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"La historia está presente y nos rodea en todas las horas, porque no es otra cosa que la vida” Arturo Uslar Pietri

miércoles, 24 de abril de 2019

CON USTED PADRE, HUBO GUANAREÑOS QUE REGARON SU VALEROSA SANGRE POR LA LIBERTAD Manuel Ricardo Martínez Angulo


 Manuel Ricardo Martínez Angulo




Palabras del doctor Manuel Ricardo Martínez Angulo, en nombre de la Sociedad Amigos de Guanare al hacer una ofrenda floral ante la estatua del Padre de la Patria en la Plaza Bolívar de Guanare, el día 3 de noviembre de 1966.

En este día de júbilo en que el pueblo de GUANARE está de fiesta, en el que llenos de alborozo celebramos los 375 años de la fundación de nuestra procera ciudad, con el mayor respeto y admiración, rendimos homenaje a nuestros ilustres fundadores encabezados por el digno capitán DON JUAN FERNANDEZ DE LEÓN, portugués de origen, pero universal en la realización de su obra. Rendimos homenaje a la Madre Patria, que junto a la proeza heroica y mensaje a aun hombres, nos trajera en la conquista los invalorables dones de la civilización. Damos Gracias a la Divina Providencia por los favores recibidos y alabamos a nuestra Excelsa Madre, la Virgen de la Coromoto, que con su aparición bendijo esta tierra y nos cubre con su manto protector. Por nuestro fervor patriótico bien ha dispuesto la Honorable Junta ProFestejos, que rindamos en esta oportunidad este sentido homenaje al Padre de la Patria, nuestro Libertador Simón Bolívar. Es este un significativo acto de manifestación y reafirmación de nuestra fe patriótica. Es este el sincero reconocimiento de todo un pueblo que jamás ha olvidado la obra bienhechora del Gran Genio, que supo llevar a cabo la obra magna de nuestra Gesta Emancipadora.

Nuestro pueblo, desde un principio y en todo momento respondió de manera positiva y favorable a la causa de la Independencia. Le correspondió al ilustrísimo hijo de GUANARE, Monseñor DOCTOR JOSE VICENTE DE UNDA, suscribir el Acta de la Independencia, tras pronunciar aquellas memorables palabras: "DOS COSAS TAN SOLO QUIERO ANOTAR: QUE MI ESTADO SEGLAR NO ME PREOCUPA CIEGAMENTE A FAVOR DE LOS REYES, NI DE ESPAÑA. Y QUE GUANARE A QUIEN REPRESENTO NO SE TENGA POR OBSTACULO PARA LA DECLARACION DE LA INDEPENDENCIA CUANDO SE CREA NECESARIA".

Ese mismo UNDA educador, maestro de juventudes, que consciente de la necesidad de educar a nuestra juventud, puso todo su empeño logrando del propio LIBERTADOR la creación aquí en GUANARE del Primer Colegio de Educación de la República el año de 1825, del cual fuera su Primer Rector. Ese UNDA civilizador, amante de la cultura que trajo a nuestra tierra la primera imprenta, magnífico instrumento que por generaciones prestó un gran servicio, un gran papel, como medio de divulgación y publicación del pensamiento y de la palabra escrita. Ese Monseñor UNDA apóstol, que supo cumplir a cabalidad sus deberes de apostolado, su sagrada misión de sacerdote, ora como humilde Cura Párroco de Guanare, ora como Pastor de su Grey al frente de su alta investidura de Obispo en la Diócesis de Mérida y finalmente, ese JOSE VICENTE DE UNDA, ejemplo de guanareño integral, que amó entrañablemente a su tierra nativa y que al momento de su muerte le legó al pueblo de GUANARE lo más preciado de su ser, su propio corazón, que veneramos en la Iglesia Catedral.

Nuestro pueblo recibió en su seno con gran afecto y admiración al LIBERTADOR en las oportunidades que por aquí pasara; su presen-cia salvó la vida de ilustres patricios que por la causa de la Indepen-dencia se encontraban presos cuando llegó a GUANARE, aquí hubo de proveerse de recursos económicos de manera por demás afortunada para la continuación de su Campaña Admirable y sus tropas se nutrieron con voluntarios hijos de esta tierra, que llegaron a ser grandes Capitanes de la Independencia. Hombres como los Burgos, Castejón, Valdez, Vásquez, Luque, Miguel Guerrero, y tantos otros, héroes y soldados anónimos, que llevaron el fervor patriótico de nuestro pueblo, su anhelo e ideal de libertad, no solo a lo largo y ancho de nuestra Patria, sino hasta los remotos pueblos de Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia, hombres que regar con la valerosa sangre guanareña sembrando un ideal de libertad, de Patria grande, generosa y noble. Hoy te rendimos nuestro homenaje a Tí, Padre Libertador, que como dijera un gran pensador eres "GRANDE EN LA ACCION, GRANDE EN EL PENSAMIENTO, GRANDE EN LA GLORIA, GRANDE EN EL INFORTUNIO"

El doctor Manuel Ricardo Martínez Angulo, en nombre de la Sociedad Amigos de Guanare
al hacer una ofrenda floral ante la estatua del Padre de la Patria en la Plaza Bolívar


Nuestro Homenaje a Tí, caudal permanente de sabiduría, cuyo pensamiento es a diario concepción vigente e ideales por los cuales lucha la humanidad en su afán de conseguir un destino mejor. Nuestro homenaje a Tí, el Legislador ponderado, el Juez justo, el sabio y el filósofo.

Acudimos ante Tí, Oh Padre sacrificado por la libertad de nuestra Patria y por la liberación del suelo americano; Oh Padre que con tu espada portentosa y la genial filosofía de tu credo democrático fundaste CINCO NACIONES LIBRES Y SOBERANAS. Acudimos ante Tí para recordar tu obra inmortal y la responsabilidad que nos corresponde como dignos herederos de tu fortuna, como hijos de esta gran Patria, como herederos del más precioso patrimonio que tú nos legaste: ¡LA LIBERTAD! Esa libertad política por tí conquistada es el más precioso tesoro de nuestras vidas, y el escudo ante el cual sucumben las exóticas doctrinas dictatoriales y el iluso sueño de quienes pretendan ignorarla o desconocerla. Esa libertad no sería de ninguna manera suficiente. Nuestro pueblo se adelanta a paso seguro para complementar esa libertad política con su libertad económica, y para obtener la solución de sus más ingentes problemas. Las fértiles tierras de GUANAGUANARE constituyen un emporio potencial de riqueza, con sus grandes recursos naturales y el potencial humano de sus hijos y con el invalorable aporte y buena voluntad de quienes venidos de otros lares conviven con nosotros.

La tradición cultural de GUANARE se mantiene y se proyecta en ol futuro. El desarrollo de nuestra incipiente industria, de la ganadería y de nuestra agricultura es el signo de nuestra prosperidad y el himno de esperanza de nuestra tierra.

PADRE LIBERTADOR: Recordamos tus últimas palabras en San Pedro Alejandrino, tu esfuerzo sobrehumano por la unidad: "SI MI MUERTE CONTRIBUYE A QUE CESEN LOS PARTIDOS Y SE CON-SOLIDE LA UNION, YO BAJARE TRANQUILO AL SEPULCRO". Palabras aún vigentes como un mensaje de paz, de unidad y de confraternidad. Es el eco de tu voz en el momento postrero de tu vida, indicándonos el camino a seguir. No más luchas fratricidas, ni más sangre de hermano derramada, no más lucha estéril... Se vislumbra la perspectiva de un nuevo horizonte. El futuro de nuestros hijos y de nuestros pueblos lo reclaman. Todos debemos permanecer unidos como hermanos ante el deber y el derecho que la Patria impone y que vuestra memoria reclama.

Recibe esta ofrenda como un recuerdo imperecedero a tu memoria del noble pueblo de GUANARE, que a los 375 años de su fundación, marcha a paso firme y seguro hacia la cima de prosperidad que tanto merece.


Referencia



Martínez Angulo, Manuel Ricardo. 1966. CON USTED PADRE, HUBO GUANAREÑOS QUE REGARON SU VALEROSA SANGRE POR LA LIBERTAD   Palabras del doctor Manuel Ricardo Martínez Angulo. In A 20 años del primer retorno a Guanare. Publicaciones del Concejo Municipal del Distrito Guanare/Estado Portuguesa Noviembre 1986. pp 13-17.

ELLOS FUERON EL CONTINUO BATALLAR POR LA GRANDEZA DE ESTA TIERRA Palabras pronunciadas por el Dr. V.M. Heredia Angulo

Dr. VM. Heredia Angulo

Dr. Victor Manuel Heredia Angulo
Palabras pronunciadas por el Dr. VM. Heredia Angulo en el Cementerio de Guanare el día 2 de noviembre de 1966 ante la tumba del educador guanareño JESUS ALVARADO NUÑEZ

Hablar en este día, más bien en esta gran fecha, de los 375 años de la fundación de la ciudad de GUANAGUANARE DEL VALLE DE SAN JUAN DEL ESPIRITU SANTO, en este recinto del silencio, del recuerdo, del dolor contenido, hablar aquí repito, de los grandes muertos de este pueblo, no es labor fácil ni posible para las dimensiones de una simple oración fúnebre como ésta que para mi honra me ha tocado dictar en este momento.

Aquí estamos precisamente ante la tumba de un hombre que cambió buena parte de su vida bohemia por la de gran educador. Hizo de la escuela la razón de su existencia y fundó un internado que extendió su fama por toda la nación. El muchacho que venido de otros Estados aquí se formó, llevó en su pecho el fuego del afecto y en su mente la enseñanza imperecedera. Sus métodos quizás no tengan cabida dentro de los sistemas modernos, pero sus puntos si tienen vigencia dentro de los sistemas modernos, pero sus metas si tienen vigencia dentro de lo que vale y sirve en la actualidad. Y como guanareños no que junto con nosotros han compartido los altibajos de la vida en esta querida GUANARE, tengo que recordar personas también fallecidas como fue ESCOLASTICO FLORES, diminuto en estatura física, gigante en sabiduría, general de la espada, de las letras y de la cátedra.


Y antes de ir más lejos, antes de dilatarnos más en este inmenso lienzo que es el recuerdo de nuestros queridos muertos, permítaseme citar el nombre de un gran guanareño, que como despidiéndose de su tierra, nos hiciera, ¡quién lo iba a pensar! su última visita el 1° de noviembre de 1965 para entregar su vida dos días después en la Caracas de sus glorias y de sus penas. Me refiero al doctor PEDRO BLANCO GASPERI, iniciador del Hospital de Guanare, corazón sensible y golpeado muchas veces, guanareño de pura cepa., hábil, escritor, profesor universitario, poeta, y sobre todo gran traba-jador en todos los campos de la vida en donde le tocó actuar. Para su memoria nuestro recuerdo sincero y respetuoso.

ANTONIO ZUÑIGA, otro gran ausente, abogado, ilustre, acompañado siempre de su sabiduría, su elocuencia y su miseria.

JESUS ORAA, otro abogado de vida solitaria, de pensamiento claro y de recta conducta. Y cómo no vamos a nombrar a su hermano Don MIGUEL ORAA, auténtico maestro de la escuela llanera, severo, justo, formador de hombres, ejemplo de ciudadano, su calidad humana aún la palpamos, y el fruto de sus desvelos todavía discurre por la transformada GUANARE. Esto es apenas una muestra de los que se fueron, de los que trabajaron por la vida en esta ciudad. Otros en plena vida, antes de que la espiga cuajara, el destino nos los arrebató. Así son nuestros inolvidables ALBERTO BUSTOS FERNANDEZ, impetuoso, de gran inteligencia, destacado profesor de química del Instituto Pedagógico Nacional, líder político, expresivo en la amistad, de cordialidad contagiosa, todo un gran corazón que es imposible olvidar. JOSE VICENTE SANOJA, Ingeniero Civil, de un porvenir que se le abría cuando en una trágica tarde de agosto dio toda su sangre a su más querido pedazo de tierra carabobeña: su huerta. JUAN URRIOLA, Médico Veterinario, sobresaliente, pionero en su rama. ANTONIO URRIOLA, brillante promesa, segada por la muerte cuando comenzaba a trajinar el difícil camino del ejercicio profesional, fue médico de mucha inteligencia y gran corazón. OSCAR VILLANUEVA Y VICTOR DEL MORAL, atrapados por su vehemente condición de agricultores, llegaron un día cualquiera sin pensar quizás que de aquí no volverían a salir. VILLANUEVA se hizo corazón de pueblo, reía, gozaba y lloraba con la risa, con el goce y con el llanto de este pueblo, caroreño transplantado a Guanare, para que en sus fértiles tierras se haga imperecedero el recuerdo que nos dejó. Cada día nos hace más falta y cada vez se hace más viva la luz de su alegría como la llama que del seco madero se alimenta. VICTOR JOSE DEL MORAL se transformó en el primer agricultor de la región, en el primer soñador del provenir agrícola de Portuguesa y en el ciudadano más preocupado por las reivindicaciones populares al frente de la Presidencia del Concejo Municipal de este Distrito, allí dejó planteadas das reivindicaciones que la historia recogerá para elevarlas al sitial que les corresponde. Con la desaparición de RAMON CASTELLANOS LARA, la muerte devora de una dentellada preciosa porción de la historia de GUANARE y de los guanareños. Inteligente, menos comerciante de lo que la mayoría cree, más preocupado por su tierra de lo que la gente común conoce. Bohemio, de chispeante chiste, alma de poeta, de irónica presencia y paradójica fama. Siempre le recordaremos con el mismo sincero cariño que le profesamos en vida y que su hijo Gilberto recoja y sepa mantener en buen sitio la pureza de sus ideales.

Son muchos los muertos grandes, dejo de nombrarlos individualmente por razones obvias. Y en el lazo inmenso de la soga llanera, asida por gigantesco brazo, que al girar en la mano diestra roza pampa y roza cielo, quiero dejar unidos a todos los que en pretéritos días mucho hicieron, mucho quisieron hacer, o muchos fracasos hubieran sufrido en el continuo batallar por la grandeza de esta querida GUANARE.


Referencia


Heredia Angulo, V.M. 1966. ELLOS FUERON EL CONTINUO BATALLAR POR LA GRANDEZA DE ESTA TIERRAPalabras pronunciadas por el Dr. VM. Heredia Angulo en el Cementerio de Guanare el día 2 de noviembre de 1966 ante la tumba del educador guanareño JESUS ALVARADO NUÑEZ. In A 20 años del primer retorno a Guanare. Publicaciones del Concejo Municipal del Distrito Guanare/Estado Portuguesa Noviembre 1986. pp 9-12.



Dr. Miguel María Zúñiga Cisneros

Elegante de porte, encarnaba a la perfección el tipo valleinclano descrito en su novela titulada Vizconde de Brangelone y, por ese motivo, sus compañeros lo bautizaron con este título. En verdad lo merecía.

Zúñiga era refinado y erudito, humilde y comedido, hablaba pausadamente como si estuviera explicando una clase. Era un verdadero hombre de gabinete y como tal el gobierno de Gallegos lo designó Embajador en algunas naciones. ¡Y qué bien lo hizo para dejar bien puesto el nombre de la patria!

Nace en junio de 1897;  y desde temprana juventud sobresalió como estudiante modelo en el Colegio Nacional, luego en la Universidad sobresale como un revolucionario contra la dictadura gomecista, y, junto con su compañero Pulido Méndez, es comisionado para representar a la Federación de Estudiantes, 1919, a un congreso internacional reunido en México.

Y valiéndose de miles de estratagemas logran al fin llegar a su destino, donde fueron recibidos con los brazos abiertos y en medio de grandes aplausos, expusieron la situación verídica del pueblo venezolano, y ello le ocasionó el cierre de las puertas del país.

Como se vio en una situación difícil, el gobierno mexicano por disposición del ministro Vasconcelos, le concedió la gracia de asignarle una beca y una inscripción abierta para continuar sus estudios de medicina en la Universidad de Morelia, lo cual le permitió obtener el título de doctor.

Luego desempeña varios cargos en la salud, sin olvidar su interés por la patria y a este respecto funda el Partido Revolucionario Venezolano, con un numeroso grupo de exiliados, donde se encontraba su paisano el Padre Oráa. Se funda un vocero titulado Venezuela Libre, se instituye un programa de conferencias hasta el momento de organizar el intento armado, 1929.

Se logra adquirir un barco adecuado, se le cambia el nombre por "Elvira" bajo el comando de Rafael Urbina, y con el apoyo del gobierno mexicano, se logra reclutar unos ciento viente hombres, dispuestos a jugarse la vida —entre ellos viene Zúñiga— y un buen día atacan las costas corianas y los espera una verdadera cortina de plomo y fuego que impide toda maniobra y sólo después de un rudo batallar, Urbina logra desembarcar para encontrar una verdadera derrota.

Muchos años después, mi maestro en Historia, me distinguió con su confianza y, a mi instancia, me reveló muchos detalles personales de su odisea hacia Colombia.

Al sobrevenir la debacle, Rafael Simón le asigna un baquiano, para orientarlo hacia un destino incierto acompañado de un coronel mexicano, de apellido Prive, herido en una pierna y, como era natural, la marcha se hacía dificultosa en la Sierra de Coro; al tercer día la pierna estaba gangrenada y, como estaba imposibilitado de amputar el miembro, la única posibilidad de salvarlo sería ponerlo en un punto cercano a Churuguara, para ser recogido y auxiliado y el coronel contestó "prefiero morir antes de caer en las garras de Gómez", les dio las gracias por la ayuda prestada y les pidió lo dejaran recostado a un árbol y no habían caminado un kilómetro cuando oyeron un tiro y al volver atrás encontraron el cadáver... casi con las uñas abrieron una zanja y enterraron al militar voluntario y valiente.

A duras penas, arreando a veces manadas de chivos, llegó a Barquisimeto, e inmediatamente, casi descalzo, visita a un compañero de curso inferior, que muerto de miedo se excusó de prestarle alguna ayuda para no comprometer su familia y entonces recurre a otro, ese si fue un hombre de honor, llamado Leopoldo Torres, por cierto casado con una hija de Eustoquio Gómez, le dio dinero, ropa, bastimento y le dio una escolta para conducirlo hacia los llanos de Apure.

Jamás quiso desempeñar cargos políticos fuera de sus obligaciones profesionales, ni aun en la época gomecista en la cual se le ofrecieron cargos directivos.

Sí aceptó la posición de médico de sanidad en Barinas y en Guanare, sirvió la medicatura de ciudad.

Buen amigo, simpático, bonachón, de gran inteligencia y escritor de buena prosa, fue corredactor de periódicos en Guanare, en unión de Leopoldo Landaeta y Pedro José Muñoz y se recuerda la brillante polémica de orden social mantenida con el doctor Pino Pou.

Referencia

Quintero García, Pedro 1991. Guanaguanare. Biblioteca de temas y autores portugueseños. Ediciones del Congreso de la República. pp 446-468

Dr. Julio García Alvarez

Fotografía del Dr. Julio García Alvarez ( 1893-1953)
Historia de laOtorrinolaringologíaen Venezuela
Pertenecía a una vieja familia guanareña, muy apreciada por sus valiosos descendientes en diversos campos profesionales, en los cuales fueron muy eficientes. Julio, por una circunstancia fortuita, nació en Barinas, el 9 de julio de 1893. Desde temprana edad creció en el hogar de sus mayores y realizó sus estudios primarios y secundarios en las escuelas locales y cuando se gradúa de bachiller, es enviado a Caracas para inscribirse en el curso de 1915, con la mala suerte de afrontar el cierre de la Universidad debido a causas políticas.

Tal disposición causó gran conmoción en todos los sectores nacionales, y luego de agotarse todos los recursos para lograr su reapertura, los doctores Razetti, Rísquez, Mirabal y otros más, logran el permiso del Ministerio de Instrucción Pública para continuar la secuencia del programa, dictando las clases reglamentarias y los ejercicios quirúrgicos y clínicos en el Hospital Vargas, hasta culminar en 1920 todo el programa de estudios. Después de infinidad de gestiones se logra hacer reconocer aquella enseñanza, y después de cumplir todos los requerimientos legales, se le concedió a cada alumno el rótulo de médico.

Por cierto este curso mereció ser considerado como "el grupo élite" por haber sido constituido, sin excepción por brillantes alumnos que después fueron brillantes especialistas.

Julio, antes de graduarse, ya era asistente del doctor Emilio Conde Flores, fundador de la otorrinolaringología y en su cátedra del Hospital Vargas se entrenó García Alvarez, para ser después uno de los más eficientes catedráticos, sucesor de su maestro.

Fue junto con sus compañeros fundador de la Policlínica Caracas, primer establecimiento moderno donde se destacó García como un verdadero maestro y que tuvo el honor de seguir formando discípulos en las enfermedades de los oído
s, nariz y garganta.

Fue profesor por concurso en esa cátedra universitaria, y le tocó la grave responsabilidad de reorganizar los estudios universitarios cuando fue clausurada durante la dictadura perezjimenista, lo cual le trajo muchas críticas.

Hombre incansable, agotó todas las reservas para ser abatido por un infarto cardíaco, a los 67 años, cuando se encontraba en sus labores habituales.



Referencia

Quintero García, Pedro 1991. Guanaguanare. Biblioteca de temas y autores portugueseños. Ediciones del Congreso de la República. pp 463-464

Dr. Pedro Blanco Gásperi

Nació el 12 de abril de 1893, se graduó de bachiller en el Colegio Nacional de su ciudad natal, y obtuvo el diploma de doctor en Ciencias Médicas en la UCV, como integrante de aquella promoción llamada "élite', de 1920.

Ejerció por primera vez en Barquisimeto, en su especialidad de cirugía general y después de lograr fama durante algún tiempo, decidió viajar a Europa, para cursar un postgrado en cirugía, al lado de los grandes maestros de La Sorbona. Terminada esta primera parte de su empeño, continúa en la Facultad de París los estudios para revalidar su título y obtiene el galardón de Médico Colonial Francés. Luego pasa a Berlín, Londres y Madrid, donde realiza pasantías por hospitales, invitado en algunos, para realizar intervenciones quirúrgicas.

Al regreso al país se gana el concurso de oposición como Cirujano del Hospital Vargas, correspondiéndole la Sala 19 para realizar los cursos de la especialidad a la vista de la técnica de su rutina quirúrgica, y de esa manera, dada sus habilidades, llega a ser considerado como un catedrático de primera categoría.

Fue uno de los fundadores de la Policlínica Caracas, primer establecimiento privado y moderno, equipado con la última palabra de la ciencia; institución servida por sus condiscípulos, especialistas de prestigio internacional.

Fue profesor de Urología de la UCV, Jefe de la Cátedra de Cirugía Infantil del Hospital Municipal, profesor de Ginecología y Director del Hospital Rísquez.

Fue también escritor, dueño de una prosa castiza y elocuente, orador social y científico; tuvo actuaciones políticas como senador y diputado al Congreso por Portuguesa.

Recibió en vida diversos homenajes, académico de la lengua y de la medicina, condecoraciones nacionales y extranjeras y publicó muchos trabajos originales; casó con la agraciada dama Josefina Souchón; tuvo descendencia, entre ellos un médico. Murió a los 80 años.

El doctor Blanco Gásperi demostró durante su vida una gran preocupación por el solar nativo y en muchas ocasiones contribuyó a su bienestar; donó una casa para que se fundara el Asilo de Ancianos, le obsequió a la Catedral lámparas artísticas y contribuyó generosamente a los gastos de instalación del Obispado y como son incontables sus rasgos, sólo mencionamos estos tres para que sirvan de muestra.

Referencia


Quintero García, Pedro 1991. Guanaguanare. Biblioteca de temas y autores portugueseños. Ediciones del Congreso de la República. pp 462-463.

Dr. Pedro Rodríguez Ortiz

Dr. Pedro Rodríguez Ortiz 
Nace en Guanare, el 29 de junio de 1895, estudia bachillerato en el Colegio San Luis Gonzaga y obtiene el doctorado en la UCV.

Pertenece a la luminosa promoción del año 20, integrada a científicos de la talla de Martín Vegas, José Ignacio Baldó, Pedro del Corral, Pedro González Rincones, Pedro Blanco Gásperi, Pedro Gutiérrez Alfaro, Bernardo Gómez, Julio García Alvarez y algún otro escapado de mi memoria.

Era Pedro de esos hombres campechanos e insinuantes, amigo de la farra y dispuesto siempre a prestar sus servicios sin interés monetario.

Ejerció en su ciudad natal con éxitos sin precedentes, en el campo de la cirugía y cuando se sintió con la suficiente experiencia se radicó en Barquisimeto, donde adquirió prestigio y numerosa clientela; cuando empezaba a madurar en su profesión, se le ocurre incursionar en la política como senador y presidente del Estado Portuguesa y al caer el régimen es encarcelado y perseguido, y al salir en libertad se refugia en su hato El Caimán, para dedicarse al trabajo y a la literatura.

Es poeta nativista, recoge la esencia misteriosa de las leyendas llaneras para volverlas coplas o poemas de profundos sentimientos. Su elegía a su hermano muerto constituye una pieza de antología, Yo soy Llanero y A mi Caballo, baladas de ambiente criollo de hondos sentimientos.

Desposó a Lirio Cirimele, belleza clásica, lánguida criatura, llena de virtudes, después de ofrendarle numerosos hijos, es víctima del vuelo rasante de un avión siniestrado para volar al cielo de los justos; desde aquella tragedia el doctor Rodríguez, se consagra a venerar su memoria con los cánticos líricos salidos de lo más exquisito de su inspiración poética.

Particularmentee para mí, este nombre me recuerda episodios juveniles de inmensa satisfacción. En mis tiempos de internado en el Colegio La Salle, de Barquisimeto, fue mi representante generoso y afectivo. Cuando terminé el bachillerato, festejó el acontecimiento como si hubiera sido un hijo suyo.

Muere a los 85 años y entre sus hijos se encuentra un médico, que ha seguido sus huellas, un agrónomo, un ganadero y una dama heredera de las virtudes de su madre.


Esta resumida semblanza, además de cumplir el objetivo de ocupar la obligación de honrar la memoria de los egregios representativos de mi tierra, en este caso, conlleva el más acendrado afecto por este personaje.

Referencia


Quintero García, Pedro 1991. Guanaguanare. Biblioteca de temas y autores portugueseños. Ediciones del Congreso de la República. pp 464-466.


Rodríguez Falcón, Carlos. Homenaje póstumo a mi padre Dr. Pedro Rodríguez Ortiz. Rincón de Pedro Rodríguez Ortiz
https://pedrorodriguezortiz.wordpress.com/homenaje-postumo-a-mi-padre-dr-pedro-rodriguez-ortiz/

martes, 23 de abril de 2019

Discurso de bienvenida a Monseñor Pedro Pablo Tenreiro, Primer obispo de Guanare. F. S. ANGULO ARIZA 1954

DISCURSO DEL DOCTOR F. S. ANGULO ARIZA VOCAL DE LA CORTE FEDERAL Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

—Bendito el que viene en nombre del Señor!

Hubiera querido, señores, no traer aquí un discurso
escrito, de modo que las pautas académicas no hubiesen
puesto vallados al libre vuelo de mi pensamiento, ni aprisionado los latidos del corazón. Bien habríame complacido dejar correr desembarazados mis sentimientos y suelta mi palabra al impulso espontáneo bajo el azul del cielo abierto de mi nativa llanura, sin otro influjo que la inspiración del momento como el torrente que baja de las cumbres andinas y corre rumoroso por nuestros grandes ríos; o la brisa suelta, cargada de esencias agrestes, que juega con las copas de los vetustos samanes, resonantes, en los atardeceres llaneros, con el galerón de los arrendajos
.
Pero con todo apenas si habría logrado cumplir la invocación del salmista: ''jubílate Deo in voce exultacionis \ festejad a Dios con voces de regocijo, tocad vuestras trompetas, tañid vuestras palmas, olí! hijos de Portuguesa, para bendecir y saludar al que viene en el nombre del Señor.

Quién es ese que ha llegado a la noble tierra de nuestros más íntimos afectos, en el nombre del Señor? Es nuestro primer Obispo. Es un hijo de Cristo que ha llegado a la plenitud del sacerdocio; es un heraldo de buena voluntad; un enviado de la fé cristiana; un Pastor, que sólo rige su grey con el callado de la paz y la bendición de Cristo. Es un Príncipe de la Iglesia que viene a través de 20 siglos, por sobre las tormentas de la historia, con el mismo Evangelio de Amor y de Justicia que habló Jesús en los campos de Judea; que los Apóstoles trasmitieron a los Obispos y que estos de boca en boca, de mano en mano, de generación en generación, mantienen incólume . Y pasan los hombres, y caen los imperios, y se levantan las culturas y todas las ideas tienen su ocaso; pero los sucesores de Cristo resisten todos los avalares y todos los sistemas filosóficos, alumbrando los derroteros de la humanidad con la inextinguible luz de aquel Verbo hasta el cual remonta su vuelo el hijo de Zebedeo en el inicio de su evangelio. Verbo en quien estaba la vida "y la vida era la luz de los hombres". Vale decir vida y luz de nuestras almas. Rayo de luz de la razón humana que es apenas un pálido reflejo y una participación de la sabiduría infinita. Esa luz del Verbo que alumbra en el día como un sol y se enciende en las sombras de la noche como una estrella, es nuestra vida porque es la luz de la Verdad. Y la luz, dice el evangelista, en las tinieblas resplandece; mas las tinieblas no la comprendieron. Las tinieblas son los errores, las debilidades, la presunción de los hombres que han querido sustituir la luz increada por ficciones doctrinales y falaces. 

La gran misión que la Iglesia confía a sus Obispos y Pastores es mantener viva, esa luz del alma, que nos alumbra interiormente, por la inteligencia y la conciencia, y es el fundamento de la paz y de la perfecta armonía social. No puede existir el orden jurídico sin la convivencia de los hombres; pero los hombres cegados por las pasiones no alcanzan a amarse cuando no llevan encendida en su vida interior la luz del Verbo, que es la luz de Dios, fuente de la vida. 

Por eso, porque ha venido a residir en medio de este pueblo un enviado del Verbo, nosotros, como lo quería David, nos aprestamos a cantar al Señor un cántico nuevo, con voz de salmo, con trompetas de metal, y sonido de citara; los ríos aplaudirán con palmadas: y juntamente los montes se alegrarán (Salmo XCVII).

 Excelentísimo Señor, lleváis en vuestro horóscopo personal, un designio providencial. Os llamáis Pedro Pablo: simbólica dualidad para un Obispo. Son los nombres de los dos grandes Apóstoles de la doctrina evangélica. Pedro, el humilde pescador del Tiberíades, Príncipe de los Apóstoles, la piedra fundamental sobre la que el Hijo de Dios, construyó su Iglesia y sobre la que ésta ha levantado en la Ciudad de las siete colínas, la Cátedra de Pedro, desde la cual su legítimo sucesor irradia sobre el mundo, y sobre las almas, una palabra de esperanza y de consuelo. 

Pablo, el Apóstol de la gentilidad, que junto con Moisés, al decir de Jacques Maritain, son los dos conductores de almas más grandes que ha conocido la humanidad; Pablo el Apóstol a quien se le dió la Palabra como una espada, para que enseñara el Evangelio a la Iglesia Universal, que él con su lenguaje de fuego, llamara la Iglesia de la incircuncisión. Tocóle en suerte enseñar que el Hijo del Hombre no había venido para este o aquel pueblo, sino para el género humano, que era el Mesías de todas las naciones. Pablo, cuya elocuencia y gran sabiduría, hizo exclamar al Gobernador Festo: "Estás loco, Pablo: las muchas letras te vuelven loco". "No estoy loco, excelentísimo Festo, contestóle, sino que hablo palabras de verdad y de Templanza". 

Vos, Excelentísimo Señor, venís bajo el patrocinio de tan grandes e ilustres Apóstoles, a decir también a vuestros fieles, como Pedro al cojo de la Hermosa, que le pedía una limosna: No tengo oro ni plata; pero lo que tengo, esto te doy: En el nombre de Jesús Nazareno levántate y anda'. O como Pablo a los de Corinto: ''Ay de mi si no anunciare el evangelio!''. Pero no es eso todo. Tenéis en vuestro favor, Excelentísimo Señor, una muestra aún mayor de vuestro providencial designio. El Gobierno de la República y la Santa Sede, animados del encomiable objetivo de hacer más eficaz el servicio espiritual de extensas zonas del país, así como el enorme incremento del culto coromotano, crearon la nueva Diócesis que venís a presidir, en buena hora y para satisfacción vuestra, bajo la advocación de la gloriosa Patrona de Venezuela. Bien conocidos son el celo ferviente y la constante perseverancia con que hace ya muchos años habéis consagrado toda la actividad y clara inteligencia, con que el Cielo os ha dotado, al servicio de nuestra Virgen de Coromoto. Sois, por antonomasia, un Obispo coromotano y, tal es la más cabal ejecutoria con (fue hoy venís a tomar asiento, con derecho propio, en la Sede que se levanta junto al Santuario Nacional de la Madre de Dios. Ese Santuario, es para Venezuela lo que Lourdes para Francia, Fátima para Portugal, Guadalupe para México. Centros de fé, tabernáculos de gracia, fuentes de misericordias: vincules de la venezolanidad, que cobra aquí Insistencia y firmeza. Aquí ha hecho Dios el milagro de fa renovación moral y espiritual de las almas por la renovación de la fé. Aquí ha venido Venezuela entera a reafirmar su catolicidad, y con ello a fortalecer el nexo más potente del alma nacional. 

El Estado, aún en sus modernas teorías constitucionalistas, siendo como es una comunidad sedentaria, sujeta a un orden jurídico, es un complejo de elementos fisicos y morales. Entran en los primeros el territorio; los mares, los lagos, los ríos, las montañas, las selvas, las llanuras. Pero ellos no bastan, ]para constituir una Nación. El territorio aisladamente es un cuerpo sin aliento vital.

El alma le viene de los elementos psicológicos y étnicos: que están integrados por la unidad de historia, por la comunidad de fines, por la unidad de la cultura, por la tradición heroica, por el ser de ayer, por el ser de hoy y por el deber ser de mañana; por la unidad de religión, por la unidad de raza, por la unidad de lengua. Entre estos elementos morales son preponderantes en la determinación del alma nacional, el idioma, la religión y la tradición. El Estado cuida celosamente la conservación del idioma vernáculo y mantiene instituciones para preservar las fuentes históricas porque sabe que son elementos valorativos de su misma razón de ser. Así mismo el elemento moral de la unidad de religión reclama nuestros desvelos y preocupaciones. La historia política de los pueblos revela que aquellas comunidades étnicas en donde se ha mantenido la triple unidad de religión, de idioma y de tradiciones, han resistido las mayores contingencias de la vida: Polonia ha logrado conservar su vínculo nacional a través de todas sus dolorosas caídas porque ha sabido escudarse en el paladín de su fe católica, de su raza y de su lengua. El mismo pueblo de Israel se ha mantenido a todo lo largo de su duro peregrinar de 2.000 años, como una unidad espiritual y racial, como se mantuvo en la diáspora antigua, gracias al empeño heroico con que ha salvado la unidad de su fé, la unidad de su idioma y la unidad de sus costumbres. En cambio cuando el Estado ha hecho violencia sobre la creencia mayoritaria, ha sufrido graves reveses. Sirva de ejemplo reciente el caso de la República española. Cuando unos de sus máximos dirigentes declaró a la faz del mundo que "España había dejado de ser católica" inconscientemente labraba su propia destrucción, porque no se puede sin riesgos inminentes atacar el sentimiento de un país tradicionalmente católico. No quiere ello decir que la República cayó en España por ser precisamente República, puesto que la forma republicana de gobierno en modo alguno es incompatible con el dogma católico. Rebatiendo esas extravagancias el ilustre repúblico Don Xiceto Alcalá Zamora, argüia: "Después de haber proclamado la libertad de todos los españoles, se quiere que el derecho de los católicos sufra una merma, tanto en el derecho de asociación como en el de reunión, el de propiedad, el de enseñanza. . . Y yo no quiero que la Constitución surja deforme, con una desigualdad tamaña" . 

Cuando el gobierno venezolano en ejercicio de la Ley que rige las relaciones entre el Estado y la Iglesia, crea una Diócesis, apoya una institución católica, colabora en la propagación de la fé, cumple una función social de vastas proyecciones en el ámbito de la Patria. Venezuela sin menoscabo de minorías disidentes tiene una fé común y no una creencia cristiana cualquiera sino la fé católica, la que predicó el Apóstol Pablo cuando enseñó a los griegos del Areópago el Deo ignoto; la que informó el Acta del 5 de Julio con estas solemnes palabras : "Nosotros los Representantes de las Provincias Unidas de Venezuela, poniendo por testigo al Ser Supremo de la justicia de nuestro proceder, y de la rectitud de nuestras intenciones, implorando sus divinos y celestiales auxilios, y ratificándole en el momento en que nacemos a la dignidad, que su Providencia nos restituye, el deseo de vivir y morir libres, creyendo y defendiendo la Santa Católica y Apostólica Religión de Jesucristo. como el primero de nuestros deberes:" 

He ahí el más grande y solemne de los juramentos que no sólo es obligatorio para la Potestad Pública sino también para los buenos hijos de la Patria. Los creadores de nuestra nacionalidad nos dejaron vinculados para siempre por la dual obligación de creer y defender nuestra Santa Religión. Ninguno fué más fiel ejecutor del juramento que ungió el acta de nacimiento de Venezuela, que nuestro Libertador y Padre de la Patria y ninguno mostrósele más respetuoso. En ocasión memorable, frente al Ejército expugnador de Santa Fé de Bogotá, por un mal entendido sentimiento realista, algunos Obispos de Nueva Granada hablan lanzado Pastorales contra Bolívar, hiriéndolo en su religiosidad. Refiriéndose a tales documentos el Libertador dirigió una Nota a los gobernadores del arzobispado, y entre otros conceptos decíale: "Denigróse en ella mi carácter, y se me pintó impío e irreligioso, se me excomulgó, y se incluyó en la excomunión a toda mi tropa. . . y se aseguró que todo mi ejército, sin ningún sentimiento de humanidad, venía a atacar nuestra santa e inviolable religión, sus ministros y altares, sus rentas y alhajas, y aún las mismas vírgenes y vasos sagrados"... "El honor del gobierno a que pertenezco, y el sentimiento de lo que me debo a mí mismo y a mis valientes soldados, exigen una justa reparación. Jamás he tomado las armas sino para libertar; y en medio de los combates he confiado siempre en que mi religiosidad contribuyese a mi fortuna. . . Es injusto. . . difamar tan cruelmente a un ejército que no cede en piedad a ningún pueblo cristiano, y cuyo único consuelo en las adversidades es el sentimiento de su propia conciencia y la sagrada religión de sus padres". 

Esta línea de conducta no fué quebrada jamás. Años más tarde al ratificar al señor Don Ignacio Tejada sus Credenciales de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de la República de Colombia cerca de la Silla Apostólica, dice "Por cuanto importa a nuestra Santa Religión Católica, Apostólica Romana y a la salud y prosperidad de la República de Colombia mantenerse en la comunión del Vicario de Jesucristo y conservar las más estrechas relaciones con la Santa Sede". 

Cuando el Obispo de Popayán por causas políticas comunicó al Libertador que se marchaba a España, Bolívar le contestó: "Sepa V. S. L que una separación tan violenta en este hemisferio, no puede sino disminuir la universalidad de la Iglesia romana, y que la responsabilidad de esta terrible separación recaerá muy particularmente sobre aquellos que, pudiendo mantener la unidad de la Iglesia de Roma, hayan contribuido, por su conducta negativa, a acelerar el mayor de los males, que es la ruina de la Iglesia y la muerte de los espíritus en la eternidad". 

Después de 20 años de una vida la más intensa y batalladora, combativa y combatida, en los anales de América, desde las playas del Orinoco hasta las cumbres del Potosí, entre el vivac de los campamentos, el estruendo de las batallas, los clarines del triunfo y las espinas del martirio, triste, irremediablemente triste hasta la muerte, dice a sus amigos: Tienen ustedes razón, nobles amigos míos: por mi voluntad estaba resuelto a irme; echado, no debo hacerlo, por el honor mismo de Colombia, por el honor de Venezuela. Además, me siento morir, mi plazo se cumple. Dios me llama; tengo que prepararme a darle cuenta y una cuenta terrible, como ha sido terrible la agitación de mi vida, y quiero exhalar mi último suspiro en los brazos de mis antiguos compañeros, rodeado de sacerdotes cristianos de mi país, v con el crucifijo en las manos: NO ME IRE". 

Si así juraron señores, sobre el ara de la patria los patricios de 1811, si así pensó y actuó el Genio que con la pluma, la espada y el pensamiento, rompió las ligaduras seculares del nuevo mundo; si así sintió Bolívar, ¿por qué hemos nosotros de sentir mengua o cobardía para confesar y defender nuestra religión? ¿Es que somos acaso superiores a nuestros libertadores? ¿Con qué derecho podemos faltar al juramento sagrado e ineludible? 

Tocante a vos, Excelentísimo Señor, nada nos hace temer. Sabemos que vuestra misión en la tierra de Portuguesa, será una misión de bien, de paz, de concordia y de civilización. Sin duda la ciudad de Guanare, asiento de la Sede Episcopal, volverá a ser como en los tiempos de] Dr. José Vicente Unda, el centro de una gran actividad cultural, el foco de intensa labor de civilización cristiana; seréis para la grey portugueseña el Pastor de almas, el consejero sapiente, lleno de prudencia y de bondad, el Padre espiritual cuya palabra llegará a los corazones con la suave delectación de los dones del Espíritu Santo. En cuanto a la potestad civil estamos seguros que el poder público tendrá en vuestra Señoría un insigne cooperador que sin menoscabo de la dignidad de un Príncipe de la Iglesia, estará presto a secundar toda obra de progreso y de estabilidad de las instituciones, a fin de que mediante un recíproco entendimiento de lo temporal y de lo di- vino, resulte, como lo quería el Padre de la Patria, "la verdadera arca de la alianza".  

No debo concluir mis palabras sin traer ante vosotros para rendirles público testimonio de admiración y gratitud, los nombres de algunos de los Prelados que rigieron los destinos espirituales de nuestro pueblo. Sea el primero el nombre ilustre de Monseñor Aguedo Felipe Alvarado, varón de preclaras ejecutorias, que aún llena los ámbitos occidentales de Venezuela con el reflejo de sus virtudes, el perfume de su humildad y la luz de su sabiduría. Sea aquí con nuestro recuerdo el nombre de Monseñor Enrique María Dubuc, ausente de la patria, bajo cuyo episcopado, dió comienzo la renovación del culto coromotano y se inauguró el primer monumento conmemorativo de la gloriosa aparición. 

Para Vos, Excelentísimo Monseñor Benítez Fontoúrvel, a quien le fuera dado el privilegio de presidir las grandes festividades del tricentenario mariano. Portuguesa conservará siempre el recuerdo imperecedero de vuestro episcopado y el celo con que supisteis impulsar la proclamación de N. S. de Coromoto como Patrona de Venezuela.  Y por lo que hace el Distrito Guanarito, regido hasta hoy, por los diocesanos de Calabozo, dos nombres de los que ya no existen, vienen a este recuerdo: dos nombres de grandes Obispos que pasaron por la llanura que cantó Lazo Marti, como mansos pastores de alma blanca: Felipe Neri Sendrea y Arturo Celestino Alvarez. 

Sea por último, mi palabra final, un aplauso cariñoso y un elocuente voto de eterno reconocimiento para el Excelentísimo Monseñor Armando Lombardi, Nuncio Apostólico de Su Santidad Pío XII quien con admirable celo supo conducir el proceso de la creación de la Diócesis de Guanare y ya a punto de abandonar nuestra patria rumbo a su nuevo destino en la tierra del Amazonas, quiso con singular empeño, allanar el camino para tener la satisfacción de instalar en la nueva Sede al primer Obispo de la Coromoto. 

Por tan faustos acontecimientos para nuestro Estado y por el promisor futuro de nuestros pueblos, yo os invito, amigos y hermanos, con la invocación del profeta: 

Cantate Domino canticum novum 
"Cantad al Señor un cántico nuevo" .


Referencias

F. S. ANGULO ARIZA. 1955. Discurso de bienvenida  Monseñor Pedro Pablo Tenreiro. In El Primer obispo de Guanare: Monseñor Pedro Pablo Tenreiro, Guanare. Ediciones de la
BIBLIOTECA DE CULTURA PORTUGUESEÑA. 64 p.