LOS BESOS QUE NO NOS DIMOS
GUARDA ESTA COPLA GALANA
POR ESE AMOR QUE SENTIMOS,
LOS BESOS QUE NO NOS DIMOS,
NOS LO DAREMOS MAÑANA.
1
Hoy, CATORCE DE FEBRERO,
día de SAN VALENTÍN,
brilla el sol en el confín
de este pecho aventurero.
Le pido al viento escotero
que es correo de la sabana
–muchachita provinciana-
que te lleve mi querer
por si no te vuelvo a ver,
GUARDA ESTA COPLA GALANA.
2
Una romántica esquela
ayer tarde te mandé
en alas del cristofué
que en mi jardín sobrevuela.
Tu recuerdo me desvela,
reconstruyendo tus mimos.
Desde que nos conocimos,
uno y otro somos dueños
de este manojo de sueños
POR ESE AMOR QUE SENTIMOS.
3
Con un mágico pincel
he plasmado tu figura
y pincelé con ternura
los lunares de tu piel
y el fugaz beso de miel
del primer día que nos vimos.
Hoy, sin mirarnos, morimos
de la manera más cruenta,
pero tenemos en cuenta
LOS BESOS QUE NO NOS DIMOS.
4
Los besos que no me diste
y que tampoco te di,
tornados en frenesí
se envuelven en aura triste.
Soy canario sin alpiste,
en tus oídos la diana.
Muchachita provinciana,
volvamos a unir los lazos,
y si nos faltan abrazos
NOS LO DAREMOS MAÑANA.
(Yorman Tovar)
POEMA II
DESDE QUE ME VI EN TUS OJOS
1
El aura de tus pupilas
tomó posesión de mi alma.
Ellas encarnan el sol
que ilumina la sabana
cuando trocho libremente
en potro de la nostalgia,
sabaneando tus amores
con mi soga de esperanza,
y por más que la tremolo
siempre se queda enredada
en el raudal de las dudas,
si te alcanza o no te alcanza.
Mas mi airado corazón
no tiene culpa de nada,
culpables son tus pupilas,
claros aljibes de magia,
desde que me vi en tus ojos
aquella dulce mañana.
2
Son tus ojazos dos lunas
llenas en la madrugada,
dos auroras novembrinas
embrujando la mañana,
dos estrellas decembrinas
en nochebuena de mi alma
tú, la imagen de María
en pesebre de la calma,
y yo como me San José
con la sonrisa encantada,
percibiendo que florece
en mis manos la esperanza
y entre tú y yo el Niño Dios,
dando bienaventuranzas.
Esta extraña sensación
va creciendo como llama
desde que me vi en tus ojos
aquella dulce mañana.
3
Cuando pronuncio tu nombre
con ocho letras sagradas,
hijas del nombre de Cristo,
siento que un cuento de hadas
va emanando de mi pluma,
enamorando la página,
convirtiéndose en poema
¡“Amor que brota del alma”!
Tal como brotan las rosas
de la noche a la mañana.
Todas las ingenuidades
que soñé desde la infancia
hacen que rejuvenezca
crepusculando nostalgias.
Esta mágica simbiosis
me está ocurriendo, muchacha
desde que me vi en tus ojos
aquella dulce mañana.
4
Al fin y al cabo, mujer,
me tiene vivo esta llama,
que es como verte el domingo
para la misa sagrada,
y tus virginales ojos
me hieren con la mirada
y tus labios, dos geranios
me perfuman la mañana,
musicalizo el poema
con tu cuerpo de guitarra
y con tu sola presencia
rejuvenecen mis canas
y pienso que es un milagro
que Natura me regala.
Doy gracias a los azares
del destino en su jugada,
desde que me vi en tus ojos
aquella dulce mañana.
(Yorman Tovar)
POEMA III
SONETO DE MIEL
Mi beso, abeja obrera tras la miel
de tu boca de grana, flor silvestre
te ofrece de mis ansias el corcel
para que encarnes a una diosa ecuestre.
¡Oh, abeja reina, soy tu obrero fiel!
Permite que el panal de amor te muestre.
Regálame el regazo de tu piel,
preciosa abeja del panal campestre.
Dame uno a uno tus trigueños poros
en donde guardas por demás tesoros
de aromas que provocan mil espasmos;
permíteme absorber en los morenos
matajeyes esbeltos de tus senos
la miel que agitará nuestros orgasmos.
(Yorman Tovar)
POEMA IV
FÁBULA DEL CLAVEL ROJO Y LA ROSA BLANCA
“Pondré en tu sepulcro un clavel rojo, con el tallo largo,
si mueres primero que yo”.
“Pondrás en mi sepulcro una rosa blanca, con el tallo largo,
si muero primero que tú”.
Esto me pidió y se exigió a la vez
la primera de mis novias en nuestra naciente juventud.
30 años después,
una mañana invernal,
interrumpí mi meditación al recibir la noticia de su muerte.
Profané un jardín ajeno y corté una rosa blanca, de largo tallo.
Llegué al campo santo primero que el cortejo,
y luego de sembrada en la tierra
esperé la soledad y le dije:
¡Palabra cumplida!
Mientras depositaba la rosa blanca
sobre el túmulo que envolvió su cuerpo.
Insólitamente, a los 3 días,
comenzó a brotar
una planta de purpúreos claveles…
entrelazados a una de rosal, con níveos botones.
su espíritu me revelóSONETO DE MIEL
Mi beso, abeja obrera tras la miel
de tu boca de grana, flor silvestre
te ofrece de mis ansias el corcel
para que encarnes a una diosa ecuestre.
¡Oh, abeja reina, soy tu obrero fiel!
Permite que el panal de amor te muestre.
Regálame el regazo de tu piel,
preciosa abeja del panal campestre.
Dame uno a uno tus trigueños poros
en donde guardas por demás tesoros
de aromas que provocan mil espasmos;
permíteme absorber en los morenos
matajeyes esbeltos de tus senos
la miel que agitará nuestros orgasmos.
FÁBULA DEL CLAVEL ROJO Y LA ROSA BLANCA
“Pondré en tu sepulcro un clavel rojo, con el tallo largo,
si mueres primero que yo”.
“Pondrás en mi sepulcro una rosa blanca, con el tallo largo,
si muero primero que tú”.
Esto me pidió y se exigió a la vez
la primera de mis novias en nuestra primera juventud.
30 años después,
una mañana invernal,
interrumpí mi meditación al recibir la noticia de su muerte.
Profané un jardín ajeno y corté una rosa blanca, de largo tallo.
Llegué al campo santo primero que el cortejo,
y luego de sembrada en la tierra
esperé la soledad y le dije:
¡Palabra cumplida!
Mientras depositaba la rosa blanca
sobre el túmulo que envolvió su cuerpo.
Insólitamente, a los 3 días comenzó a brotar
una planta de purpúreos claveles…
entrelazada a una de rosal con albos botones.
Su espíritu me reveló que era esa
la única forma de resucitar un amor
y hacerlo perpetuo.
(Yorman Tovar)
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