Tío Tigre, Tío Conejo, Onza, Tigre y Lion
Como era habitual, todos estaban sentados alrededor de la fogata. El crepitar de las brasas era lo único que se oía. Los niños sentados sobre el piso se miraban buscando respuestas a la tardanza inusual del abuelo. Sobre el umbral de la puerta aparece la figura alta y fuerte de un hombre de 60 años que conserva un cuerpo duro y ágil. Sus ojos azules, su barba y cabello blanco le dan una poderosa imagen de hombre de empresas bravías y de vastos conocimientos. Su color de piel delata que en sus venas corre la sangre de los hombres de arepa y chicha. Traía una butaca de samán.
Al entrar se escucho casi al unísono un - BENDICIÓN ABUELO - como si hubiese sido ensayado para la ocasión. Dios los bendiga, dijo, mientras los miraba y detallaba a cada uno: José, pequeño de 12 años experto nadador y cazador de conejos; Simón, el más alto tiene los ojos del abuelo y con apenas 10 añitos, Gabriel a pesar de sus once veranos vividos es un joven astuto y paciente capaz de agarrar las torcazas y perdices con la mano y María de los Angeles la más vieja: 14 años, con su cuerpo adolescente ya casi completo, es tan inventora como ingenua, capaz de encaramarse en el más alto de los arboles, así como bañarse con sus hermanos con la ropa de todos arrumada a la orilla de la quebrada y nadar como una tonina desbocada.
Se sentó entre la adolescente y el paciente, soltó una sonrisa para entrar en calor y comenzó su historia de la noche:
Mis guerreros hoy no les contaré sobre Tío Conejo y Tío Tigre, ni las hazañas de Onza, Tigre y Lión; los cuentos de espanto y aparecidos los dejaremos para una noche con menos luna - los muertos hoy descansaran en paz - Les contaré sobre una ciudad y de un hombre, como tú y como yo, que pasó por las tierras que vemos a lo lejos y que se conoce como llanos. Esto ocurrió hace hoy exactamente 20 años.
Los niños habían nacido entre montañas y neblinas, su padre era del pueblo y su madre de donde ellos eran. Nunca habían estado en un lugar donde se encuentre reunidas mas de 10 casas. Allí en las soledades del bosque andino se había refugiado el abuelo en busca de la tranquilidad que en su momento no le brindaba el terruño nativo.
José, Antonio, Gabriel y María de los Ángeles esperaban ansiosos el inicio del relato.
Esto que voy a contar ocurrió en el año 13. Como ahora llovía mucho, llovía mucho, eran aguaceros que duraban varios días y con tanta intensidad que los caminos se volvían intransitables. Una tropa, hombres armados con espadas, lanzas y fusiles: algunos a caballo la mayoría a pie. Van camino a una ciudad que fue bautizada con un nombre muy largo: LA CIUDAD DEL ESPIRITU SANTO DEL VALLE DE SAN JUAN DE GUANAGUANARE.
La noche la han pasado en una rancherías, la cual es conocida como Biscucuy. Paso obligado de viajeros que venían de Boconó de Trujillo o de los que iban para Chabasquén en el camino del Tocuyo. La ruta mas transitado era el primero, por allí se van directo al puerto de la Ceiba lo que nace en esa tierra tabaco, añil, algodón, maíz, cueros de res y venado y el café y cacao que se da muy bien en esta zona, rumbo a España la tierra de su Sacra Real Majestad.
Esta zona de la provincia es un paraíso; la casi continua lluvia y la montaña hacen de estos lugares propicios para una exuberante vegetación que sirve de refugio, alimento a cuanto bicho de monte pueda existir: de pluma o de pelo, terrestre o acuático, aéreo o arborícola, de sangre fría o caliente.
El cachicamo que es tan pendejo y trabaja pa´lapa: el morrocoy que no sube palo igual que el mono no sube corozo: y el tigre, !el tigre! Donde éste ronca no hay burro con reumatismo; oyes ese alboroto? Son las guacharacas. Y eso parece un hombre, camina en dos patas !Vade retro Satanás!. Tranquilo ese es el calumniado Salvaje, también conocido como el oso de anteojos o frontino. Y así hay muchos animales como palos hay en el monte: venados, picures, váquiros, matacan, zorros, perros de agua, cunaguaros, faros, paujíes, gavilanes, araguatos, pumas,...!
El bastimento para la tropa era aportado por la cacería que abunda en la zona: báquiros, venados, paujies, pavas, dantas, entre otros bichos: de los conucos obtenían maíz y caraotas; y cerezas de café verde, los cuales servían para entretener el hambre de la tropa. El jobo, fruto carnoso era muy buscado por los soldados, aunque algunos los comían con recelo debido a la creencia de que su consumo era el causante de la fiebre amarilla. En esta zona no se da muy bien el ganado debido a la humedad, la cual les provoca una gusanera o nuches que los debilita y les provoca la muerte. En el sitio donde se encontraban se habían aliviado el hambre comiendo de los frutos del Pan de Pobre que existe en el despoblado que llaman mercado.
La tropa aunque no lo exterioriza, está impaciente, la inminencia del combate los mantiene en constante vigilia. Duermen poco, el viento helado que baja de la montaña los hace tiritar. La mayoría se encuentra en tierra extraña, son pocos los que conocen la zona. El grueso de la tropa lo conforman hombres que viene de la Nueva Granada. Desde que entraron a Venezuela pasando por San Cristóbal, Mérida y Trujillo se les han sumado algunos voluntarios, pero no en la cantidad que esperaba el comandante que los dirige. Este le comenta a su compañero Rafael Urdaneta: Gran pesar para mi espíritu, no creí que estos pueblos fueran a reaccionar de este modo: ni víveres, ni armas, ni bestias, ni ropa, nada; todo lo esconden y los hombres rehusan a ser reclutados, sino fuera por mi fuerza de voluntad ya habría desistido, pero adelante que la lucha nos espera.
Mérida es la ciudad donde se enrolan muchos de los que aquí vienen, allí eran estudiantes o profesores de la universidad.
José María es un médico graduado en Bogotá, fue el primer médico en ejercer en su pueblo natal y pionero en la aplicación de la vacuna antivariolica colocando en un año mas de 3000 inoculaciones y después de ejercer en su ciudad fue llamado a crear los estudios de medicina en la ciudad de Mérida. Al enlistarse en el Ejercito de la Unión es nombrado Jefe del Cuerpo Sanitario cargo que ejerce con gran destreza y humanidad. El conocía las razones de esta revolución, la cual se estaba fraguando desde la época de Gual y España. Su hermano hombre de gran inteligencia y sabiduría al servicio de la iglesia lo mantenía informado de todas las tendencias políticas y del movimiento emancipador, por algo había sido uno de los firmantes de acta de la independencia hace casi dos años.
Una comisión quedó en Trujillo a la caza de un contingente de realista que los andaba buscando. Estando en Biscucuy el grupo de espías de la mosca había logrado descubrir a un pequeño de soldados del rey que se aproximaban al poblado, pero que fueron prevenidos de la superioridad de los sediciosos y emprendieron la huida.
El Desembocadero
José María se encontraba en la retaguardia cuando escucho el grito: -!La caballería rápido! enemigo en retirada -. Los hombres y sus cuadrúpedos salen a todo galope.
En el sitio del Pajal, también conocido como El Desembocadero del río Guanare, les dieron alcance. El impetuoso río llamado Zazaribacoa en la parte alta, en esa parte deja de comportarse como un río de montaña y comienza su tumultuoso y pesado andar en el ancho valle: también en ese sector desemboca en él, el río Anus.
El resultado fue desastroso para el ejercito realista; mas de la mitad falleció, el que no murió combatiendo se ahogó en el paso del río y fue alimento para caimanes y caribes: A los soldados capturados se les dio dos opciones: servir al ejercito patriota o morir fusilados. A los oficiales que los dirigían se les dio solo la última alternativa.
Allí mismo, bajo la sombra de centenarios samanes y una inmensa población de mijaos coronados de vistosas orquídeas nazarenas, fueron fusilados 3 oficiales del ejercito realista; el comandante que fungía de jefe era Julián Montalbo, el cual pagó doble pena; la de haber perdido, siendo español (Decreto de Guerra a Muerte) y la de haber abandonado al ejercito patriota en San Carlos el 25 de abril del año anterior (Traición a la patria): en aquel entonces Julián Montalbo entregó la caballería...este hecho cambió la historia y favoreció la perdida de la primera republica.
José Unda, El Médico
Luego del inventario de las armas y de haber enviado una comisión a la ciudad de Guanare, el Brigadier hizo traer a su lado al medico José Unda, cuando este se presentó le preguntó por el estado de la salud de la tropa.
Este fue su informe:
-Comandante nuestro ejercito tuvo pocas bajas si las comparamos con el desastre que se le produjo al enemigo, la mayoría de los soldados presentan heridas leves que han sido atendidas, de verdad que ha sido insignificante…
-Bien Unda, de verdad que ya yo se lo que Ud. me dice, la razón por lo que lo mandé a llamar es otra.
-Dígame Brigadier no esta conforme con mi trabajo.
-No nada que ver, solo que vi como Ud. se batió como un soldado en esta escaramuza y con una pasión poco vista en ningún soldado y debo felicitarlo por su valiente actitud, pero le agradezco no repetirla por que un médico en mi ejercito vale por 100 hombres.
-Si mi comandante, espero que esto no vuelva a ocurrir, pero quiero que entienda que estamos a punto de entrar a mi ciudad natal y comprenda que dos de mis hermanos, presbíteros ellos, estuvieron a punto de ser muertos el año pasado por patriotas y no quiero que los españoles tomen represalias contra José Vicente y José Antonio, sabiendo nuestra cercanía, así que solicito me permita dar alcance a la comisión que fue a tomar la ciudad…
-Bien Unda, vaya pero dejo la impulsividad que lo caracteriza y me le envía saludos a su hermano Vicente.
La ciudad más rica de los llanos estaba cerca.
Antes que los pies, fueron los ojos de Simón los primeros en posarse en los llanos venezolanos. Parece un mar, un océano. Hacia el sur no se ven irregularidades, quien sabe donde termina - o empieza - esta llanura. Mientras más bajamos más grande se hace la serenitud de estas tierras.
Sálvese quien pueda
Solo un hombre logró escapar de la escaramuza del Pajal. Al pasar la quebrada Las Piedras comenzó a gritar: nos han derrotado, corran, escóndanse, sálvese quien pueda. El Teniente de Justicia de la ciudad lo manda a detener con dos guardias y le increpa: ¿Y Montalbo? El joven aun jadeante le dice: Todos están muertos, es cierto lo de la proclama de guerra a muerte y no son cuatro locos como su excelencia decía, son casi mil creo yo y cayó desmayado.
Un dejo de contrariedad brillo en los ojos de Don Nícolas Trujillo, Teniente de Justicia desde hace un año, cuando los realistas retomaron el poder que habían perdido desde que un grupo de españoles criollos habían declarado la independencia. El primer trabajo cuando asumió el cargo fue poner preso y enviar a la justicia real a cuanta persona había declarado simpatías por la causa patriota. Este Trujillo era paisano de Monteverde y antes de la declaración de la independencia era un ser tranquilo, amable y dedicado a su trabajo. Luego de la caída de la república, llega como Jefe de Guarnición el también canario, José Martí y por recomendación de Monteverde lo nombra Teniente de Justicia y eso fue como si se transformara, paso de ser una paloma a gavilán: se convirtió en una bestia, metiendo preso a todo el que consideraba traidor a la patria y a los que no le caían bien y eran inocente. Además confiscó bienes e impuso impuestos de guerra injustos.
Ahora estaba en desventaja. Lo primero que hizo fue avisarle a Ignacio Huizzi y a Francisco Alvarado sus amigos:
-Por tanto recoged todo lo que podáis, agarraremos las de villadiego. Vienen por el camino de Biscucuy nos iremos por el camino real del Tocuyo, tengo un compadre con posesiones en Suruguapo y Villanueva, allí nuestros bienes y familias estarán a salvo.
Varias fueron las familias españolas que emigraron. Conocían a medias los enunciados de la Guerra a Muerte y no se quedarían allí para comprobarlo.
El Real Estanco del Tabaco
El Real Estanco del Tabaco funciona al frente del convento franciscano llamado mas comúnmente el Hospicio. En la oficina principal los administradores debatían la estrategia a seguir en vista de la situación, en esas oficinas se encontraba el producto de la comercialización del tabaco en la zona: y a la cual le rendían cuenta los administradores de Carora, San Felipe, Barquisimeto, Trujillo, El Tocuyo, Araure, Barinas y Nutrias.
Don Luis Gonzalo le dijo a sus compañeros: No creo que esto llegue a hechos de sangre: recordad lo que aconteció el año pasado, se crearon comisiones y se pudo hablar con los oficiales que iban a tomar la ciudad.
Pero estos no son españoles -apunta José Velazco- los que allí vienen no son la misma gente y sabrá Dios, cuales son sus intenciones. Sé que se están viviendo vientos de cambio, pero les digo algo; yo nací español y como tal quiero morir, a mis 65 año ya estoy muy viejo para estar escondiéndome o para denigrar de nuestro Rey al que le debemos lo que somos. Que vaina, yo no voy a estar buscando a Dios por las esquinas. Me quedo.
Son tres los administradores del Estanco del Tabaco, el cual cumple las funciones que años atrás hiciera la Compañía Guipuzcoana. Muchos vascos que llegaron con esta empresa se quedaron en el pueblo y aquí se habían casado y tenido hijos. Los tres que aquí se encontraban eran poseedores de las llaves que abría el cajón donde se guardaban los frutos obtenidos por las ventas del tabaco, el cual era muy solicitado en Europa. Don José de Rueda se mostraba inquieto, sus manos no encontraba donde meterlas, a pesar de su timidez hizo un esfuerzo y señaló:
-Y lo del decreto, dicen que no dejará español vivo, !Nos mataran¡.
Se detiene en el balcón, mira un tiempo hacia las montañas del norte, se voltea y dice decidido:
-Yo no se ustedes, pero yo me voy.
María Antonia, la esclava de la familia Unda
Esa la mañana una espeluznante bruma cubría la ciudad, con el frío mañanero y el tongoneo de las campanas llamando a la oración matinal, las mujeres de canela y carbón se movían presurosas en busca de agua para los quehaceres diarios.
De las casas subía lentamente el humo de los fogones donde se cocían arepas y cachapas.
María Antonia, la esclava de la familia Unda dábale al pilón con los mazos, uno en cada mano negra, buscando el punto ideal para la masa de maíz blanco. Sobre el gran budare de arcilla colocaba las arepas 8, 9, 10 de una vez.
La casa de los Unda es un quinterón alto donde han nacido y vivido los ocho retoños del matrimonio de Don José Francisco de Unda Navarro y Doña María Francisca García; la señora por el gran amor sentido hacia su esposo y con la anuencia de este decidió llamar a todos los hijos José y a la única niña Francisca.
Varios ranchos de bahareque bordean la ciudad, la mayoría se ubican alrededor de los caminos que como si fueran ríos que salen de Guanare: el camino de Boconó, el que va pa´ Biscucuy, el de la Mesa, el que viene de San Rafael, pasando por María, el de Sabana Dulce y el de Moritas.
Los vegueros
José Manuel Díaz y Cantalicio Colmenares son dos vegueros, pardos libres, que visitan con frecuencia la ciudad. Esa mañana llegaron cuando salía el último soldado de la tropa del comandante Montalbo, quien tenia bajo su responsabilidad detener a un grupo de sediciosos que según el correo de brujas venia bajando la cordillera camino de Biscucuy.
-Vacié carajo, esto si está raro hoy; fíjese usted la tranquilidad y el año pasado cuando tomó la ciudad el capitán Juan Nepomuceno Hurtado- todo era un alboroto. Mucho a esta hora habían dejao el polvero.
-Si verdaíta cierta, a esta hora ya se habían pirao.
-Recuerda eso eran puras comisiones pa busca a las armas de Coro y que para entregarles la ciudad.
-Compadre lo que pasa es que esa gente está muy segura de que las tropas del Rey la protegerán, pero yo no creo; las malas lenguas hablan de un ejercito de mil hombres armaos con lanzas y fusiles que baja con un tal Simón.
- Púyote! Que vao, yo no confío en naiden, estos creen que porque el año pasado no hubo represalias, salvo el enjuiciamiento de los hermanos Unda, por alborotadores, no hubo hechos que lamentar, pero lo que soy yo, me llego hasta el rancho con la vieja y escondo mi mercancía antes que me la decomisen para la patria, basirruque¡.
- Cónchale compa, mejor nos vamos, mire que Nemesio llegó hace días de Trujillo y dijo que se salvo de vainitas de ser reclutado, mejor nos vamos pa nuestro monte no vaya a ser que…
-Bueno compa no hablemos mas y pirémonos, nos vemos en la guachiconga, después que pase este alboroto.
La entrada a Espíritu Santo
Un poco después de la hora del burro, entra la primera avanzada de la tropa patriota a la ciudad. Los granadinos Girardot y D´elhujar comanda la unidad, a su lado el Jefe del Cuerpo Sanitario. La ciudad se encuentra desolada y en silencio, de pronto las campanas de la iglesia de la plaza comienzan a repicar en son de fiesta.
- Ora pues, parece que todo el mundo ha huido de este pueblo su merced.
- De todas formas revisen bien las oficinas públicas: el cabildo, el cuartel, el estanco, este convento…y vayan a ver que quiere ese cura barbuo que esta gritando en ese campanario, sino es a nuestro favor bájenlo aunque sea a piedras y me lo encierran.
Al entrar el Brigadier, jefe de todo el ejercito, le hacen entrega del siguiente parte:
- En la ciudad hay aproximadamente 12000 habitantes, tres iglesias y en la principal se venera a la Virgen de Coromoto, existe una oficina del Estanco del Tabaco, antigua sucursal de la Compañía Guipuzcuana y donde se han encontrado 200.000 pesos, víveres, ropas y tabaco en grandes cantidades. Hay 5 haciendas de caña de azúcar con su trapiche. Hay tres escuelas. El pueblo cuenta con muchos españolas realistas, pero casi todos huyeron por que se enteraron de nuestra llegada por un soldado que logro escapar de Desembocadero. Han sido capturadas tres personas, quienes manifiestan su lealtad a la corona española. También hay un hombre que desea hablar con Ud., dice conocerlo de Caracas y principalmente del Congreso: es el cura José Vicente Unda.
La tropa acampó al norte de la ciudad, en un bosque encantado conocido, extrañamente, como El Pionío, una tupida selva con grandes arboles de los cuales sobresalen los samanes y mijaos, imponentes representantes de la vegetación llanera. Estos arboles son los que mantienen un sin números de manantiales que han saciado la sed de la ciudad, estos manantiales protegidos por duendes o dueños del agua. Estos gigantes ademas protegen a la ciudad del calor que se siente con mayor fuerza en estas latitudes. En esta área la tropa consigue sombra, agua y también alimento: matacanes, cachicamos, picures, guacharacas y paujíes. Los troperos pudieron comer de merecures, guanabanas, jobos y otras especies.
De la quebrada uno que otro obtenía una piedra de oro de vez en cuando.
Guerra a muerte
De las tres personas capturadas, uno es el blanco José Velazco y otro un de los monjes franciscanos, un viejo mal encarao que repetía con in voz chillona y apocalíptica:
- Volveréis a sentir la fuerza de Dios. Igual que el año pasado, sentiréis el poder divino por irrespetar a nuestro soberano el rey de España y a su representante en la tierra su santidad el Papa,
Todos estaban destinados al paredón del patio del convento. Antes de esta acción varias matronas guanareñas dirigieron una carta al comandante de los patriotas, donde le pedían clemencia y humanidad por la vida de estos hombres y en especial por Don Velazco, pero en términos bastante fuertes porque lo llamaban cruel, bárbaro e inhumano si los sacrificaba. Esta misiva fue entregada por el Cura Unda, quien también intercedió por la vida de estos hombres.
Bolívar sin mirarlo le dijo:
- Mí apreciado amigo, lamento no poder cumplir con tu petición. Pero la falta de una mano dura fue uno de los motivos de la perdida de la primera república, cuando Miranda en vez de pelear capituló. Además, recuerde que está en vigencia el Decreto de Trujillo y allí esta estipulada la forma de serle perdonada la vida a estos señores, pero ellos no quieren otra cosa sino morir por su rey.
Unda salió desconcertado.
Rumbo a las montañas se oyó una ráfaga discordante, la cual manchaba de sangre y agujeros la pared trasera del convento y tres cuerpos moribundos caen al suelo. Varios gritos desgarradores y espeluznantes, como el canto de la pereza de palo, retumban y hacen eco en el valle de la quebradita. Allí mismo los capuchinos enterraron a su hermano.
Una ciudad señorial
La ciudad mostraba signos de opulencia, grandes mansiones servían de morada a hombres que trabajaban la agricultura y la ganadería. Unda en una de las tertulias mantenidas con el jefe expedicionario, mientras caminaba por la ciudad, indicó que si bien era bastante dinero lo conseguido en el estanco, lo que demostraba la riqueza de esta, la mayor parte del tabaco no es vendido a éste sino a los extranjeros que llegan, vía fluvial, hasta la ciudad o sus cercanías para comprarlo a mejor precio, la zona es una de las que produce mayores números de animales y principalmente mulas las cuales son llevadas de contrabando por el camino secreto de la mulas el cual viene de Pedraza en Barinas pasa por las cabeceras de los Ríos Guanare y Anus, atraviesa el Tocuyo y llega hasta el litoral coriano donde es comprado principalmente por los holandeses de Curazao. Además se prepara pescado, algodón, maíz, cueros de res y venados que son llevados a Maracaibo, vía Trujillo. La iglesia de Guanare es una de las mejores adornadas de Venezuela, debido a la bendición de hospedar en su seno la imagen de la virgen de Coromoto, la cual apareció en 1652 a un grupo de indios. Sepa que el limitar la libertad de comercio con el monopolio es lo que ha llevado a que la mayoría de la población vea con buenos ojos la revolución.
Bolivar, Unda y Curasao
-Bolívar escucha atentamente y de pronto interrumpiendo al cura le pregunta:
-Dígame Unda, es acaso por eso de los contrabandistas holandeses que Ud. mencionó que este barrio ubicado luego de la quebrada que pasa detrás de la iglesia, que por cierto si no hacen algo le destruirá los cimientos, se llame Curazao.
-Ud. está errado mi querido comandante, igual pensó un viajero quien dio otra hipótesis: "se llama Curazao por el carácter insular en que queda cada vez que estas quebradas se inundan durante las lluvias". Craso error. Al parecer poco después de que Juan Fernández León fundara la ciudad un fraile muy huraño y de carácter … , llamado Miguel Oraa Zuñiga, se instaló en aquella mesa, señalando al norte, la cual desde esa época la llaman la del cura. Pocas veces la gente había visto a este franciscano, para su atención tenía un esclavo quien era el que venía a hacer las compras a la ciudad. La gente de este pueblo, que es reconocida por su lengua viperina, comenzó a propagar la especie de que el cura estaba podrido en plata y esto llevó a que un grupo de desadaptados le cayera por sorpresa cuando estaba solo y lo sometiera a torturas para que entregara el tesoro del que hablaba la gente, el cura no soltaba la lengua y se negaba a ubicar lo que tal vez no poseía. Al jefe de los delincuentes se le ocurrió envolverlo en una piel de vaca que se secaba en un botalón. Luego de embojotarlo lo fueron pasando por una fogata, como al final el padre no dijo nada los malandros ya cansados y previendo que las autoridades los sorprendieran y para evitar su posterior identificación decidieron dejar que el cura muriera bajo el fuego de las brasas. Antes de morir el hombre maldijo a sus captores y a todos los Guanareños a sufrir penurias por toda la eternidad. Por ese cerro que domina la ciudad fue conocido como el cerro del cura asado, lo cual el pueblo llamó simplemente curasao, pa donde va pal curasao y Curasao se quedó.
Bolívar miró por un rato la famosa mesa como buscando en sus orillas la figura del sufrido padre, al cabo de un rato le dijo a su interlocutor.
Guanare, Bolivar y Juan Fernandez de Leon
-La primera vez que hoy hablar de Guanare, fue cuando mi madre le decía a mi aya, la negra Hipólita, que tal vez mi fama de inquieto y preguntón me venía de familia por que yo tenía un abuelo que durante la conquista se destacó en la fundación y población de Caracas con el capitán Diego de Lozada, luchó contra indios y franceses y al que luego le encomendaron la tarea de fundar la primera ciudad llanera de Venezuela y por tanto Juan Fernández León, mi abuelo lejano, era el padre fundador de la ciudad de Guanaguanare. Para el mismo Bolívar pensó: ojalá la providencia me de la fuerza, voluntad y la vida para ser el padre fundador de esta patria…
Continuó Unda con la visita guiada a la iglesia matriz:
-Ese altar que ve en el centro es de plata mexicana y observe como se extiende hasta los extremos del altar superior. Estos adornos pudieron ser realizados gracias al aporte de feligreses agradecidos por milagros recibidos a través de nuestra señora. Los cálices, esas lamparas, el altar fue iniciado en 1777 y fue dorado en oro, la mayor parte de estas piezas inicialmente estaban en Tucupido pero fueron traídas aquí para ser mejor cuidadas.
Para las paredes se usó leche en vez de agua…
Dentro de la iglesia le dice Unda a Bolívar que él tiene en su iglesia a un español, que no desea reconocer la independencia, pero que es padre de familia y buen marido y además su amigo desde hace muchos años. Bolívar no se inmuta ante esta afirmación del religioso y luego de unos segundos le indica:
- Pues, padre, Simón le agradece mucho la confianza: pero le recomiendo que sea cuidadoso y evite que esto no lo sepa el Brigadier Bolívar, porque si esto llega a ocurrir, se lo va a tener que entregar por las buenas o por las malas.
Luego de festejar la salida de su interlocutor, siguieron hablando y se dirigieron al altar.
Estaban en el templo mejor adornado de toda la Capitanía General de Venezuela, tesoros invalorables producto de promesas y regalos hechos por devotos agradecidos por los favores recibidos de su Virgen, nuestra virgen de Coromoto...
En este momento, el abuelo se percata que todos los niños se han dormido y solo María de los Ángeles prestaba atención. Le pidió ayuda a su nieta para llevar a sus hermanos hasta sus aposentos y cuando cerraba la puerta del cuarto la mano de la intrépida le impidió que la cerrará;
- Abuelo puedes seguir contándome la historia que no tengo sueño.... El abuelo asintió con su cabeza, en el fondo el estaba alegre de recordar aquellos tiempos ido y como el pensaba, me da dolor de bola recordar el pasado y por no tener a quien contarlo, se sintió alegre de tener con quien compartir sus vivencias.
La nena pidió que le describiera como era el comandante ese el caballero, que se llamaba como su hermano, el de los diez años.
Sabes ese joven de 29 años no causaba buena impresión a primera vista, era pequeño un poco mas alto que tu como de esta altura, provenía de una de las familias de mayor linaje de Caracas, donde había nacido
La gente de Guanare no creía que el creador de la Guerra a Muerte fuera ese retaco comandante, que además era inquieto pero con una férrea decisión que lo llevaba a cumplir con la empresa que se propusiera por mas difícil que fuera.
Por su juventud era impetuoso, alegre y gustábanles las fiestas como a nadie. Cuando salía a bailar no había pareja que se le negara por lo hábil que era. En una vivienda ubicada al lado de los almacenes del Estanco ese día le celebraron tremendo sarao.