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"La historia está presente y nos rodea en todas las horas, porque no es otra cosa que la vida” Arturo Uslar Pietri

miércoles, 10 de abril de 2019

JESÚS ENRIQUE FUENTES: UN AMIGO DE VERDAD

CRÓNICAS GUANARITEÑAS


JESÚS ENRIQUE FUENTES: UN AMIGO DE VERDAD

Creo que llegó a Guanarito en 1968, cuando llegaron los equipos
eléctricos de CADAFE, cuya planta se instaló a la entrada del pueblo, justo al lado de la casa de familia del desaparecido coterráneo Coromoto Cárdenas. Si no me falla la memoria, creo que nació en Barreras, población cercana a Tocuyito-Carabobo, pues siempre la refería en sus conversaciones. Cuando aún las universidades venezolanas no habían creado la carrera de Técnicos Superiores Universitarios, ya Fuentes había obtenido el título de T.S.U. en Mecánica Diessel, acreditado por una universidad de EEUU. Fue el primer Jefe de Planta que tuvo CADAFE en Guanarito. Allí laboraron entre otros los Peritos Electricistas Luis Enrique Morillo Lucena, Saturno Colina, un amigo de apellido Cedeño, y años más tarde los técnicos Pedro Vásquez y Antonio Umbría Núñez (mi suegro), además de Juancito Ortega (el obrero encargado de la limpieza del área).

A principios del año 1969 mi madre fue arrendataria del restaurante del recordado Guevara, que había fallecido un año atrás. Un día de aquellos ocurrió un accidente con una bombona de gas y el local se incendió. Eladio Crespo Flores, quien era presidente del Concejo Municipal estaba comiendo en aquel infausto momento, salió y prendió su carro, y como a los 15 minutos llegó Jesús Fuentes (jefe de CADAFE) con un camión cisterna y pudo paliar la situación. Desde entonces se hizo nuestro amigo. Por eso afirmo que lo conocimos lo muy de cerca, puesto que mi madre, luego de que nos mudamos para el barrio El Cementerio tenía una casa de bahareque al lado de la nuestra donde ella habita, y se la dio en alquiler a don Jesús, quien además era su cliente comensal. Fue allí donde entablamos una sólida amistad, y de vez en cuando compartíamos un buen whisky, en seguida buscaba un equipo portátil, reproductor de casetes y escuchábamos sus preferencias musicales: Jorge Negrete, Pedro Infante y Los Panchos. Siempre fue un hombre solitario, aunque cordial con quien se adaptara a su firme manera de ser. Hablaba a veces de su familia (esposa e hijos), pero sin ahondar en detalles.

Tiempo después Fuentes se retiró de esa actividad y se dedicó a la agricultura, en una finca que adquirió por los lados de Guanare Viejo; y más tarde se dedicó al transporte de material granular en un viejo volquete que era su dolor de cabeza y su diversión, pues era capaz de desarmar y armar el motor en un solo día.

Siendo agricultor, fue víctima de una emboscada en cayapa, por parte de otros productores envidiosos. Los sujetos planificaron bien la celada. Salieron en una camioneta desde Guanare para Guanarito, y como sabían que Fuentes traía la misma ruta, detrás de ellos, fingieron estar accidentados. Al divisar la camioneta con el capot abierto, Fuentes, experto mecánico y hombre solidario, se detuvo delante de ellos y se propuso a solucionarles la avería, y en lo que dobló la espalda para asomarse al motor le dieron un golpe contundente en la cabeza y huyeron cobardemente, dejándolo tirado en el hombrillo de la carretera, creyendo que lo habían matado, hasta que fue auxiliado por alguien. Esto le costó varios meses de inactividad y le dejó ciertos trastornos cerebrales. Lo cierto es que sus agresores ya murieron y Fuentes todavía está vivito y coleando. Todo lo dejó en manos de Dios, sin pensar en venganzas.

Tenía, por aquel tiempo, unos 60 años, pero también una fuerza increíble, pues alzaba una yanta del camión, con rin incorporado, y de un tirón lo lanzaba a la cachucha del volteo. Otra vez se encontró en la carretera a dos hombres que estaban por despresar un toro que había atropellado una gandola, pero no cargaban cuchillos. Se detuvo Fuentes y los ayudó, y éstos le ofrecieron una pierna, pero entre los dos no podían subirla al camión (cargado de granzón), fue entonces cuando Fuentes la agarró y él solo la lanzó sobre el encerado que cubría el granzón, encendió su camión y arrancó.

Una noche estábamos un grupo de amigos libando cervezas en el bar de Samuel Prieto. En esos llegó el amigo José León Mora (“Morita”), encervezado y hablando con arrogancia. Venía mojado y lleno de barro, y dijo: -le acabo de dar un coñazo a Jesús Fuentes que lo pasé por encima de un charco. Y comentó José Ramón Lucena: -Es probable que Fuentes haya pasado por encima del charco, pero después de zumbar a “Morita” en el barro.

Un buen día se perdió de Guanarito, sin rumbo desconocido. Después supimos que estaba por los lados de Calabozo, remontado en una buena gandola, transportando rubros agrícolas. Dejó una cantidad de cosas, entre ellas unas esquelas de amor, de una dama con la que se carteaba, el diploma-título de TSU en Mecánica Diessel y el retrato que adorna esta crónica, recibiendo un reconocimiento del gobierno regional adeco, pues en el fondo se observa el perfil del profesor araureño Ramón Moreno Delgado (Director de Educación para entonces).

Desde el día de su inesperada partida para no volver, todos los que lo conocimos, nos preguntamos: -¿Y qué será de la vida de don Jesús Fuentes?

Yorman Tovar 

Cronista Popular de Guanarito

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