos las noticias por la radio; Jóvito ya era virtual ganador. Pero entonces se produjo un raro silencio en las informaciones y todo el mundo empezó a preocuparse. Al día siguiente, 1 de diciembre, se me ocurrió comentar en casa: "Pero bueno, y no ganó URD, ¿pues..?" "Cállese la boca. iUsted no sabe nada de eso!", fue la tajante respuesta. Y quedé tan sorprendido por todo aquello, lo extraño de aquel silencio impuesto, la tensión y el temor que veía en los adultos. El día 2 de diciembre asume Pérez Jiménez la Presidencia Provisional de la nación, y luego, en abril de 1953, se hace proclamar Presidente Constitucional de Venezuela.

Estamos ahora en el año 1953. Ya Guanare cuenta con tres salas de cine, el más antiguo "Guanare Cine" de don Ricardo Mago, así como el "Tropical" y el "Bolívar". Las películas mexicanas son el deleite del público, las series de Flash Gordon, los hermanos Villalobos, el Halcón Negro, el Aguila Negra, y grandes artistas como Jorge Negrete, Pedro Infante, Luis Aguilar "El gallo giro", María Félix, Mario Moreno "Cantinflas", Germán Valdéz "Tin-Tan". Se estrenan las películas vaqueras norteamericanas, con artistas de la talla de Gary Cooper, Burt Lancaster, Randolph Scott, Audry Murphy... Surge el "cinemascope" con filmes a todo color — antes era en blanco y negro—, "Gigante", "Siete hombres y un destino", "La guerra la paz"; "Veinte mil leguas de viaje submarino", de Julio Veme; "La dama y el vagabundo", maravilla del cine animado, de Walt Disney, y se consagra Hollywood definitivamente.

En cuanto a la radio, pues la televisión no figuraba aún, había pocos radio-receptores en Guanare. Recuerdo los famosos "Telefunken", "El Blaupunkt" y "Phillips". De éstos tenían, uno Bartolo Guevara, otro Doña Cristina Alvarado, y otro Ramón Toledo en su bodega "Venezuela". Donde había una radio la gente acudía con interés a escuchar las noticias, las novelas y programas musicales a través de emisoras de la capital. Con claridad recuerdo programas tales como aquel, muy famoso, que se anunciaba así: "Donde el peligrro amenace..., donde la maldad imperre..., allí estarrá... TAMAKUN..., el vengador errante... Todo con un inconfundible acento extranjero de "musiú". Y aquel otro, con su estribillo: "aay, changala, ca-ta-ta-chúngala'ay, chúngala, que va a atender'ay, chúngala, aqui está Bartolo, con su pobre Bachiller..." Era "El Bachiller y Bartolo", serie cómica con el joven actor Amador Bendayán y su "Bodega de la esquina". Y también: "Radiodifusora Venezuela", máxima en potencia y calidad, presenta: "BRINDIS A VENEZUELA" con Víctor Vera Morales, Alfredo Acuña Zapata, Valentín Carucí, Víctor Morillo, "El tricolor de Venezuela". Fue la gran época de Rafael Guinand y su "galerón premiado", de "Frijolito y Robustiana" y de la famosa novela radial "El derecho de nacer", protagonistas: "Albertico Limonta" y "Mamá Dolores".

En aquel año o el siguiente, ocurrió un hecho insólito en nuestra pequeña urbe. En una tarde de verano, con el cielo completamente despejado, las gentes salieron a las calles y patios de las casas pues algo extraño estaba ocurriendo. Se escuchaba un ruido lejano, como el de un motor, desde el espacio, y todos miraban hacia arriba pero no veían nada. Una especie de pánico fue apoderándose de la población, pues no entendian lo que ocurría; luego comenzó a verse una señal como de humo blanco en el firmamento, y muchos pensaron y hasta dijeron a viva voz: "iFin de mundo! iDios mío, perdónanos!" "Virgen de Coromoto, ¿qué es lo que está pasando...?" En seguida se observó nítidamente una letra, la cual era una "P" muy grande, y algunos dijeron o interpretaron: "Prepárense". Seguidamente apareció la letra "E", y entonces vaticinaron: "P.E...", "Peligro", y hasta hubo quienes se arrodillaron, tan atemorizados estaban. Después de graves momentos de expectativa se fue comprendiendo el in-sospechado mensaje que se veía en el cielo guanareño y que no era otra cosa que la muy común palabra "PEPSI-COLA", que un aviador acróbata había dibujado con humo a chorros, dirigiendo su avión. Qué tranquilidad y qué de comentarios, después de aquel gran susto para un pueblo apacible y hasta ingenuo, que jamás había visto algo así ni entendía de "advertising" ni nada por el estilo.

Pasaba 1953 y al iniciarse 1954 Pérez Jiménez se afianzaba indiscutiblemente en el poder. "El gordito del Táchira" le decía el vulgo solapadamente, y desde el vecino país colombiano nos llegaba aquel porro intencionadamente popularizado: "Coronel Marcos Pérez Jiménez / presidente constitucional / elegido por el pueblo / con orgullo nacional..." y en las fiestas y "picoteos" (modismo derivado de "pick up", fonógrafo) y en las rocolas se escuchaba con frenesí el también famoso "Cabeza de hacha': "...arrastrando esta cadena tan fuerte / hasta que mi triste vida se acabe..."

En 1954 prácticamente todos los partidos políticos venezolanos habían sido abolidos; exiliados, presos o perseguidos sus líderes, la dictadura avanzaba sola y firme. En aquel año fue mi primer viaje a Caracas. Ya antes había conocido Turén, "granero de Venezuela''; Biscucuy, pincelada andina en suelo portugueseño; Chabasquén, paraíso de montañas y ríos cantarinos; Guanarito, tierra legendaria, predios del "Silbón", soga y sabana; Ospino, "puerta del llano" anclada en su pasado de casas coloniales; también Araure, la del escudo "Honor y gloria", donde fulguró la espada de nuestro gran Libertador junto a las lanzas de nuestros centauros, émulos de Páez, "El catire", que naciera a la orilla del río Curpa. Y Acarigua, "Perla de los llanos", "Rincón de porcelana", como dijera el poeta Raúl Escalona. Lo más inolvidable para mí fue nuestra gira a Caracas. Un grupo de niños — cursaba yo estudios en el Grupo Escolar "Dr. José María Vargas" — fuimos seleccionados para representar al Estado Portuguesa en un gran festival nacional con motivo de la recién instituida "Semana de la Patria", que coincidía con el 5 de julio, fecha magna de nuestra Independencia. Con emoción evoco la llegada al Hotel del Comercio, las torres del Centro Simón Bolívar, en construcción. Nuestra actuación artístico-folklórica en la Concha Acústica de Bello Monte, hoy anfiteatro "José Angel Lamas". iQué inolvidables momentos de la infancia!

En cuanto al acontecer local hubo sucesos trágicos y tragicómicos que merecen ser reseñados. De los primeros, dos accidentes de tránsito con graves consecuencias: Uno de ellos fue el de un camión que a la altura del caserío "Las Cocuizas" rozó con otro vehículo y se incendió y volcó, pereciendo varios de sus ocupantes, algunos carbonizados y el otro un volteo que transportaba ciudadanos que habían sido reclutados para "apagar candela" en la afueras de la ciudad, según la práctica común en aquellos años de dictadura, y el cual volcó aparatosamente en la salida hacia Barinas, pereciendo también varios de los "voluntarios" transportados, entre los que habían venezolanos y extranjeros. De los segundos, se recuerda el revuelo de la noticia de que un agente de policía que cumplía guardia en el aeropuerto local aseguraba haber visto la persona del Libertador, quien se le había presentado dejándole un mensaje personal para el presidente Pérez Jiménez. Al policía se lo llevaron no sé adónde, y se especuló entonces que el tal mensaje no era otro que el que vaticinaba su derrocamiento, lo cual puso "mosca", como se dice ahora, a la temida Seguridad Nacional.

Otro gran revuelo fue el de la aparición de una misteriosa "sombra" que se proyectaba en las noches tempranas sobre la pared frontal del cementerio de la ciudad, el antiguo, no existía el nuevo. El raro fenómeno se producía noche tras noche, y llegó al punto de que, a pocos días, toda la población se desplazaba alarmada hacia el sitio a presenciar "la sombra". Aquello nunca tuvo explicación satisfactoria, pero las autoridades no se detuvieron a buscarla sino que arremetieron a plan limpio contra los curiosos y acabaron con el zaperoco. 
Ah, pero sí dejó su huella el extraño acontecimiento: "Brusca Maniguá" (Angel de Jesús Rodríguez), quien dirigía el aclamado conjunto orquestal "Unidos de Brusca Maniguá", con músicos como Pedro Miguel Fajardo, Isidoro Plata, Rafael Solano y sus cantantes "Manoneno" (Angel Fernández), Ramón Pérez "El conde de Montecristo" y otros, compuso y arregló una pieza "de actualidad" alusiva al asunto que decía: 

"En el barrio El Cementerio de Guanare 
 todos dicen que están viendo una visión 
 unos piensan y otros creen que no es nadie
 y otros juran que es el ánima del Silbón..." 

Y continuaba con este estribillo: 

"Ten cuidado, niña 
con la policía 
nunca salgas sola 
sal con tu tía..." 

Eran los tiempos de los grandes bailes de carnaval en el famoso Club Social Guanare, hoy casa de Copei, y en el lujoso hotel "La Coromoto". Y las ocurrencias de Brusca: "Señoras y señores, ahora voy a tocarles el vals Contraincendio..., es decir Conticinio", y su "elocuente" verborrea: "...lo que pasa es que hay que tener consideración que para hacer las cosas bien hechas es necesario e imprescindible tener un poco de impercuabilidad de patria, porque si no, la circunstantibilidad que se requiere pierde entonces la esencia impercuable que se necesita... ¿verdá, Pedro! (Se dirigía a Pedro Miguel Fajardo, el insigne violinista, "El mago del violín" como dijera "Pepo" Burgos) y aquél respondía: "Brusca cree que uno no entiende..., que uno es un pendejo..., pero yo sí entiendo, lo que pasa es que me hago el que no sé..." "Brusca" dirigía su conjunto "Unidos" tocando su inseparable cuatro llevando el compás con movimientos alternos de la cabeza. 

En los carnavales de aquellos años fueron electas reinas la muy distinguida señorita Esther Fajardo y la elegante Mélida Mago. Otras preciosas soberanas fueron Aurorita Mago, novia del liceo "Unda", y Fe La Riva, reina de los coleadores.

En el año 1955 graves sucesos conmocionan el país. Uno de ellos fue el deceso del insigne bardo Andrés Eloy Blanco. Perseguido por la dictadura había fijado su residencia en Cuernavaca, urbe cercana a la capital de la nación azteca, Ciudad de México. Después de un acto en memoria del mártir acciondemocratista Alberto Carnevali, en una noche de mayo ocurrió el fatídico accidente cuando un vehículo embistió al que ocupaba el gran poeta cumanés, ocasionándole la muerte. En Portuguesa causó honda consternación tal acontecimiento. Otro hecho que conmovió análogamente al pueblo venezolano fue la súbita y trágica desaparición física del gran narrador deportivo Francisco José "Pancho Pepe" Cróquer. Este ocurrió entre las ciudades de Barranquilla y Cartagena, Colombia, durante una carrera automovilística. "Pancho Pepe", "la voz deportiva de América", era gran aficionado al automovilismo y así encontró la muerte al salirse con su "Maseratti" en una curva del circuito barranquillero. Toda Venezuela lloró sorprendida la despedida prematura de su mejor narrador deportivo de todos los tiempos; en Portuguesa también repercutió con profunda tristeza este lamentable hecho. En 1956 volvió a visitar Guanare el presidente Pérez Jiménez. Esa vez estuvo en el liceo "José Vicente de Unda", pionero de la educación media en el país. Yo estaba allí, y en mi memoria está la imagen del dictador, general de brigada y presidente "constitucional": pequeño, gordito, con lentes de marco negro y grueso, piel blanca y sonrosada — sudaba aquella vez y le vimos sacar un pañuelo para secarse el sudor — y usaba una chaqueta color beige del tipo deportivo y una cristina, no vestía uniforme militar. Ese año también vino a Guanare el aclamado actor y cantante mexicano Pedro Infante. Se presentó en el cine "Bolívar" con el famoso mariachi "Vargas". Entró al local por una pequeña puerta que daba acceso desde la residencia del bachiller Luis Rodríguez Lara, y por allí salió después de su magnífica actuación hacia la residencia del gobernador, doctor Julián Sequera Cardot, por cuya cordial insinuación pernoctó allí en la sede oficial. Sequera Cardot, larense, era gobernador de Portuguesa desde el año 1953 y así continuaría hasta el 23 de enero de 1958.

Con relación al ídolo de la canción mexicana, Pedro Infante, constituyó gran motivo de pesar su muerte accidental, poco tiempo después, en abril de 1957, al estrellar su avión en la ciudad de Mérida, Estado de Yucatán, de su país natal.

En el año 1957 se realiza el plebiscito convocado por el gobierno para tratar de contener las presiones en contra del régimen y como estrategia del dictador para perpetuarse en el poder. Se decide la consulta popular; se presentaron dos tarjetas, una azul para ratificar al Presidente; la otra roja, en contra de su continuidad como gobernante. Nuevo fraude electoral; un nuevo período se asegura, aparentemente, "El gordito del Táchira". Pero en el devenir histórico nacional un ciclo comienza a cerrarse. Extraña conmoción se sintió en Portuguesa y toda Venezuela desde el amanecer del 1ero de enero de 1958; aviones de la Fuerza Aérea estaban ametrallando el Palacio de Miraflores en Caracas. Sin embargo el movimiento fue rápidamente sofocado, aunque tendría sus consecuencias inmediatas, pues desde entonces y a medida que avanza el mes de enero se acentúa la presión de los militares descontentos, la protesta de estudiantes universitarios y el repudio popular. Un ultimátum obliga a Pérez Jiménez a expulsar del país a Pedro Estrada, jefe de la tenebrosa Seguridad Nacional, y a Laureano Vallenilla Lanz, ministro del Interior. Ya el 20 de enero la situación es caótica; el 21 se ordena el toque de queda, estalla la huelga general, se paraliza el transporte. El 22 ocurren violentas manifestaciones en Acarigua y Valle de la Pascua; se combate en las calles de Caracas. La rebelión llega a su clímax, el dictador habla a la nación. Todo está perdido: en la madrugada del día 23 de enero de 1958 el avión presidencial, "La vaca sagrada", surca el espacio desde La Carlota; ha caído el régimen y el Presidente ha abandonado el suelo patrio.

En Portuguesa, desde la madrugada hay gente en las calles, toques de corneta, "icayó la dictadura!". En Guanare las masas se dirigen hacia la Plaza Bolívar y el Palacio de Gobierno. Sequera Cardot se niega a entregar el poder; mediando la mañana son liberados los presos políticos de la cárcel pública, entre ellos: el doctor Pablo Herrera Campins, el doctor Gonzalo Matínez Angulo, el doctor Bosco Barrios y el señor Pedro Miguel González, quienes habían sido trasladados desde Acarigua, y los ciudadanos José de Jesús Torres y Alberto Villavicencio, residentes en Guanare, entre otros. Algunos de ellos mostraban señales de torturas en sus cuerpos. Después, una poblada se dirigió a la sede de la Seguridad Nacional con intenciones de aprehender a los "esbirros", calificativo en boga desde entonces, pero éstos ya habían huido. En la residencia del señor Simón Briceño — "El tamarindo" — se improvisó el primer mitin de la democracia en Guanare. Avanzada la tarde, después de parlamentar, el doctor Sequera Cardot abandona el Palacio de Gobierno. Le vimos entonces salir solo, callado y sereno, vistiendo un flux blanco o crema, y atravesar a pie la Avenida Uno, la Plaza Bolívar frente a la Catedral, y marcharse definitivamente, ante las miradas del público que en ningún momento irrespetó su persona. El jefe militar en el Estado asumió el poder provisional, y en breve lapso la Junta Cívico-Militar de Gobierno de Venezuela, presidida por el joven contralmirante Wolfgang Larrazábal Ugueto, aceptó la postulación y designó al doctor Pablo Herrera Campíns como nuevo gobernador del Estado Portuguesa. Se iniciaba así el radiante y esperanzado camino hacia nuestra democracia.


"El Regional Portugueseño" 


RESEÑA CURRICULAR 
DEL PROFESOR EVELIO PEREZ CRUZZATTI


Evelio Pérez Cruzzatti 

Evelio Pérez Cruzzatti (Guanare, 1944). Educador de dilatada trayectoria, profesor de idiomas modernos, comunicador social, folklorista, poeta, compositor, conservacionista, escritor. Como locutor es productor de programas y guiones de radio y televisión. Columnista en diversos diarios y revistas de la región. Autor de varias obras de narrativa y poesía, entre ellas: Bandolazos, Crónicas de provincia, Huellas de provincia, Misceláneas de ayer y hoy, publicados por Monte Avila Editores y la Imprenta del Congreso de la República; coautor de la Antología de la glosa portugueseña.

Ha participado en numerosos seminarios y talleres relacionados con la educación, la cultura de masas, el folklore, periodismo científico y la conservación de los recursos naturales renovables. Ha sido coordinador de Cultura de la Alcaldía de Guanare; es promotor y director ejecutivo de la Fundación Parque Cuatricentenario de esta ciudad, obra actualmente en construcción. Ha participado en todos los Encuentros de Poetas Portugueseños y forma parte de varias antologías poéticas. Tiene en imprenta el libro titulado "Huellas, trochas y caminos", cuentos de llano y leyenda, trabajo narrativo que refleja las vivencias pretéritas de los pueblos de la llanura, e igualmente un importante Glosario de términos y regionalismos de uso común en el llano venezolano, que se vislumbra como un valioso aporte lingüístico al conocimiento del pensamiento y la idiosincrasia de nuestras gentes, y está elaborando otro libro relacionado con un estudio lexicográfico del habla característica y los paradigmas socioculturales del habitante de las llanuras. 


Referencia 


Gobernación del Estado Portuguesa. 1994. Concurso literario Portuguesa y su gente Dr Rafael Roberto Gavidia. Coleccion testimonios N° 4. Biblioteca de temas y autores portugueseños. Guanare. pp 21-33.