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"La historia está presente y nos rodea en todas las horas, porque no es otra cosa que la vida” Arturo Uslar Pietri

miércoles, 14 de febrero de 2018

Cuatro poemas, sólo para enamorados… en este día de San Valentín Yorman Tovar

POEMA I
LOS BESOS QUE NO NOS DIMOS





GUARDA ESTA COPLA GALANA

POR ESE AMOR QUE SENTIMOS,

LOS BESOS QUE NO NOS DIMOS,

NOS LO DAREMOS MAÑANA.

1

Hoy, CATORCE DE FEBRERO,

día de SAN VALENTÍN,

brilla el sol en el confín

de este pecho aventurero.

Le pido al viento escotero

que es correo de la sabana

–muchachita provinciana-

que te lleve mi querer

por si no te vuelvo a ver,

GUARDA ESTA COPLA GALANA.

2

Una romántica esquela

ayer tarde te mandé

en alas del cristofué

que en mi jardín sobrevuela.

Tu recuerdo me desvela,

reconstruyendo tus mimos.

Desde que nos conocimos,

uno y otro somos dueños

de este manojo de sueños

POR ESE AMOR QUE SENTIMOS.

3

Con un mágico pincel

he plasmado tu figura

y pincelé con ternura

los lunares de tu piel

y el fugaz beso de miel

del primer día que nos vimos.

Hoy, sin mirarnos, morimos

de la manera más cruenta,

pero tenemos en cuenta

LOS BESOS QUE NO NOS DIMOS.

4

Los besos que no me diste

y que tampoco te di,

tornados en frenesí

se envuelven en aura triste.

Soy canario sin alpiste,

en tus oídos la diana.

Muchachita provinciana,

volvamos a unir los lazos,

y si nos faltan abrazos

NOS LO DAREMOS MAÑANA.

(Yorman Tovar)


POEMA II
DESDE QUE ME VI EN TUS OJOS




1

El aura de tus pupilas

tomó posesión de mi alma.

Ellas encarnan el sol

que ilumina la sabana

cuando trocho libremente

en potro de la nostalgia,

sabaneando tus amores

con mi soga de esperanza,

y por más que la tremolo

siempre se queda enredada

en el raudal de las dudas,

si te alcanza o no te alcanza.

Mas mi airado corazón

no tiene culpa de nada,

culpables son tus pupilas,

claros aljibes de magia,

desde que me vi en tus ojos

aquella dulce mañana.

2

Son tus ojazos dos lunas

llenas en la madrugada,

dos auroras novembrinas

embrujando la mañana,

dos estrellas decembrinas

en nochebuena de mi alma

tú, la imagen de María

en pesebre de la calma,

y yo como me San José

con la sonrisa encantada,

percibiendo que florece

en mis manos la esperanza

y entre tú y yo el Niño Dios,

dando bienaventuranzas.

Esta extraña sensación

va creciendo como llama

desde que me vi en tus ojos

aquella dulce mañana.

3

Cuando pronuncio tu nombre

con ocho letras sagradas,

hijas del nombre de Cristo,

siento que un cuento de hadas

va emanando de mi pluma,

enamorando la página,

convirtiéndose en poema

¡“Amor que brota del alma”!

Tal como brotan las rosas

de la noche a la mañana.

Todas las ingenuidades

que soñé desde la infancia

hacen que rejuvenezca

crepusculando nostalgias.

Esta mágica simbiosis

me está ocurriendo, muchacha

desde que me vi en tus ojos

aquella dulce mañana.

4

Al fin y al cabo, mujer,

me tiene vivo esta llama,

que es como verte el domingo

para la misa sagrada,

y tus virginales ojos

me hieren con la mirada

y tus labios, dos geranios

me perfuman la mañana,

musicalizo el poema

con tu cuerpo de guitarra

y con tu sola presencia

rejuvenecen mis canas

y pienso que es un milagro

que Natura me regala.

Doy gracias a los azares

del destino en su jugada,

desde que me vi en tus ojos

aquella dulce mañana.

(Yorman Tovar)





POEMA III
SONETO DE MIEL



Mi beso, abeja obrera tras la miel

de tu boca de grana, flor silvestre

te ofrece de mis ansias el corcel

para que encarnes a una diosa ecuestre.


¡Oh, abeja reina, soy tu obrero fiel!

Permite que el panal de amor te muestre.

Regálame el regazo de tu piel,

preciosa abeja del panal campestre.


Dame uno a uno tus trigueños poros

en donde guardas por demás tesoros

de aromas que provocan mil espasmos;


permíteme absorber en los morenos

matajeyes esbeltos de tus senos

la miel que agitará nuestros orgasmos.

(Yorman Tovar)


POEMA IV
FÁBULA DEL CLAVEL ROJO Y LA ROSA
BLANCA


“Pondré en tu sepulcro un clavel rojo, con el tallo largo,

si mueres primero que yo”.

“Pondrás en mi sepulcro una rosa blanca, con el tallo largo,

si muero primero que tú”.

Esto me pidió y se exigió a la vez

la primera de mis novias en nuestra naciente juventud.

30 años después,

una mañana invernal,

interrumpí mi meditación al recibir la noticia de su muerte.

Profané un jardín ajeno y corté una rosa blanca, de largo tallo.

Llegué al campo santo primero que el cortejo,

y luego de sembrada en la tierra

esperé la soledad y le dije:

¡Palabra cumplida!

Mientras depositaba la rosa blanca

sobre el túmulo que envolvió su cuerpo.

Insólitamente, a los 3 días,

comenzó a brotar

una planta de purpúreos claveles…

entrelazados a una de rosal, con níveos botones.

su espíritu me revelóSONETO DE MIEL


Mi beso, abeja obrera tras la miel

de tu boca de grana, flor silvestre

te ofrece de mis ansias el corcel

para que encarnes a una diosa ecuestre.


¡Oh, abeja reina, soy tu obrero fiel!

Permite que el panal de amor te muestre.

Regálame el regazo de tu piel,

preciosa abeja del panal campestre.


Dame uno a uno tus trigueños poros

en donde guardas por demás tesoros

de aromas que provocan mil espasmos;


permíteme absorber en los morenos

matajeyes esbeltos de tus senos

la miel que agitará nuestros orgasmos.


FÁBULA DEL CLAVEL ROJO Y LA ROSA BLANCA

“Pondré en tu sepulcro un clavel rojo, con el tallo largo,

si mueres primero que yo”.

“Pondrás en mi sepulcro una rosa blanca, con el tallo largo,

si muero primero que tú”.

Esto me pidió y se exigió a la vez

la primera de mis novias en nuestra primera juventud.

30 años después,

una mañana invernal,

interrumpí mi meditación al recibir la noticia de su muerte.

Profané un jardín ajeno y corté una rosa blanca, de largo tallo.

Llegué al campo santo primero que el cortejo,

y luego de sembrada en la tierra

esperé la soledad y le dije:

¡Palabra cumplida!

Mientras depositaba la rosa blanca

sobre el túmulo que envolvió su cuerpo.

Insólitamente, a los 3 días comenzó a brotar

una planta de purpúreos claveles…

entrelazada a una de rosal con albos botones.

Su espíritu me reveló que era esa

la única forma de resucitar un amor

y hacerlo perpetuo.


(Yorman Tovar)

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